He escuchado, con el respeto que merece una persona mayor, así como la inteligencia, el discurso de la moción de censura de don Ramón Tamames, y los demás oradores, algunos de ellos más bien orangutanes…
Comprendo perfectamente que un candidato debe elaborar una intervención muy meditada, proponiendo soluciones a los graves problemas que sufre nuestra Patria, hoy en día en manos de corruptos, ineptos y traidores, y por eso mismo es lógico que haya escrito previamente los puntos básicos de su intervención.
También por simples razones de edad, pues la agilidad mental no es la misma con cuarenta años que con ochenta y nueve.
Pero es evidente que don Ramón Tamames tiene la cabeza muy bien amueblada, algo que no podemos decir del falso doctor en economía, con una tesis pergeñada por seis negros a las órdenes de don Miguel Sebastián, como es público y notorio.
Y tampoco es de recibo que el todavía presidente nos suelte un rollo de varias horas, al estilo Fidel Castro, que hablaba horas y horas, aunque debo decir, en honor a la verdad, que Fidel creo que iba improvisando sobre la marcha, no así “nuestro” amado líder, que se dedica a leer un mamotreto que le han preparado sus cientos de asesores, nombrados a dedo, y generosamente pagados, con nuestro dinero…
Que no conteste a las cuestiones planteadas, y se dedique al autobombo.
¿Pero este hombre no tiene abuela?
Tamames estuvo bien, muy bien, sobre todo en sus respuestas, escuetas, realistas y con un punto de ironía y sarcasmo, muy del estilo de quien ya está de vuelta de todo.
Tengo un gran respeto hacia quienes, por sus ideas políticas, equivocadas o no, han sufrido persecución, y hasta prisión, mientras que desprecio totalmente a esos “socialistos” que sólo piensan en robar el dinero público, y en enchufarse y enchufar a toda su familia, en el pesebre de las administraciones públicas, chiringuitos y fundaciones que van creando por doquier.
Las intervenciones, en realidad debería decir las deposiciones, de varios diputados, que no merecen ni siquiera que les nombre –Damnatio memoriae-, evidencian hasta qué punto la PSOE está llena de guerra civilistas, a los que les encantaría volver a 1936, y casa muy poco con la auto propaganda de moderación de Fidel Castro, digo Pedro Sánchez…
Como bien dijeron Abascal y Tamames, el Congreso es la más alta representación de la soberanía nacional, y no una taberna cualquiera, y los diputados deben ir correctamente vestidos, por respeto a los demás, y a sí mismos, y las intervenciones deben de ser orales, preferiblemente.
Los españoles no necesitamos tiranos como Castro, Maduro, Ortega…, sino políticos que contribuyan a solucionar los problemas, no a crearlos.
Es evidente que Sánchez no piensa más que en sí mismo, en su cada día más reducido futuro político, y en seguir engañando al máximo de votantes y botontos…
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor