‘Reclutamiento forzoso en España: qué dicen los españoles sobre tener que luchar en una guerra. El 53% de los españoles no está dispuesto a luchar por el país’. (El Economista/2024.)

En primer lugar, la actitud de este 53% es -ente otras cosas -poco inteligente. Si, por ejemplo, nos invadieran tropas islamistas y vencieran en la batalla, estaríamos mucho peor. A este 53%, le convendría defender España, aunque fuera de egoístamente.

Claro que este 53% podría pensar lo siguiente. Dado que lo más importante soy YO (abrevio a partir de ahora) no tengo obligaciones más que para mí. Que defiendan España los otros. Que mueran los que tengan que morir y, al final, si han ganado los de aquí salgo del escondrijo, interno o externo.

Pero tendría el desprecio -como poco- de los vencedores de la batalla -si han salido triunfadores-. Y si han perdido la batalla, también.

Resumiendo, si en una sociedad hay muchas personas -pongamos que la mitad, o más- que no quieren defender a su patria, en caso de ataque armado externo, es que, además de cobardía y, tal vez, odio/desprecio a su patria, hay un poderosísimo YO, que se impone a cualquier consideración. Por cierto, un español que ama a España es facha. Un catalán que sacralice Cataluña, merece respeto, vítores y aplausos. F. Savater distinguía entre patriotismo y nacionalismo: ‘Todos tenemos apéndice, pero no todos tenemos apendicitis’.

Precisemos que el ‘yo’ de los votantes socialistas es un ‘yo’ servil y fanatizado. Recordemos que aplaudían la corrupción de las falanges del ‘YO Caudillo’, que rechaza la alternancia democrática. Advirtió, ‘Si gobiernan PP/Vox, España retrocederá cuarenta años’.

Si nada, ni nadie, es más importante que tú, sólo tienes obligaciones para tu YO.  Ni la familia, ni la patria, ni Dios, por ejemplo, son más importantes que tú. Y por eso, no tienes que sacrificarte por ellos.

Cuando unos padres se sacrifican por sus hijos, es porque sitúan primero a sus hijos que a ellos mismos. Cuando unos hijos se sacrifican por sus padres, sucede lo mismo. Pero si tienes un YO, (aunque haya gradaciones) no hay justificación para que te sacrifiques por algo diferente a ti mismo.

Un ejemplo.

Mucha gente -desconozco el tanto por ciento- cree que ha venido al mundo a pasarlo bien. ‘Que son dos días, tío’. No piense el lector que me parece mal ‘pasarlo bien’. Al contrario. Pasarlo bien es uno de los aspectos importantes de la vida de las personas. ¿Entonces?

Una cosa es que ‘pasarlo bien’ sea un aspecto importante de tu vida, y otra cosa muy diferente, es que hayas interiorizado que has venido a este mundo a pasarlo bien. ‘Que son dos días, tío’. Si crees esto, ignoras que el mundo no está a tu disposición para complacerte y para que lo pases bien. Que, en la vida, hay adversidades de diferente grado e intensidad. Te crees con derecho a pasarlo bien, y si hay graves problemas -por ejemplo, una invasión armada- no es cosa tuya. Tú has venido a pasarlo bien. Aparte de que, si todos pensaran como tú, no se habría inventado la rueda, imprenta, penicilina, etcétera.

No digo que las personas que rechazan algo más importante que ellas mismas -por ejemplo, familia, patria, Dios-, sean malas personas.

Lo que digo es que una sociedad formada, mayoritariamente, por personas con un YO, que está por encima de cualquier otra cosa, es una sociedad mucho más expuesta a tener graves problemas. Mucho más grave que si esta sociedad cree, mayoritariamente, que hay cosas superiores, como familia, patria, Dios. Aunque esa superioridad ha de ser compatible con el respeto a la decisión libre de cada persona. En caso contrario, sería un despotismo, con siervos en vez de ciudadanos.

Entre un progre que considera que ser patriota es de fachas, y un patriota demócrata que -rechazando el racismo y xenofobia de ERC, Junts, PNV y otros socios del socialista Sánchez- considera a la patria digna de ser querida y defendida, hay muchísima diferencia, a favor de este último.

En el sistema educativo español, no se fomentan virtudes como: esfuerzo, disciplina, mérito, respeto, espíritu de superación… Y no se enseña a querer a España. Al contrario, domina la hispanofobia de la izquierda española (o antiespañola) y su querida Leyenda Negra. Y la derechona centro centrada, propone ‘Gestión y moderación’, gobernando Don Teflón (The Times dixit).

Me pregunto si estos estudiantes (‘son dos días, tío), cuando sean adultos, tendrán reservas culturales/espirituales para hacer frente a las adversidades de la vida, o votarán, sumisamente, un ‘puto amo’.

Hablando de YOES SUBLIMES, A. Elorza ha publicado el libro ‘Pedro Sánchez o la pasión por sí mismo. Anatomía de un dictador’. ¡Rápido, un espejo para el dictador!

La libertad, a veces, debe ser defendida con las armas. Como la patria.

 

Sebastián Urbina

Sebastián Urbina