La frase que encabeza el artículo es de Rubalcaba, y se refiere al atentado del 11 de marzo de 2004, creo recordar. ¡Ese que no se perpetró en montañas lejanas, sino aquí mismo, en enigmática frase de Aznar!, y que supuso un vuelco electoral en favor del siniestro PSOE, que entonces todavía no se había casado, en régimen de gananciales, con los comunistas bolivarianos de España.
Ahora sucede lo mismo. Los españoles estamos siendo vilmente engañados por un desgobierno que lleva mintiendo desde que llegaron al poder, primero para convocar elecciones -que obviamente no convocaron-, acabar con la corrupción -que realmente ha ido en aumento, aunque se tape-, reformar la vida pública -ya lo vemos-, acabar con los políticos profesionales -hará falta otra guerra civil para echarles del poder-, etc.
De forma breve y sucinta, quisiera sentar varias premisas, desde mi leal saber y entender, y escribiendo en conciencia, como siempre lo hago, dio sea de paso:
- El gobierno actual es el gran culpable de la crisis. Ellos la han propiciado, desoyendo el aviso de la Organización Mundial de la Salud, de 30 de enero, y negando las evidencias, permitiendo las manifestaciones multitudinarias del 8 de marzo, el congreso de VOX -totalmente irresponsable-, la celebración de partidos de fútbol con equipos italianos, no sometiendo a cuarentena obligatoria a los miles y miles de extranjeros infectados que han venido a España en estos meses, etc.
- Quien genera un problema, no puede resolverlo.
Es un principio básico de cualquier organización social que se precie, que la persona o personas que han actuado con ineficacia, irresponsabilidad, e incluso responsabilidades criminales, deben ser cesados y expulsados de los cargos que ocupan, y cuánto antes mejor.
- Se impone pues, cuando la situación pase, la celebración de elecciones generales anticipadas, para que el pueblo soberano pueda pronunciarse.
- No estamos en estado de alarma, sino de excepción, y basta con estudiar la Constitución y la legislación para verificarlo. Todo ello se ha hecho a espaldas del Congreso de los Diputados, y asumiendo el Gobierno unas competencias de las que carece. Digamos, hablando claramente, que SE HA DADO UN GOLPE DE ESTADO JURÍDICO.
- Los efectos para la economía española van a ser, y ya son, devastadores. Va a aumentar el paro, y de qué manera, y al paso que vamos las administraciones públicas pronto no tendrán dinero ni para pagar sus abultadas nóminas, y mucho menos para dar subvenciones a fondo perdido, y tan perdido, a sus amiguetes y correligionarios (no hay mal que por bien no venga).
- Una Iglesia de cobardes, presidida por un tal Omella, un simpatizante del separatismo catalán, ha cerrado a cal y canto las Iglesias, y dejado a los fieles abandonamos a su suerte. Convendría recordarlo cuando tengamos que poner -o no- la X en la declaración de la renta.
- Los únicos que no perderán nada con esta crisis será la castuza política y los empleados públicos, que seguirán cobrando como si aquí no hubiera pasado nada.
Todos los demás saldremos arruinados, y los que tengan muchas deudas, o situaciones económicas problemáticas, veremos si se salvan, o mueren económicamente, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, propiedades, patrimonio, etc.
- Los comunistas han aprovechado la situación para “colocar” a su líder en la alta dirección del CNI, Centro Nacional de Inteligencia, convirtiéndonos en un país apestado dentro de la estructura de defensa de Occidente, todo ello con la corresponsabilidad criminal de Pedro Sánchez y demás tontos útiles del socialismo español, que ni son socialistas, sino “socialistos”, ni patriotas.
- Los 47 millones de residentes en España, entre nacionales y extranjeros, estamos en la situación jurídica de prisión atenuada, o arresto domiciliario, previsto en el Código Penal y en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, pero solamente para condenas penales, o situaciones de prisión preventiva, debidamente decretadas por un Juez, y no por un par de “Comandantes Revolucionarios Bolivarianos”, como sucede en el caso que nos ocupan.
- Esta pérdida del derecho fundamental del artículo 19 de la Constitución (Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional), supone, de facto, la pérdida de otros derechos fundamentales, como los derechos de reunión y de manifestación (art. 21), etc., y hace que los ciudadanos se encuentren inermes, asustados y acojonados ante la castuza política, que nos mangonea como si fuéramos un rebaño de ovejas, utilizando a los cuerpos de seguridad del estado como perros del rebaño (dicho sea con todo respeto hacia ellos).
En otras palabras, no les interesa tanto solucionar el problema como “controlar” la situación, y que quede claro quién manda aquí…, aunque mande mal.
- En definitiva, y para terminar, España ha emprendido el camino hacia una dictadura comunista bolivariana, de la peor especie, con el acompañamiento coreográfico, en el papel de tontos útiles, del PSOE, al que algún día no muy lejano, el pueblo español tendrá que pedirle cuentas…
Ramiro GRAU MORANCHO
Abogado y escritor