No lo interprete como un caso aislado. Se trata de una madre muy valiente, que se atrevió a enfrentarse al fanático tinglado catalanista que han montado la mayoría de políticos, con la mayoría de docentes, también catalanistas.

Pide enseñanza en castellano, pero la Consellería de Educación no responde a su petición en la matrícula y su hijo sólo recibe cuatro horas de español y dos en inglés, en un colegio de Palma’. Esto sucedía en 2019.

Pero no todos los políticos odian a España. El portavoz del grupo municipal Vox, Fulgencio Coll, denunció “la poca consideración” del Ayuntamiento de Palma a la hora de programar la lengua en la que se proyectan las películas del ciclo Cinema a la Fresca.

El Pacte, dijo, no respeta los derechos de decenas de miles de palmesanos que pagan sus impuestos. Siguen empecinados en imponer el catalán y despreciar la lengua oficial del Estado”, concluyó Coll.

En cuanto al PP, no se deje engañar, estimada presidenta Prohens, porque estos fanáticos catalanistas, son antimallorquines y antiespañoles. Quieren ‘Paisos Catalans’. Es inteligente y honesto distinguir entre adversarios políticos y enemigos de la Constitución y de España. Igual para Cs.

Abandonamos 2019. El Obispo catalanista de Mallorca, Sebastiá Taltavull, (todavía entre nosotros) llamó “mentes obtusas” a los defensores del mallorquín. Añadió que ‘el mallorquín es el catalán de Mallorca’. Sugiero que lea ‘En Baleares no hablamos catalán’, de Mateo Cañellas Taberner. Luego podría invitarle a tomar café – aunque sea descafeinado- para aclarar las dudas que puedan quedarle. Si abandona su atrevida ignorancia y el fanatismo supremacista, Dios (aunque no es catalán) lo agradecerá.

Una precisión. Hay mallorquines que hablan catalán (ignoro el tanto por ciento) porque la mayoría de políticos son, o fanáticos catalanistas, o suficientemente sinvergüenzas como para prohibir, en la práctica, el mallorquín y las modalidades baleares, en favor del catalán de Barcelona. En la enseñanza. Y en los medios de comunicación del régimen. Mayoría.

En esta tarea supremacista, no sólo participa el catalanista, Obispo Taltavull, sino las falanges docentes catalanistas. Con el silencio culpable de los mediocres acobardados, que no se atreven a levantar la voz ante esta tropa de intolerantes.

Atención, el fanatismo catalanista menosprecia la salud de los baleares. Hace pocos días, ‘500 médicos de Baleares, no atenderán a sus pacientes en español por su “amor por el catalán“.

(LibertadDigital/5/2/2024.)

Baleares deja sin plaza a 800 enfermeros al cambiar las reglas y exigir el dominio del catalán.

(Enrique Recio/The Objective/4/2/2024.)

No olviden que este Obispo y estos médicos, son ‘primos hermanos’ del ‘Espanya ens roba’ y otras falsedades. Por cierto, en Baleares – España- hay dos lenguas oficiales, de modo que estos ‘matasanos’ sólo hablarán a sus pacientes en catalán. Esperemos que no les obliguen a jurar que defenderán la independencia de Cataluña.

Juramento hipocrático. ‘Guardaré el máximo respeto a la vida y dignidad humanas. No practicaré, colaboraré, ni participaré en acto o maniobra alguna que atente a los dictados de mi conciencia. Respetaré siempre la voluntad de mis pacientes y no realizaré ninguna práctica médica o experimental sin su consentimiento’.

Y no lo hacen por ‘amor al catalán’. Lo hacen por odio al español y a España. En la metrópoli, sus camaradas catalanistas dan otro paso en la misma línea supremacista/xenófoba. ‘Un grupo de sanitarios -pertenecientes al colectivo ‘Metges pel Catalá- pide expulsar a sus compañeros castellanoparlantes’. (Lidia Ramírez/The Objective/7/2/2024.)

Los fachas catalanistas, en Baleares, harán lo mismo cuando crean que ha llegado el momento oportuno. Por ahora, rechazan la libertad y exigen imposición: ‘Docentes de Baleares se movilizan contra la libre elección de lengua y en defensa del 100% en catalán’. (OkDiario/8/2/2024.)

No esperaba menos de esta tropa totalitaria, socios de Sánchez. Esperemos que PP, Vox y Cs, pongan pie en pared, o serán cómplices de esta basura. Sería una imperdonable mezcla de estupidez e irresponsabilidad.

Un ejemplo más de la pocilga identitaria: El infierno de los jueces del Supremo en Cataluña: ‘Uso mascarilla porque me reconocerían en la calle y aparecería alguna persona lanzándome un escupitajo o grabándome en vídeo mientras me insultan’. (OkDiario/12/2/2024.)

PD.: La acreditación sanitaria norteamericana “joint commission” hace énfasis en que el centro de la acción médica es el paciente.

 

Sebastián Urbina

Sebastián Urbina