El año 2000 en 1910

Un escueto texto del año 1969 escrito por el entonces sacerdote Joseph Ratzinger, que llevaba por título “El futuro de la iglesia”, exponía de forma profética como sería la Iglesia del siglo XXI:

“La iglesia del mañana será una iglesia pequeña, y en gran medida, tendrá que comenzar desde el principio. Ya no podrá llenar muchos edificios construidos en tiempos de esplendor. Junto con el número de fieles perderá muchos de sus privilegios en la sociedad. Se presentará sobretodo como una comunidad a la cual se ingresa solo por una decisión voluntaria. Como comunidad exigirá mucho más la inicitiva de sus miembros. Seguramente adoptará nuevas formas en su ministerio y ordenará sacerdotes a cristianos probados profesionalmente… Será una iglesia de una espiritualidad más profunda… Pero de esta iglesia más espiritual y sencilla brotará una gran fuerza. Porque los hombres de un futuro completamente planificado padecerán una soledad indecible. Cuando Dios desaparezca de sus vidas experimentarán una total y terrible pobreza. Así pues descubrirán la pequeña comunidad de creyentes como algo completamente nuevo, como una esperanza, como una respuesta que en lo oculto siempre estaban buscando”.

 Y es que no son pocos los eslogan y manifiestos que podemos encontrar hoy en día contra la Iglesia Católica en España:  “Por una escuela pública y laica, Que la iglesia pague el IBI, Derogación de los Acuerdos con la Santa Sede…”. En este caso, nos vamos a centrar en el ámbito educativo con una campaña laicista: ¡Religión fuera de la escuela!”, en la que se solicita que la asignatura de religión deje de formar parte del currículo y del horario lectivo, saliendo de la Escuela; que ninguna simbología religiosa tenga presencia institucional en los centros escolares, y que con dinero público no se financie el “adoctrinamiento religioso” en ningún centro escolar o que segregue por razón de sexo o por otra naturaleza ideológica o social.

Independientemente de que esta campaña, entre otras, sea promovida por el librepensamiento, la realidad actual de la formación religiosa en edad escolar nos lleva a plantear un aspecto importante objeto de reflexión: “¿Es la clase de religión una catequesis disfrazada de asignatura?”

 Para Avelino Revilla, delegado de enseñanza de la archidiócesis de Madrid, en una entrevista publicada en la web “aleteia” el 22 de mayo de 2013,  la enseñanza religiosa escolar “no es ni quiere ser catequesis” y explica que su finalidad es “dar respuesta a las preguntas que el alumno se va haciendo y mostrar cómo la religión católica ha sido origen de cultura en diversos ámbitos”.

Nadie niega que la enseñanza religiosa escolar sea una asignatura sometida a los mismos requerimientos que cualquier otra área. Es decir, con un currículum, un profesor con una titulación determinada y unos objetivos. Pero: “¿Es entonces la asignatura de religión una enseñanza evangelizadora?”. Según este experto eclesiástico en el tema: “la asignatura de religión no es catequesis, porque la catequesis es algo que se imparte y se lleva a cabo dentro de la comunidad cristiana.

A este punto quería llegar yo: “se lleva a cabo dentro de la comunidad cristiana”. En mi humilde opinión, las clases de religión hoy en día en España son flojísimas y no enseñan doctrina, constituyen más una historia de las religiones que ayudarte a profundizar en tu fe, con independencia de que sea una educación en valores y sea una asignatura que merezca la pena a nivel humano.

En definitiva, la formación religiosa en edad escolar debe ser una enseñanza que se haga presente en el ámbito eclesial con una finalidad pastoral que haga posible la maduración de la fe de los creyentes.

ACeBe

 

Vicente Alba