los inicios

Este artículo debería estar precedido de una reflexión sobre la mitología simbólica del nacionalismo vasco, especialmente el “lauburu”. A esta representación, en algunas ocasiones, se denomina la esvástica de brazos curvos, pero no hay evidencias directas de que esté relacionado con la esvástica localizada en antiguas civilizaciones y lugares remotos. La esvástica, en cuanto tal, la encontramos como representación religiosa en Asia Oriental, Mongolia, la India, norte de Europa o incluso América Central. Igualmente fue representada por los celtas, etruscos o en la Grecia antigua. La cruz gamada (denominada así por el parecido de sus brazos con la letra gamma) puede representarse de forma sinistrógira (girando a la izquierda) o dextrógira (girando a la derecha). Actualmente el “lauburu” -asociado erróneamente a la esvástica- es un símbolo asentado en la iconografía del nacionalismo vasco. Pero de hecho esta asociación es relativamente reciente. El nacionalismo vasco, asoció el “lauburu” a la esvástica y utilizó esta última con profusión durante varias décadas

Lauburu

Sabino Arana y la esvástica

Sabino Arana conocía e interpretó el origen de la esvástica. Ello se puede comprobar en el primer número del periódico Eukadi, de marzo de 1901. El fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) publicaba un artículo titulado Euzko en el que trataba de explicar el origen de la palabra “euzkera”. No muy ducho en el propio idioma euskaro, Arana interpretaba las etimologías como le venían en gana. De ahí que buscó esta sorprendente relación: “Comenzaré haciendo notar la analogía que hay entre euzko y eguzki (sol), puesto que este eguzki se contrae muy castizamente euzki en casi todas las comarcas del país euzkeldun. Y pregunto: ¿eguzko-a, sincopado en euzko-a, no pudo ser el nombre que, significando el del sol, se diera a sí mismo el vasko, por provenir del oriente, como todas las razas de Europa, que tuvieran natural empeño en consignarlo, o por la veneración que tributara al sol como la obra más benéfica del Creador? Pero aún hay más que esto de la semejanza morfológica de ambas voces, y es que muy probablemente los vaskos dieron culto al sol, como voy a demostrarlo. Los ghonds de la India1 y sus dominadores los arios tienen en gran veneración un signo que en sánscrito llaman svasti (…)”. El argumento llevaba a Arana a interpretar que el pueblo vasco, se remontaba a la época de las viejas grandes culturas y tenía elementos comunes con ellas.

Este artículo es confuso y está lleno de digresiones que no venían a cuento como, por ejemplo, sobre la verdadera catolicidad del nacionalismo vasco en comparación con la idolatría que tenían a la Virgen del Pilar los “españoles”. Dejando de lado estos desbarres Arana acaba concluyendo: “1º, que el signo semejante a una cruz y venerado por los cántabros era idéntico al svasti índico, a la rueda de cuatro rayos de Massilia, al Thors-hammar escandinavo, etcétera; y 2º, que semejante signo era en Cantabria enseña propia, si no privativa, de la población vaska, pues los várdulos, que la usaban, no eran cántabros, sino vaskos que habitaban fuera de aquella tierra. Fue, pues, objeto de gran veneración entre los vaskos la rueda de cuatro rayos, símbolo del sol”.

Gemelo con Esvástica con el rostro de Sabino Arana en el centro

Dejando de lado la típica e intencionada confusión del nacionalismo entre cántabros y vascos, el caso es que la esvástica ya era conocida por Arana y la interpretaba como una forma especial de representar el “Lauburu”. Se discute sobre la importancia que dio a estos símbolos Arana, en la medida que buscaba señas de identidad para el incipiente nacionalismo. Es indudable que la artificial Ikurriña tuvo un fulgurante éxito. Pero el uso del Lauburu y la esvástica sólo empezaron a usarse de forma cotidiana tras una década del fallecimiento del padre del PNV. Quizá influyera en ello que Sabino Arana, enardecido del integrismo católico más demencial, consideraba que la esvástica contenía interpretaciones paganas que, o bien debían ser cristianizadas, simplemente tomadas como un referente de los ancestrales orígenes del pueblo vasco.

El recorrido paralelo de la esvástica en las sociedades esotéricas

La esvástica había sido dada a conocer en pequeños círculos intelectuales, en 1870, por el controvertido arqueólogo alemán Heinrich Schliemann que la había descubierto en lo que él consideró las ruinas de la antigua Troya en Turquía. En sus excavaciones encontró numerosas representaciones de esta cruz. Pero la primera persona en difundir la cruz gamada asociada al racialismo decimonónico, fue la siempre misteriosa madame Helena Blavatsky, quien en 1881 la incluyó como emblema de la Sociedad Teosófica. Esta sociedad tenía como fin ser: “una sociedad para la búsqueda de la sabiduría divina, sabiduría oculta o espiritual”. Si seguimos el rastro de cómo la cruz gamada llegó a ser parte de la bandera del Partido Nacional Socialista Alemán, debemos acudir a Guido von List, seguidor de Blavatsky, e iniciador del movimiento conocido como el ariosofismo austriaco (una corriente que pretendía sustituir el cristianismo por la vieja religión germánica).

Esvástica en la Sociedad Thule

A su vez, Guido von List tuvo un influyente seguidor: Lanz von Liebenfels. Este fundó en 1905 la revista Ostara, de carácter esotérico y antisemita, de la que Adolf Hitler fue entusiasta lector. También se dejó influir por Liebenfels, el Barón Rudolf von Sebottendorff, fundador de la Sociedad Thule que daría a la luz al DAP (Partido Obrero Alemán) y este al NSDAP (Partido Nacional Socialista Alemán) en 1920. El uso de la esvástica tanto por el nacionalismo vasco, como por el nacionalsocialismo alemán, recorrieron caminos paralelos. No es nada probable que el PNV de los años 20 y 30 del siglo XX, estuviera imitado la simbología nazi. La adoptó motu proprio como una de sus señas de identidad al margen de lo que estaba sucediendo en Alemania.

Una anécdota significativa la relata Philippe Aranart en su libro La cruz vasca. Cuenta como un turista alemán, a mediados de 1936, se quedó perplejo visitando el País Vasco francés. En una tienda de recuerdos encontró en varios objetos la cruz gamada y pensó que se hallaba en una zona filonazi. Igualmente cuenta que un año antes un periodista argentino asistió a un mitin del PNV y le extrañó muchísimo que los asistentes al acto llevaran esvásticas en las solapas de sus chaquetas. Todo ello no era casualidad pues el uso de la esvástica se había ido popularizando entre los nacionalistas vascos incluso antes de que Hitler la adoptara, en 1920, como lema de su partido.

El uso de la esvástica por la Juventud Vasca de Bilbao (1914)

Aunque antes de 1914 es difícil demostrar un uso “orgánico” de la esvástica por parte del nacionalismo vasco, es indudable que en diciembre de ese año tenemos ya pruebas indudables. En el diario Euzkadi, por esa fecha, se inicia una campaña de la Juventud Vasca de Bilbao para mostrar en la solapa de las chaquetas un alfiler con una esvástica (y no precisamente un “lauburu”). El fin de dicha campaña era que los vascohablantes (euzkeldunes) se pudieran reconocer entre ellos. En un manifiesto publicado en dicho periódico, el 8 de diciembre, se lee: “Hace ya tiempo que venía siendo aspiración muy extendida entre los euzkel-dunes la adopción de un signo distintivo que proclamase en quien lo llevara un poseedor de la lengua nacional […]. El distintivo adoptado consiste en un sencillo alfiler en plata rematado por la famosa rueda de cuatro rayos, primitivo signo vasco, cuya explicación detallada aparecerá próximamente […]. Este distintivo podréis proporcionároslo en Juventud Vasca, de Bilbao, donde al precio de dos reales cada uno, se pondrán a la venta desde el sábado 12 del actual, por la noche […]. Que a todos los euzkeldunes nos una el hilo santo de la fraternidad y del mutuo amor […]”.

Alfiler de corbata con la esvástica formando la ikurriña

El 13 de diciembre, domingo, aparecía en el mismo diario un artículo, titulado Por nuestro idioma, encabezado por una esvástica, en el que se ahondaba en el sentido de tal simbología: “He ahí el signo adoptado por el benemérito grupo Euzkeltzale Bazkuna, Juventud Vasca, como distintivo que han de usar cuantos se propongan honrar la lengua de sus mayores […] Juventud Vasca lo adopta como signo de lucha y de triunfo. Desde este día, que la Historia de nuestra patria ha de registrar con gozo, exhibirán orgullosamente los vascos su cualidad de euzkeldunes, rindiendo a la lengua de sus apellidos, al custodio excelso de la fe católica y de la nacionalidad, el homenaje de amor y reverencia que hasta los presentes instantes se le ha negado con injusticia y crueldad bochornosas. Desde este día, 13 de diciembre de 1914, se mantendrá públicamente, en calles y plazas del territorio patrio la protesta incesante, inmortal mientras padezca el euskera”.

Este entusiasta artículo sin firma, según el historiador Andoni Esparza Leibar, fue escrito por Manuel Aznar Zubigaray. De origen Navarro y de familia tradicionalista, recaló en Bilbao y acabó militando en las juventudes nacionalistas. Su larga y controvertida trayectoria, le llevó en la guerra a pasarse a Burgos. Y tras la Guerra Civil llegó a integrarse en el ámbito del periodismo más elevado del franquismo: director de la Vanguardia, Agencia EFE, etcétera. Uno de sus nietos sería José María Aznar, que fuera presidente del gobierno de España.

Campaña para el uso de la esvástica como símbolo de los vascohablantes (1914)

La Juventud Vasca de Bilbao contaría por aquél entonces con un millar de afiliados de los que sólo una pequeña parte sería vascohablante. Pero ello no restaba entusiasmo a la campaña. El día 14, se felicitaba el periódico de: “la idea de distinguir con un signo particular a cuantos, conociendo y amando, a pesar de la criminal indiferencia de que la han visto rodeada, la lengua de la raza”. A principios de enero se daba cuenta de la distribución de 500 alfileres con la esvástica por diferentes poblaciones vascas y navarras. Pasados los años, la esvástica, asociada al nacionalismo vasco y a la figura de Sabino Arana, se fue extendiendo. Quizá el caso más llamativo de su uso, lo encontramos en la famosa fundición de Elorrio creada por Julián Ariño Salazar.

Publicidad de la fundición Berrio-Otxoa Burdiñola, con la esvástica como logotipo

La empresa había sido fundada el año 1913, en 1916 adoptó el nombre Berrio-Otxoa Burdiñola. Ariño, afiliado al PNV, llegó a ser alcalde de la localidad. No es que los abertzales fueran mayoría, más bien lo contrario, pero sí que eran parte de la potente burguesía vasca y Ariño era uno de los caciques de la población. En lo que fue el lugar que ocupaba la fábrica, aún hoy en día se conservan varias verjas forjadas en hierro con la esvástica rodeada de la ikurriña. La empresa, en su publicidad usaba habitualmente la esvástica. En pleno franquismo, la misma empresa, aunque con nombre cambiado, en productos como tapas de alcantarillas, reproducía el “lauburu” (inequívoco símbolo nacionalista) sin ningún reparo.

Verja en la antigua fundición con representando la cruz gamada como centro de la ikurriña

Plancha forjada en Berrio-Otxoa Burdiñola, con la esvástica

La misma empresa, pero bajo el nombre de Funcor, elaboraba tapas de alcantarillado con el Lauburu, en pleno franquismo (1964)

Encontramos en 1924 que, con motivo de la fundación en Navarra de la asociación Euskeraren Adiskideak, se usó también la cruz gamada como parte del sello de la institución. La asociación tenía como finalidad estudiar y promover el uso del euskera. Si bien es cierto que a ella pertenecían elementos nacionalistas, también los hubo conservadores españolistas como Genaro Larrache o el carlista Ignacio Baleztena, a la sazón diputado y más tarde uno de los principales elementos que prepararon el alzamiento del 18 de julio. Así, en este caso, la esvástica era tomada como un elemento simbólico atribuido (equívocamente) a lo vasco sin más. Por el contrario, en el mundo exclusivamente nacionalista, y coincidiendo con los aniversarios del fallecimiento de Sabino Arana (en 1903), la esvástica fue cada vez más utilizada, llegando a aparecer en tarjetas de felicitación, en las que se reproducía la cara de sabino Arana y la cruz gamada.

Sello de la Euskeraren Adiskideak

Postal con el retrato de sabino Arana y la esvástica (1924)

Como primera conclusión, parece indudable que entre el nacionalismo vasco, el uso de la esvástica fue anterior al del propio Partido Nazi ya que el diseño de la cruz gamada en un círculo blanco y sobre fondo rojo, fue diseñada en 1920 por el mismo Hitler. Ello no quita, que a finales de la década de los 30 y principio de los 40 el nacionalismo vasco no tuviera sus veleidades con el nazismo. Este tema sería la continuación lógica de este artículo. Pero el caso es que los propios nazis, al llegar al poder, se sorprendieron sobremanera de que un pueblo como el vasco -o mejor dicho los nacionalistas vascos- usaran con total normalidad la esvástica. Tanto es así que, en 1934, el Secretariado General del PNV recibió una carta desde el mismísimo Gobierno alemán pidiendo aclaraciones. Querían saber de inmediato “cómo ha llegado la esvástica hasta Euzkadi”.

 

Javier Barraycoa

Javier Barraycoa