Joseph P. Overton fue un ingeniero que ostentó la vicepresidencia del “Mackinac Center for Public Policy” (Centro Mackinac para Políticas Públicas) e ideó un sistema que permitía convertir en aceptables las políticas consideradas como impopulares e inaceptables.
Debemos ser conscientes de que el Centro Mackinac es un gabinete estratégico que promueve ideas liberales. A pesar de ello, Overton en sus planteamientos no habla de ideas concretas, sino de una serie de pasos que van desde lo que él llama “Mas libertad” (más correcto sería llamarlo libertinaje total) al extremo opuesto que sería “Menos libertad”.
Pero ¿qué es exactamente la Ventana de Overton? Imaginemos un segmento rectilíneo vertical en cuyo borde superior está ese punto llamado “Mas libertad”. Bajando por el segmento encontramos los puntos “Impensable”, “Radical”, “Aceptable”, “Sensato”, “Popular” y “Política”, para luego invertir el orden y volver a “Popular”, “Sensato”, “Aceptable”, “Radical” e “Impensable” y finalizar en “Menos libertad”. La ventana de Overton abarca lo que se encuentra entre los puntos “Aceptable” superior e inferior. Todo ello se puede resumir en el siguiente esquema:
Así, esta ventana delimita lo que políticamente es asumible por el público. Pero los márgenes de esta ventana son modificables mediante técnicas de manipulación social basadas en la gradualidad. En esta gradualidad aparecen cinco etapas:
- De lo impensable a lo radical: Cualquier intento de modificar el pensamiento social debe de trasladarse inicialmente al ámbito científico, dado que es comúnmente aceptado que para la ciencia no existen temas vetados. Para esta etapa también se pueden utilizar ciertos ejemplos, generalmente raras excepciones, magnificando su importancia. Así, una idea que resultaba impensable comienza a discutirse.
- De lo radical a lo aceptable: Para logar que se admita la idea en cuestión se utilizarán los informes científicos del paso anterior de forma sesgada, es decir, omitiendo los informes o las partes de los mismos que sean contrarias al proceso iniciado. Quienes no acepten el resultado de esa información tan parcial van a ser tratados como intransigentes, fanáticos o retrógrados. El lenguaje también tiene una gran importancia en esta fase, debiendo sustituirse ciertos vocablos considerados como tabúes por los correspondientes eufemismos o por otros creados ad hoc.
- De lo aceptable a lo sensato: En esta etapa la idea se convierte en un derecho reconocido por la mayoría, mientras que se aumentan las críticas a quienes continúan oponiéndose y se consolida la utilización de eufemismos.
- De lo sensato a lo popular: Aquí la idea o pensamiento es convertida artificialmente en un tema predilecto para la sociedad y aparece de forma generalizada, natural y multitudinaria en la prensa, radio, televisión, tertulias, videojuegos, juegos y actividades lúdicas. Esto refuerza la imagen positiva de la idea y la negativa de sus detractores. Además, se avanza en el uso de eufemismos y se continúan utilizando torticeramente ciertas informaciones.
- De lo popular a lo político: Esta es la etapa final en la que los poderes públicos legislan legalizando el fenómeno e, incluso, persiguiendo penalmente a sus detractores. Lo que antes era inaceptable y delictivo ha acabado por convertirse en un derecho legal y convirtiendo en delincuentes a quienes se oponen a ello.
En todas estas etapas es imprescindible la colaboración de la prensa y del cine, que difunden la información sesgada, magnifican las excepciones, dramatizan situaciones excepcionales para tocar los sentimientos de las personas, difunden el lenguaje manipulador, socializan los temas y persiguen a sus detractores con una tremenda implacabilidad en ocasiones sutil y generalmente clara, directa y grave.
Por poner un ejemplo práctico de aplicación de las etapas mencionadas, haré referencia al aborto libre. Cuando en el año 1978 se aprobó la actual Constitución Española, socialmente el aborto era considerado un crimen. Pronto se empezó a hablar de ciertas mujeres que lo hacían en condiciones clandestinas o en países extranjeros (Inglaterra, generalmente), sin importar que estos casos fueran “habas contadas”; se había completado la etapa 1. Posteriormente se exhibieron informes científicos que trataban del riesgo para la madre en ciertos partos, de los problemas psicológicos derivados del embarazo en casos de violaciones o del sufrimiento generados a toda la familia por hijos con malformaciones graves; además, y siempre según los estrategas de la manipulación ¿quiénes podían ser tan insolidarios como para desear a la madre semejantes males?; por otra parte el aborto comenzó a denominarse “interrupción voluntaria del embarazo”, con lo que ya estaba completada la etapa 2. La etapa 3 se cumplió en el año 1985 al hacer una primera legislación que aceptó el aborto en esos casos tan supuestamente terapéuticos (ley Orgánica 9/1985 de reforma del artículo 417 bis del Código Penal), asegurando falsamente que existía un consenso general que aceptaba tales abortos. En la etapa 4 se extendieron las noticias que daban por real y por generalizado el hecho de que se estaba utilizando la excusa del riesgo parala salud como forma de abortar casi libremente (cosa que, por cierto, era real), consolidando la imagen de aparente aceptación social del aborto y se dejan de utilizar los términos “aborto” o “interrupción voluntaria del embarazo” para sustituirlos por “salud sexual y reproductiva”. Por último, en la etapa 5 se ha aprobado una ley que permite el aborto libre en las 14 primeras semanas de gestación (la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, más conocida como “Ley Aído”, por la ministra que la impulsó) y se ha criminalizado a quienes, por hechos simples, como rezar, resultan incómodos para quienes participan en el crimen abortista.
Este proceso no tiene fin dado que la ventana se puede seguir ampliando indefinidamente, pues las 5 etapas del aborto libre pueden convertirse en primeras etapas de algo peor (en ciertos lugares ya es legal el aborto hasta el momento del parto y ya se habla del aborto postparto).
He puesto el ejemplo del aborto, pero el mismo proceso se dio en el divorcio y se halla bastante avanzado en asuntos como la ideología de género o la eutanasia y quizá no tardemos en verlos en pederastia o en otras materias aberrantes que actualmente somos incapaces de imaginar.
Pero ¿podemos hacer algo para frenar esa expansión de la ventana de Overton e impedir que las élites reprogramen a su antojo nuestro inconsciente? La respuesta es que sí. Indudablemente será más fácil actuar si la expansión de la ventana se encuentra en las primeras etapas que si los manipuladores han logrado ya su objetivo. Mis recomendaciones para ello serían:
- Estar atentos para detectar la manipulación en sus fases iniciales.
- No dejarnos engañar, utilizar el juicio crítico, la razón y la lógica e investigar los datos que nos aporten los medios. Recabar siempre la información de medios fiables.
- Como se ha visto, el lenguaje es un arma, hay que utilizarla correctamente para actuar en contra de los manipuladores; así, no hay que hablar de “feto” o de “Interrupción voluntaria del embarazo”, sino de “bebé gestante” y “aborto”, no hay que llamar “muerte digna” a ningún tipo de suicidio ni “progenitores” a los padres y tampoco hay que calificar de familias a las uniones no originadas por un padre y una madre.
- No hay que ceder a las presiones de quienes, supuestamente, tienen una hegemonía social o cultural aceptada de forma generalizada y que nos exigen respaldarles.
- Hay que difundir en lo posible nuestras ideas o colabora con quienes lo hagan para así intentar utilizar la ventana de Overton en sentido contrario.
- Hablar con los hijos, no dejar el peso de su educación en manos de terceros (profesores o cuidadores u otros que únicamente pueden ser nuestros colaboradores), darles cariño y crear para ellos un ambiente familiar confortable. Controlar sus ambientes y círculos de amistades. Recordemos que razonar con ellos es más poderoso que prohibirles nada.
- Y, por último, aunque no menos importante, no debemos olvidar el poder de la oración.
En cualquier caso, estas medidas no pretenden ser un listado exhaustivo, sólo pretendo esbozar una respuesta, quedando totalmente abierto a aportaciones al respecto. Recordemos que, como decía Vázquez de Mella, “El liberalismo no admite nada permanente, más que el derecho a que no haya nada permanente”; así, intentemos convertir los nefastos logros liberales en algo pasajero.
C.R. Gómez
Criminólogo