Todos hemos visto cómo la ventana de Overton ha avanzado en materia de ideología de género en nuestro país. Dentro de ella, la utilización de un lenguaje con pretensiones de hacer desaparecer las palabras identificables como masculinas o femeninas cuando afectan directa o indirectamente a las personas, se encuentra escalando etapas con la vista puesta en llegar a completar las cinco de tal ventana; así, aún no se han dado normas prohibiendo llamar niño a la persona de poca edad de sexo masculino y niña a la de sexo femenino e imponiendo utilizar el término “niñe” inventado para sustituir a los anteriores, pero sí existen órdenes, instrucciones y normas de inferior rango que pretenden popularizar lo que hoy aún es considerado como ridículo por la mayoría de las personas, pero empieza a ser aceptable para muchas otras.
Es importante tener en cuenta que España no es una isla aislada del resto del mundo en ese aspecto, sino que forma parte de un plan global elaborado por ciertas élites y que pretende abarcar todos los países del globo, empezando por los más desarrollados.
Recordemos que una de las herramientas más importantes para frenar la expansión de la ventana de Overton es el lenguaje, que es un arma eficaz cuando está al servicio de los manipuladores, pero también cuando es utilizada por las personas decididas a no someterse a las nuevas aberraciones. Si ellos socializan el vocablucho absurdo “niñe” habrán triunfado, pero si no lo logran por nuestro empeño en seguir utilizando las palabras niño y niña habremos detenido el avance de su sinrazón.
Jordan Peterson es un psicólogo canadiense, doctor en psicología clínica por la Universidad McGill de Toronto. Ha trabajado como investigador en el Douglas Hospital de McGill, posteriormente como profesor e investigador en el departamento de psicología de la Universidad de Harvard y, desde 1998 hasta la actualidad, es profesor titular en la Universidad de Toronto. Es autor de varios libros, entre los que destacan “Maps of Meaning: The Architecture of Belief” (1999), “12 Rules for Life: An Antidote to Chaos” (2018) y “Beyond Order: 12 More Rules for Life” (2020). Todo ello le ha convertido en un pensador muy importante en el mundo de habla inglesa.
Peterson, además, siempre ha sido un luchador en contra de lo “políticamente correcto”, responsabilizando a las universidades de ser culpables de la imposición de dicha corrección mediocre. Esta lucha, unida a la importancia cultural de tan notable persona, supuso que en el año 2017 Maxime Bernier, que era candidato a dirigir el Partido Conservador de Canadá, tras reunirse con Peterson, decidiese oponerse a la ley canadiense C-16, que se encontraba en tramitación, que imponía en Canadá las expresiones e ideología de género y que, a pesar de todo, resultó aprobada (lógicamente todo esto granjeó a Peterson la enemistad de Justin Trudeau, primer ministro de Canadá por el Partido Liberal). Como ejemplo, él jamás utiliza la terminología de género que se pretende imponer socialmente, utilizando al servicio de su lucha (que también es nuestra) el arma de la comunicación verbal correcta. Dentro de esa lucha verbal, el pasado año 2022 llamó por su nombre real a la actriz de nombre Ellen Page y se refirió a ella en todo momento en femenino, cuando actualmente tal actriz dice ser un hombre y se hace llamar Elliot Page. También ha criticado la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible. El resultado de todo ello es que, al más puro estilo de la China de Mao o de la Camboya de los Jemeres Rojos, el colegio de Psicólogos de Ontario (Canadá) ha obligado a Peterson a realizar un curso de reeducación, bajo la amenaza de perder su licencia profesional si se niega a ello.
Recientemente el Doctor Peterson ha publicado diversos tuits en los que trata la preocupante situación de Canadá y el riesgo que asumen los profesionales que no asumen la verdad oficial. Ahora está claro que pretenden dar un escarmiento claro y público a Jordan Peterson para infundir al resto de las personas el suficiente temor como para que no digan lo que piensan, sino lo que les mandan pensar.
En España la situación, siendo muy preocupante, aún no es tan exagerada como en Canadá, pero no estamos muy lejos, y solamente podremos evitar llegar a tales extremos si somos capaces de escarmentar en carne ajena.
Por cierto, y como apunte final, es de justicia alabar la posición pública de Elon Musk, que se ha hecho eco de la noticia relativa al curso de reeducación del Doctor Peterson y ha afirmado que se trata de una situación “extremadamente preocupante”.
C.R. Gómez
Criminólogo