“El PP se suma al PSOE para castigar con cárcel a padres y médicos que rechacen la “terapia afirmativa”. La abogada Paula Fraga ha calificado la medida como “gravísima”, argumentando que “criminaliza a profesionales de la salud que hagan su trabajo y a padres que velen por el bienestar de sus hijos”. Según ha denunciado, “llaman terapia de conversión a la negativa a hormonar a menores sin evaluación psicológica previa” …
…“miles de menores mal diagnosticados serán empujados a una transición médica irreversible”, mientras que quienes traten de evitarlo “se enfrentarán a la cárcel”. (InFoVaticana.)
¿Qué es terapia afirmativa? Es una psicoterapia que valida y defiende las necesidades de las personas pertenecientes a minorías sexuales y de género, como las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer.
Ahora, imagine que un hijo suyo – pongamos de 16 años – dice que se siente mujer y que, en consecuencia, quiere vestirse de mujer, ir a un colegio de chicas, etcétera.
Suponga que los padres – diría que padres normales, no infectados por el virus progresista – llevan a su hijo a un médico especialista, para comprobar qué está pasando, si cree de verdad lo que dice, si es transitorio, qué efectos se pueden producir en la salud de su hijo, etcétera. Están preocupados.
Pues bien, estos padres y el médico pueden ir a la cárcel, gracias a esta ley que dice ‘proteger’ a estas personas antes citadas, ley apoyada por el PSOE y por el PP.
¿Qué mal han hecho estos padres y el médico? En vez de aplaudir lo que ha dicho el hijo, y comprarle una falda de entretiempo y un sujetador sin tirantes, han querido asegurarse de que esta decisión de su hijo no es perjudicial para él mismo. Y, en todo caso, escuchar la opinión de un médico especialista.
En mi opinión, que estos padres y el médico, puedan ser condenados a pena de cárcel por analizar a fondo lo que le está pasando al hijo, es una muestra de la degeneración/idiotez política y moral de los socialistas y los populares. Y a estas alturas del viaje, también de sus votantes.
Otra idiotez progresista podría ser – aunque es peligroso dar ideas a esta tropa izquierdista – condenar a penas de cárcel a los que nieguen que hay 16 (dieciséis) tipos de familia. Porque defender que hay 16 tipos de familia es lo más progresista.
Para no extenderme, no entraré en la ‘amnistía’ a los golpistas catalanistas a cambio de siete votos y el sillón presidencial. Un fusilamiento democrático propio de dictadores y delincuentes. ¡Y súbditos socialistas sin escrúpulos les votan! ¡Y aplauden su propia corrupción! Chusma fanática.
Retomo la ‘educación’. ‘El lamento de un profesor universitario de Sevilla por el bajo nivel de sus alumnos: «Hacen preguntas de niños». Manuel Hidalgo, profesor de Economía Aplicada en la Pablo de Olavide de la capital hispalense, asegura que tanto él como sus colegas han observado «una caída en picado de la actitud del alumno medio en la universidad» en muy poco tiempo. (El Debate)
El título de esta información es: ‘Apatía y pasotismo’. Hay excepciones. Hay una minoría de alumnos brillantes, pero el que tengamos una grave enfermedad se debe a que la mayoría no es así.
Repitamos los graves síntomas:
‘Apatía, pasotismo y hacer preguntas de niños’.
A estas desgracias – personales y sociales – supongamos que se añade que muchos chicos se sientan chicas, o al revés. No me hace ninguna gracia, así que pregunto muy en serio. ¿Adónde cree usted que vamos con todo esto?
No me divierte decir que vamos al fracaso educativo, político y social, al fracaso como sociedad. Si tengo razón, esto es gravísimo. Si tengo razón, la mayoría de políticos son unos auténticos gilipollas, dicho suavemente, y unos sinvergüenzas, dicho no suavemente.
Si no tengo razón, mejor. Incluso nos podríamos felicitar por ser tan progresistas. Por ejemplo, ‘Día del orgullo progresista’.
No les puedo asegurar que esté en lo cierto, pero tengo sobre mis espaldas, más de treinta años de docencia universitaria. Lamentándolo, digo que vamos mal y es urgente un radical cambio de sentido.
Hay que recuperar valores minimizados o despreciados, como esfuerzo, disciplina, mérito, respeto, espíritu de superación… frente a pasotismo, apatía y preguntas de niño.
Valores despreciados porque la hegemonía cultural de izquierdas así lo impone. Porque la derecha centro centrada, ha fracasado cobardemente como proyecto político, al no desafiar los nefastos proyectos de la izquierda, limitándose a un papel burocrático de ‘gestión y moderación’.
PD. Una colaboradora de TVE (activista de extrema izquierda, Sarah Santaolalla) hace apología de la pederastia: ‘Niñes, no hagáis caso y follad con quien queráis’. (OkDiario)
Corrupción y putiferio. Somos la izquierda.
Sebastián Urbina