Estamos sumidos en la peste del siglo, España está asolada por el virus chino y los muertos, el miedo y el caos campan a sus anchas… Y nadie se acuerda de las prisiones, ni de los funcionarios de prisiones. Médicos, policía, ejército… ¿y los funcionarios de prisiones?
El otro día compareció el ministro Marlaska en la TV y dio las gracias a los presos por su colaboración… ¿Qué colaboración? ¿Sabemos realmente lo que está pasando en las prisiones? ¿Qué nos oculta el gobierno? Os lo voy a contar.
En la prisión de Zaragoza situada en el término municipal de Zuera, ya ha entrado el virus. No se ha dicho, no se sabe, pero así es. Ya hay, al menos, que sepamos con seguridad, un funcionario infectado, y varios presos infectados y en cuarentena dentro de la prisión. Se ha habilitado el módulo 11 para las cuarentenas de estos presos infectados y los funcionarios que sirven en este módulo tan sólo disponen de una mascarilla. El resto de funcionarios que se exponen diariamente en el trato personal con los presos carecen de cualquier medio de protección: no hay mascarillas ni nada para nadie.
Además, los servicios médicos del centro son escasos porque nos encontramos ante una espectacular carencia de médicos facultativos que no llegan a cubrir la RPT del centro desde hace meses a causa de jubilaciones, bajas, vacaciones, etc, y sin llegar a cubrir nunca las vacantes con nuevas contrataciones. Esto nos lleva a situaciones límite tales como que por las noches no hay médico de guardia presente en el centro ni tampoco los fines de semana o festivos. Teniendo muchas veces que asumir este papel la enfermera de guardia, esta sí, presente en el centro.
Entre las medidas tomadas por el gobierno se encuentra el prácticamente aislamiento de las prisiones del resto del mundo. Sólo podemos acceder a ellas los funcionarios que prestamos servicio en su interior. Se han suspendido los permisos, las comunicaciones, los vises, las actividades de todo tipo, etc… En un principio, esto parecería una medida prudente pero tenemos que tener en cuenta el medio especial en donde se aplican. Los presos de las cárceles no son ciudadanos españoles normales, son delincuentes condenados, muchos de ellos extranjeros sin ningún arraigo en el país, y muchos de ellos de la peor especie… Normalmente, no suele haber grandes problemas dentro de las prisiones a causa de la extrema libertad con la que viven los presos dentro de ellas. Gozan de piscinas, polideportivos, escuela, actividades recreativas como yoga, bailes, conciertos, cine, etc… Además de, por supuesto, las comunicaciones exteriores con amigos, familia, parejas, que es por donde entra siempre un inagotable suministro de drogas con las que los presos encuentran solaz, deleite y desahogo.