Foto: Heraldo de Aragón
El pasado 2 de marzo el Heraldo de Aragón publicaba un titular relacionado con el fracaso escolar del alumnado matriculado en la FP básica, más de la mitad no logran obtener la titulación.
Estas enseñanzas, dirigidas a jóvenes de entre 15 y 17 años, se han convertido en la única alternativa para aquellos alumnos que no consiguen superar los estudios de secundaria, tras la puesta en marcha de la LOMCE.
Según la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Aragón (FAPAR) “estos resultados quizás se mejorarían si los alumnos que cursan esta titulación tuvieran una vocación formativa“.
Con estas declaraciones de los representantes de las familias está todo dicho, el alumnado no tiene motivación alguna de permanencia en el sistema educativo. Esto demuestra que la implantación de la Educación Obligatoria hasta los 16 años de la LOGSE en 1990 ha sido un fraude en toda regla, por mucha convergencia europea que hubiera de por medio.
Anteriormente, con la EGB de la Ley General de Educación de 1970, se aseguraban unos estudios básicos al mismo tiempo que el alumnado permanecía en la escuela hasta los 14 años, más aún en el medio rural.
Aunque las intenciones del nuevo gobierno en el ámbito de la FP sean una prioridad (para eso le han cambiado el nombre al Ministerio de Educación… y FP), hay que tener una visión a medio y largo plazo donde las necesidades del mercado laboral coincidan con la oferta del sistema educativo, la formación tanto del alumnado del alumnado como del profesorado que imparte estas enseñanzas persiga la excelencia, y haya una dotación presupuestaria razonable que haga posible el desarrollo óptimo de estas titulaciones. Así mismo, la enseñanza de iniciativa social tiene mucho que decir en este asunto.
En definitiva, se trata de un asunto que requiere un amplio consenso político y de los agentes sociales, y que a su vez también pueda englobar de una vez por todas el encaje de la formación ocupacional. Resumiendo: “los experimentos con gaseosa”.
ACeBe