(Recuerdo y homenaje a mis padres, Joaquín y María)

 

Procedo del medio rural, todos mis antecesores han sido agricultores y ganaderos, de los que se pagan el pan con sus manos, y el  sudor de su frente.

Y sería un mal hijo, y una mala persona, si no  reivindicara el  trabajo de los hombres y mujeres del campo, sin un  día de vacaciones, auténticos esclavos de sus tierras y, sobre todo, de sus animales.

Recuerdo que cuando teníamos que ir a un evento familiar, una boda, un entierro, etc., mi padre solo les daba agua a los animales, pues al parecer les iba bien para limpiarse, y calmar el hambre.

¡Y cuándo  volvíamos a casa, nos decía que se había cansado más de llevar traje y corbata, que un día normal, trabajando!

Pues así les pasa a los agricultores españoles, a los que la UE ha transformado en los únicos burócratas que tiene a su servicio sin sueldo.

Tienen que pasar la mayor parte de su jornada cumplimentando innumerable papeleo, como forma de dar “trabajo” a los que nada hacen, pues hay que hacerles todo…

O contratar gestores, abogados, asesores, que no son baratos precisamente, para cumplimentar todos los datos solicitados, cada día más agobiantes.

Se ve que los políticos, altos y bajos funcionarios de las UE, necesitan algo con que entretenerse, y justificar sus sueldazos.

La UE, dirigida por la masonería, y por intereses ocultos, no mira por el campo español, sino en contra de la agricultura española, firma tratados con terceros países, como Marruecos, que no  cumplen ninguna de las obligaciones que se imponen a nuestros productos.

Y que, obviamente, son más baratos, pues allí el  coste de la mano de obra está por los suelos.

¡Estoy cansado de buscar judías verdes que no vengan de Marruecos, o tomates de procedencia española, o, por lo menos francesa, que también tienen que cumplir la normativa de la UE!

¿Qué hacemos perteneciendo a una organización que solo  busca la ruina de la agricultura española…?

La UE es un gigantesco saco de mierda, y hace ya años, décadas, que todas sus políticas, curiosamente, van en perjuicio de España y de los españoles.

Mis convecinos y amigos de Laguarres están ya hartos, desanimados, y no les falta razón.

Son la última generación de agricultores.

Y su cierre por jubilación, abandono del  campo, etc., será también nuestra ruina, pues los productos agrícolas serán cada día más caros y peores, se abandonarán las zonas rurales, generando un aumento de la delincuencia, pérdida de las infraestructuras, etc.

Pero todo esto, ¿qué le importa a Pedro Sánchez,  si  a él sólo le interesa tener contento a Puigdemont…?

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.ramirograumorancho.com

Ramiro Grau Morancho