Recuperada por el sello Naxos para su colección “Spanish Classics” en una excelente serie integral de tres discos con Pedro Casals al piano, la obra de Manuel Blasco de Nebra vuelve a ser familiar al público español.
Hijo del organista José Blasco de Nebra y sobrino del afamado compositor bilbilitano José de Nebra, Manuel Blasco de Nebra fue maestro indiscutible de la tecla, destacando como improvisador en el órgano, el clave y el fortepiano.
Desarrolló su carrera en su Sevilla natal, y salvo una breve estancia de dos años en Madrid (1766), desde 1770 afrontaría el cargo de organista de la Catedral de Sevilla hasta su prematura muerte.
Autor prolífico, Blasco de Nebra escribió alrededor de 170 obras, en su gran mayoría perdidas, pero lo poco que se conserva -una veintena de sonatas y media docena de pastorelas- es suficiente para acreditarlo como uno de los máximos exponentes de la música de tecla española del siglo XVIII.
Pese a continuar la línea de Antonio Soler, epígono a su vez de Domenico Scarlatti, es en la forma sonata donde Blasco de Nebra ofrece más interés, y aunque la sencillez primitiva de sus esquemas estructurales (A – B; A – B – A) no supone gran novedad con respecto a los logros capitales de Scarlatti, el influjo de la guitarra es más poderoso que el del piano en su estilo.
Falleció a los 34 años, siendo enterrado en la Iglesia de la Santa Cruz de Sevilla.
José Antonio Bielsa Arbiol