Llegó a EE. UU. huyendo del nazismo y se cambió el nombre por Henry Kissinger.
Era un genocida premiado por otros genocidas con el Nobel de la Paz. Fue responsable del magnicidio del presidente Carrero Blanco y del diseño de la España actual, de su división en comunidades autónomas y su debilitamiento.
Era el rector de la Universidad de Georgetown en la que estudió Felipe VI. Autor del Plan Cóndor en Hispanoamérica y del informe NSSM 200, por el que el aborto se convertiría en una moda mientras las corporaciones estadounidenses robaban todas las materias primas y las riquezas a las naciones.
Le sobran las personas porque, cuando son muchas y están organizadas, se rebelan y no se dejan robar.
Autor de la política del “hijo único” en China. Fue secretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford.
Había cumplido 100 años en marzo.
Una de sus frases: “… y, al final, el mayor afrodisíaco: el poder”.
El Maquiavelo de nuestro tiempo, como siempre digo. El arquitecto del NOM.
En palabras de Meinvielle, no podía ser más judaizante, el muy talmúdico. Tenga tanta paz como deja, el asesino de Carrero Blanco.
Uno menos.
Solo DIOS y PATRIA