Hace tiempo leí en un libro o artículo de don Jaime Peñafiel que el rey Juan Carlos I, y la reina consorte, doña Sofía, cuando todavía se hablaban, in illo tempore, ¡lo hacían en ingles!
¿Alguién se imagina al monarca británico hablando en su palacio en español, mal llamado castellano…?
Pues eso.
Tanto don Juan, como don Juan Carlos, o don Felipe, han jurado la Orden de la Jarretera, que no es más que la organización masónica que rige el Reino Unido, y una gran parte del mundo, si no todo.
Y tan contentos.
Quiero decir con esto que “nuestros” reyes ni aman a España ni defienden el español, ni nuestra Patria, pues son una dinastía extranjera, impuesta hace más de tres siglos y un cuarto, y de la que confío podamos librarnos pronto, pues solo miran por sus propios intereses, y consideran a España poco menos que su cortijo…
Por eso no es extraño que tanto Felipe como Pedro Sánchez, un traidor por naturaleza, como el alacrán, asistidos por Albares, el miniministro de asuntos exteriores, se hayan bajado los pantalones ante el Reino Unido, para recibir la embestida correspondiente de los hijos de la Gran… Bretaña (no sean ustedes mal pensados).
Albares no solo es pequeño físicamente, eso sería lo de menos, sino que su talla intelectual es todavía más escasa, y es tonto de toda tontedad.
¡Este hombre sería capaz de presentar como un “éxito” la pérdida de las islas Canarias, de Ceuta, Melilla y todos los islotes africanos que siempre han sido de España!
A mí me recuerda mucho a esos palanganeros que había en los prostíbulos de hace décadas, y que cumplían una función higiénica-sanitaria.
La UE negocia, pero ellos no pierden nada, sino España.
Y el Reino Unido gana mucho, al igual que esa república de abogados criminales y corsarios, que es Gibraltar.
Albares se sienta a la mesa, de igual a igual, con los “representantes” de una colonia, que debe ser devuelta a su legítimo dueño, que es España, reconociéndoles, de facto una autonomía y personalidad jurídica, de la que obviamente carecen.
¿Qué hemos hecho los españoles para merecer este régimen comunista sanchista, lleno de corruptos, ineptos y traidores, al que igual le da ocho que ochenta y ocho…?
¿Qué dice Felipe VI…, si es que es capaz de decir algo?
Habrá que ver qué opina Leticia, pues está claro quién manda en la Zarzuela.
Solo hay que ver la concesión de títulos nobiliarios, a personas relacionadas, o que caen bien, a la arpía, digo a la reina consorte.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor