1908-1919 y 1910-1920 respectivamente. Festividad: 20 de Febrero
Patrones de males corporales; cautivos; creyentes ridiculizados por su piedad; presos; enfermos; contra la enfermedad.
Francisco Marto y su hermana Jacinta, también conocidos como San Francisco Marto y Santa Jacinta Marto, junto con su prima, Lucía dos Santos (1907-2005) fueron los niños de Aljustrel cerca de Fátima, Portugal, que presenciaron tres apariciones de un ángel en 1916 y varias apariciones de la Bienaventurada Virgen María en 1917. Sus visiones de Nuestra Señora de Fátima dieron lugar a un importante centro de peregrinación cristiana mundial en Portugal.
Los niños Manuel y Olimpia Marto, Francisco y Jacinta eran los típicos niños de una aldea portuguesa de la época. Eran analfabetos pero tenían una rica tradición oral en la que confiar, y trabajaban de pastores con su prima Lucía, cuidando las ovejas de la familia.
Según las memorias de Lucía, Francisco tenía una disposición plácida, tenía cierta inclinación musical y le gustaba estar solo para pensar. Jacinta era cariñosa, aunque un poco malcriada, y emocionalmente frágil. Tenía una dulce voz de canto y un don para bailar. Los tres niños abandonaron la música y el baile después de que comenzaran las visiones, creyendo que estas y otras actividades recreativas conducían a ocasiones de pecado.
A pesar de sus experiencias, sus personalidades fundamentales permanecieron igual. Francisco prefería rezar solo, como dijo, “para consolar a Jesús por los pecados del mundo”. Jacinta se vio profundamente afectada por una aterradora visión del Infierno que, según los informes, se mostró a los niños en la tercera aparición. Ella se convenció profundamente de la necesidad de salvar a los pecadores a través de la penitencia y el sacrificio, ya que, según los informes, la Virgen les había ordenado a los niños que lo hicieran. Los tres niños, pero especialmente Francisco y Jacinta, practicaron estrictas auto-mortificaciones para este fin.
En Agosto de 1918, justo cuando terminaba la Primera Guerra Mundial, Francisco y su hermana contrajeron la gripe. Solo ocho meses después, Francisco sabía que se acercaba su hora. Pidió recibir al Jesús Oculto en la Sagrada Comunión. Murió a la mañana siguiente y fue enterrado en un pequeño cementerio de Fátima. Más tarde fue trasladado al Santuario en Cova da Iria.
Jacinta, por su parte, fue víctima de una neumonía cayendo enferma en Diciembre de 1918. Estuvo internada en el Hospital de Villa Nueva de Ourém y por fin en Lisboa, en el hospital de D. Estefanía donde murió el día 20 de Febrero de 1920.
El 13 de mayo del año 2000, tanto Francisco como Jacinta fueron beatificados y el 13 de mayo de 2017, en el centésimo aniversario de Fátima, ambos fueron también canonizados por el Papa Francisco.
Oración:
Padre Celestial, te doy gracias por haber elegido a Nuestra Señora del Rosario de Fátima para llevar al mundo tu mensaje de paz, conversión y oración reparadora por los pecados de todos los hombres; y por haber dado a los santos Francisco y Jacinta una gran fe, docilidad y fuerza para transmitirlo con su ejemplo, a pesar de las amenazas y las dificultades. Concédeme la gracia de difundir el mensaje de Fátima con mi vida y oración, y por la intercesión de tu Santísima Madre y de los Santos Pastorcitos de Fátima, concédeme la gracia que ahora te pido (mencionar la gracia). Amén.
R.V.