¿Se suicidó o la asesinaron…? El 14 de septiembre de 1977 falleció en Madrid la joven actriz Sandra Mozarowsky Ruiz de Frías, después de pasar veintidós días en coma vegetativo tras caer, o ser tirada, del balcón de su domicilio, en la calle Barquillo, de Madrid.

Tenía solo 19 años, pues había nacido el 17 de octubre de 1958 en Tánger, hija de padre ruso y madre española. Y según las malas lenguas era la amante de una alta personalidad del Estado. Y estaba embarazada…

Soy consciente de que los delitos prescriben, pero también pienso que los asesinatos no tendrían que prescribir nunca, sobre todo cuando el autor intelectual del asesinato sigue vivo, y es posible que incluso los ejecutores materiales, en su caso (que no me extrañaría nada que los hayan eliminado, para borrar el rastro de crimen).

Pero además del derecho penal existe la memoria histórica, y esta no puede ser hurtada a las nuevas generaciones, que tienen derecho a saber quién o quienes les han “pastoreado” en la vida pública y política, y cuál es la catadura moral de determinados personajes, teóricamente ejemplares.

Sandra era menor de edad cuándo murió, pues la mayoría de edad se alcanzaba entonces a los 21 años, ya que hasta la promulgación del Real Decreto-Ley 33/1978, de 16 de noviembre (BOE del 17) no se rebajó a los 18 años actuales la mayoría de edad.

Es decir, que una menor de edad, que simultaneaba su trabajo de actriz con otro en un club de alterne de la calle Oriente, que tenía como socio a Paco Martínez Soria, encapricha a una alta personalidad del Estado, de la que presuntamente queda embarazada…, y luego muere en extrañas circunstancias. Se suicida, como el fiscal argentino, o el fiscal jefe de Lugo, casos todos ellos envueltos en extrañas circunstancias, pues no es lo mismo suicidarte a que te “suiciden”.

No digo más, ni menos, pero creo que este caso merece ser desempolvado de los archivos de la policía (si es que no han “desaparecido” los expedientes policial y judicial correspondientes, que no me extrañaría nada…).

Los españoles tenemos derecho a saber la verdad, por lo menos la verdad histórica, de lo sucedido.

Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado y escritor

www.ramirograumorancho.com

 

Ramiro Grau Morancho