Gracias, Irene Montero, ministra de “igualmedatodo”, y marquesa de Galapagar, por conseguir, al día de hoy, que 40 –cuarenta- agresores sexuales hayan salido de prisión, o vistas reducidas sus penas. ¡Y los cientos o miles que saldrán pronto!
Gracias por defender el empoderamiento de las mujeres, aunque en su caso siendo la mujer de…, y haciéndole tres hijos, como forma de tenerle bien sujeto, por lo menos a las responsabilidades familiares. La típica mujer liberada, de toda la vida, vamos, que ha pasado de cajera temporal en un supermercado a diputada y ministra, por el apoyo, más bien la imposición, de “su macho”, el líder de la manada de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
Gracias por demostrar que no sabe nada, y que anda ayuna de conocimientos jurídicos y sociales, pese a lo cual tiene la desfachatez de exigir a los jueces “que estudien”, cuando todos y cada uno de ellos se han dejado la vista estudiando, opositando, leyendo diariamente ese BOE que ahora el partido sanchista ha convertido en un tebeo más, etc.
Gracias por ser tan inútil, y haber dejado que el movimiento feminista haya quedado a los pies de los caballos, con su ignorancia, prepotencia y chulería de choni de barrio, revenida en marquesa de Galapagar, título que cualquiera de estos le concederá la progre Leticia, con c, que es la que corta el bacalao en La Zarzuela.
Gracias por haberse sabido rodear de “asesoras” que no son tales, sino amigas y cuchipandas, que saben todavía menos que usted,que ya es decir, pero a las que les encanta ir a Nueva York en el Falcón presidencial, con un coste de solo 6.500 euros por hora de vuelo, más la gran contaminación que produce. ¡Todo sea por el cambio climático!
Gracias por dividir al movimiento feminista, desde ese “monasterio” de mujeres, en donde no quiere ver a un hombre, ni de visita, y todo su equipo está formado por mujeres. ¡Viva la igualdad, pero para los demás!
Gracias por defender el aborto, siendo tan “coherente” que ya tiene tres hijos, a sus treinta y pico años…
Y defender la eutanasia, faltaría más, que a pijo progre no le gana nadie. Eutanasia para todos, menos para sus padres y sus suegros. Y, por supuesto, sus abuelos, si los tiene.
Gracias por fomentar la pederastia, defendiendo que los niños y niñas se pueden acostar con quien quieren –en realidad, ser violados-, prevaleciéndose de su tutela, vínculos familiares, mayor edad, o ser “educadores” de centros de menores, donde se ejerce la tutela legal de menores desamparados, huérfanos, etc.
Gracias por darle patadas al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, inventado palabros que ni se sabe qué quieren decir, y lo que es peor, ni usted misma lo sabe. Verbigracia, niñes…
Gracias por querer implantar, no la igualdad, que ya existe desde hace décadas, sino la supremacía feminista en nuestra sociedad.
Gracias por querer que miles de niños sean castrados y hormonados, en una etapa de la vida en la que muchos no tienen las ideas claras, produciéndoles unos daños, físicos y psíquicos, irreversibles, que seguramente les destruirán como personas.
¿Pero a usted que más le da, si lo único que quiere es seguir siendo ministra, y dirigir Unidas Podemos, como hembra favorita –mientras dure-, del macho alfa de la manada, Pablo Iglesias…?
Gracias, en definitiva, por tirar más de mil quinientos millones de euros al año con ese ministerio destinado a enchufarla, y obtener así el apoyo del macho alfa de la manada.
Pedro Sánchez, que es el gran culpable, usted no pasa de peón del ajedrez, es muy generoso, sobre todo con el dinero de los españoles.
Gracias, Irene, pues ha hecho usted más por el machismo que todos los hombres juntos.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor