Se difunde por considerarlo de interés hispánico el siguiente comunicado:
Comunicado de THE LEGACY. 7 de julio de 2020
Asistimos impasibles a la destrucción de nuestro legado.
No estamos ni para improvisaciones, ni para inacción. No nos podemos permitir ningún retraso.
Estamos para defender lo que es nuestro. Sólo unidos podremos lograrlo.
El pasado miércoles 1 de julio, no se alcanzó la mayoría en el Senado para la defensa del Legado Español en los Estados Unidos de América, con el consecuente rechazó a la moción presentada a iniciativa del PP en la Cámara Alta. En el debate se habló varias veces de “patriotismo”, daba la impresión de ser uno de los impedimentos para no aprobarlo. Permítanme compartir su definición según el Diccionario de la Lengua Española:
Patriotismo; Sentimiento y conducta propios del patriota.
Patriota; Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien.
The Legacy emite este comunicado con la firme intención de consensuar acuerdos para que se defienda, se proteja, se enseñe y se difunda nuestro importante Legado en los Estados Unidos de América.
Estamos en Alerta Histórica en la primera potencia mundial, vivimos un proceso global en el que España, sin haberlo buscado, participa en primera línea de fuego. Está en riesgo la destrucción de nuestro legado histórico y cultural y de nuestra huella en el mundo. Ponernos a discutir no va a servir de nada, aquí no cuenta el color político, ni los posicionamientos extremos, ni los apelativos antipartidistas, aquí lo que importa es la Defensa de lo Nuestro.
En estos momentos lo que apremia son políticos comprometidos, que sientan la obligación y la responsabilidad de defender nuestro legado: Me refiero a todos los políticos sin excepción, si no lo hacen nuestras instituciones, si no dan el debido respaldo, sin duda estaremos en desventaja, perderemos un buen tramo en la carrera, pero no vamos a darnos por vencidos.
El antiespañolismo es una realidad creciente dentro y fuera de nuestras fronteras. Necesitamos desarrollar un plan de acción inmediato y la participación del Gobierno es fundamental para su planeamiento y puesta en práctica. Agradezco, como ciudadana española y como presidenta de The Legacy, la iniciativa presentada en el Senado y los apoyos recibidos para defenderlo.
Nos ponemos a disposición del Gobierno de España y de los representantes de todos los partidos políticos para lo que precisen en esta inusual e injusta batalla cultural que debemos librar. Sois nuestra voz, sois nuestros representantes institucionales, os necesitamos.
No sirve de nada que acusemos a otros países, a otros actores, a otras instituciones. No sirve que nos excusemos alegando que no nos están atacando a nosotros, que son solo actos vandálicos, un problema de racismo y de identidad social, pues aun siendo una gran verdad no evitan el daño que se está haciendo a la huella histórica de nuestro país. La solución debe empezar aquí, el problema tiene profundas raíces en España, las raíces del desconocimiento y la ignorancia. ¿Cómo podemos esperar que otros países nos respeten si nosotros no mostramos respeto hacia lo Nuestro?
Este derribo de estatuas y los ataques a nuestro legado, nos brindan una excelente oportunidad de dar visibilidad a nuestra historia. Sabía usted ¿Quien fue Fray Junipero Serra?, ¿por qué se le juzga?, ¿dónde están las bases de esos ataques?, ¿cómo y por qué llegó a aquellas tierras? El conocimiento de esta información nos da los argumentos necesarios para desmontar las mentiras que están circulando. Es muy importante tener en cuenta que cuando llegó a California, a lo que hoy conocemos como Norteamérica, fue hace algo más de 250 años, con este dato, antes de juzgar, debemos conocer cuál era el contexto histórico, que era lo habitual en aquellos años y por supuesto deberíamos saber que hacían otros países en comparación con los españoles. Las comparaciones son fundamentales porque la imagen de nuestro país está a la cabeza de unos ataques que no merece, que tienen un origen infundado y falto de veracidad histórica.
Con esto no vamos a negar la brutalidad, que seguro la hubo por parte de algunos conquistadores, no importa que bandera ondeasen, lo que si hay que poner de manifiesto es la diferencia de estrategia, objetivos y artes de los expedicionarios del pueblo español que llegaron a aquellas tierras con la intención de colonizar e instruir, nunca de aniquilar. Sirva de ejemplo que los españoles cambiamos las reglas del juego con la Ley de Matrimonios Mixtos. El Rey Fernando el Católico aprobó en 1514 por medio de una cédula real los permisos para que los españoles y las indígenas de cualquier etnia o color de piel pudieran casarse, sin importar nada más que la intención de formalizar su unión. Insisto, los matrimonios interraciales se aceptaban y reconocían de forma legal en España 450 años antes que en EE.UU. Así nació el mayor y más fundamental mestizaje de la historia. Los españoles fuimos un Imperio Generador e Integrador.
Es preciso recordar la decisión y determinación de los Reyes Católicos, muy especialmente de la Reina Isabel de garantizar los derechos de los indios, de facto ellos son los pioneros y únicos responsables en la creación de leyes de protección de los pueblos indígenas. En España, a pesar de lo mucho que se conoce de los Reyes Católicos, poco se ha difundido sobre su labor fundamental en la defensa de los derechos humanos, sirva de ejemplo un dato poco estudiado y conocido sobre la última voluntad de la Reina Isabel la Católica, según aparece en su testamento:
«Y no consientan ni den lugar a que los indios vecinos y moradores de las dichas islas y tierra firme, ganados y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien»,
Una voluntad muy alejada de la imagen cruel que se propagó del Imperio español, promovida por los intereses de potencias enemigas de la época que hallaron en este rechazo a lo español una forma de propaganda, sin ninguna base en los hechos reales, con el único objetivo del desprestigio y la obtención de beneficios geopolíticos y estratégicos de los países enemigos.
Hay que cambiar el paradigma, nuestra historia está llena de gestas ejemplares que siguen acumulando polvo en los archivos del olvido. Sirva de ejemplo el liderazgo del País Vasco en sus múltiples aportaciones, una de ellas la historia del General Montiano, seguro que en la gran pantalla sería una película de gran éxito. Sin embargo en muy pocos libros de historia he encontrado referencias al excepcional bilbaíno, General y Gobernador de la Florida Manuel Montiano, responsable del primer asentamiento de esclavos libres en el territorio norteamericano. Fue en 1737, gracias a la cedula Real de Carlos II emitida a finales del siglo XVII, por la que el territorio español en lo que conocemos hoy como Norteamérica, se convirtió en un santuario de acogida para todos aquellos esclavos que lograsen huir de los territorios ingleses, adquiriendo a su llegada de inmediato la condición de súbditos españoles con todos sus derechos.
La Universidad de Salamanca acaba de celebrar su VIII Centenario, fue allí donde hace más de 500 años encontramos el origen de los preceptos que hasta nuestros días llevan la esperanza de justicia hasta los rincones más olvidados del planeta, gracias al espíritu moderno y visionario de sus enseñanzas. La Universidad de Salamanca revolucionó los cimientos de su época y lo logró con personalidades de referencia internacional como es el caso de Francisco de Vitoria, nacido en burgos en torno al 1483, catedrático y fraile dominico, padre fundador del derecho internacional y de la economía moral, fue el primero en desarrollar la teoría del “Derecho de Gentes” reclamando normas justas que respetasen los derechos de todos los hombres anteponiendo el derecho y la justicia a la justificación de la fuerza en las relaciones entre estados y entre los líderes y su pueblo.
El desconocimiento, la ignorancia y las modas populistas y sin sentido nos dañan a todos. Los movimientos globales antisistema que estamos viviendo si no se frenan con las herramientas de la información para el conocimiento de la verdad, traerán consecuencias que no durarán una temporada ni dos, las consecuencias las tendrán que paliar las nuevas generaciones que, por cierto, viven ajenas a la verdad histórica tanto en España como en Estados Unidos.
Dejemos a las estatuas en paz. No hay estatuas buenas ni estatuas malas, hay personajes históricos. Planteemos alternativas a la destrucción de los monumentos, seamos constructivos, quizás incorporarles una leyenda, consensuada por expertos, sobre quienes fueron y lo que lograron o destruyeron. Logrando con esta acción que los que fueron ejemplares brillen y nos sirvan de referente y que los bárbaros se queden con sus vergüenzas expuestas para que todos conozcamos la brutalidad de sus actos y el alcance de sus consecuencias.
Nuestro sistema educativo hace muchos años que no se esfuerza en sacar a relucir lo bueno de nuestra historia, seguimos con los libros que escribieron otros, esto que vivimos es el resultado de la inacción perpetua, de la falta de empeño en la actualización de nuestros libros de Historia para que nuestra versión también se enseñe en las universidades, en los institutos, en los colegios. Es prioritaria la difusión a través de nuestros organismos oficiales, todos los que ya cuentan con funciones específicas para ello, nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores y nuestro Ministerio de Educación son los pilares fundamentales. Tenemos instituciones de prestigio, como el Instituto Cervantes, promotor de nuestra lengua, la segunda más hablada del mundo con más de 600 millones de hispanohablantes. Quizás para nuestro Instituto Cervantes sea factible promover también nuestra historia porque el idioma lleva implícito un bagaje cultural incalculable, sin duda en momentos como este su labor se torna en fundamental. Es imperativa la defensa de nuestro escritor universal Miguel de Cervantes y quien mejor que la institución que lleva su nombre.
No hay historia que valga, en ningún país, hasta que sus instituciones, no le dediquen la debida inversión y recursos en investigación, difusión, publicidad, dándole con ello la relevancia que se merece.
En este contexto me resulta imprescindible recordar que hasta hace poco teníamos otra institución de peso en la difusión de nuestra cultura, Marca España, creada con la intención de dar a conocer lo Nuestro, como motor generador de riqueza en la promoción del turismo, de nuestras gentes, nuestros deportistas y nuestros extraordinarios productos, vinícolas y alimentarios; el aceite, el queso, el vino, el jamón. Hace dos años el Gobierno de España dio un gran impulso a esta institución con la creación de una Secretaria de Estado, la rebautizó como España Global. ¿Que ha pasado? ¿Dónde está esta institución tan necesaria?. Está desvanecida y enterrada entre la burocracia del ministerio, ha desaparecido, se ha volatilizado. El momento no podía haber sido más desafortunado.
En mi opinión, este rechazo a los símbolos de la historia, las recientes y desafortunadas manifestaciones de apoyo de políticos a ambos lados del Atlántico, la falta de apoyo de nuestras instituciones solo puede derivar en más desorden, ignorancia y despropósitos, tanto en España como en Estados Unidos. No desmerezcamos estas acciones descontroladas y violentas porque se han convertido en una excusa oportunista que solo sirve a un populismo muy globalizado, que trae réditos a grupos antisistema y organizaciones que sin la debida documentación y malintencionadamente basan la defensa de estos actos en información falsa, atreviéndose sin miramientos a contar la historia como a ellos más les conviene.
¿Qué historia queremos contar nosotros? La respuesta solo debería ser una, la Verdadera.
Concluyendo, el hecho irrefutable es que estamos ante una situación muy desfavorable y controvertida para nuestro legado histórico.
El plan de acción ni puede ni debe esperar.
Eva Garcia
Presidenta y Fundadora
The Legacy. El Legado Español en los EEUU
www.thespanishlegacy.com
Desde la Redacción de El Criterio se aclara que compartiendo el sentido de este comunicado y sobre todo el propósito último, no necesariamente se comparten todas y cada una de las afirmaciones que en él se vierten, que se consideran “obiter dicta” en relación con la cuestión central que se sustancia.