Parece ser que Ciudadanos, en su total entreguismo al psicópata narcisista y a los comunistas, ha conseguido un “gran éxito que los españoles sólo tengamos que estar a un metro y medio de los demás súbditos y contribuyentes (pues es lo que somos), en lugar de a dos metros, como hasta ahora…
Un gran “triunfo”, sin duda, de ese medio partido.
Y una forma de justificar su total entreguismo a los comunistas, que son los que llevan la batuta, mientras el tonto útil acomoda “su política”, que todos sabemos ya que no existe, como no sea permanecer el máximo tiempo posible en el Palacio de la Moncloa.
¡También llegar a ser el primer presidente de la tercera república, y hay que reconocer que con eso se está dando mucha prisa, habiendo emprendido ya una gigantesca campaña nacional de desacreditación de la monarquía, pretendiendo imputar al Rey actual (que está impóluto dicho sea de paso), todos los errores, o meteduras de pata y de mano, de su padre, llamado también “el demérito”!
¿Qué era y qué es Ciudadanos…?
Nada.
Un bluf.
Un partido bisagra, creado artificialmente, de la mano del Ibex 35, para “ayudar” a que otros partidos gobernaran realmente en Cataluña y en España.
Es verdad, y no me duelen prendas en reconocerlo, que hizo un papel muy digno en Cataluña, frente a la cobardía habitual del PP, que ya es uno de sus signos de identidad, pero en España la está cagando, y bien.
Sobre todo la actual lideresa, o más bien lidercilla, casada o arrejuntada con un izquierdista separatista catalán, y ya se sabe que dos que duermen juntos, acaban pensando igual…
Esta partida (no es un error), de defensores del aborto, de la eutanasia y de los “vientres de alquiler”, como si las mujeres fueran simples “cosas” semovientes, a las que se estabula, preña, alimenta y hace parir, para entregar sus hijos a homosexuales, lesbianas o familias que no puedan o quieran tener hijos, me parece una forma de actuar totalmente aberrante, y que debería ser delictiva, si en algo estimamos al género humano.
Inés Arrimadas creo que acaba de ser madre de un hijo, al que le deseo todo lo mejor, por supuesto, al igual que a sus progenitores.
De cualquier forma, si su partido traidor, o veleta, se acaba hundiendo –que es lo que va a suceder-, le auguro un gran futuro como vientre de alquiler, visto que ya tiene experiencia, y está todavía en edad de ser fértil.
¿De verdad puede desear “eso” a ninguna mujer?
Y supongo se creerá feminista, ¿no?
Qué cosas.
Yo debo de ser del siglo pasado, o del anterior, pues cada día entiendo menos esta “suciedad”, de la que cada vez me siento más alejado.
Alejado y asqueado.
Ramiro GRAU MORANCHO
Abogado y escritor