de Joseph Martin Kraus

 

Detenemos nuestra atención en uno de los mayores creadores musicales de su siglo, Joseph Martin Kraus, por razones bien fundadas llamado “el Mozart sueco”.

 

Este compositor sueco de origen alemán fue la mayor figura de la música instrumental sueca del siglo XVIII. Llamado por tanto “el Mozart sueco”, Kraus devino uno de los fenómenos musicales de su tiempo; e incluso Haydn lo consideraba el segundo gran compositor de su generación después de Mozart.

Pero la obra de Kraus entronca más con el espíritu del siglo XIX que con el de su propio siglo, tal y como se advierte en los múltiples puntos de contacto que lo aproximan a la estética de Beethoven.

Director de orquesta de la Ópera Real sueca desde 1781 hasta su fallecimiento, fue un artista cultivado y experimentador, compaginando sus estudios musicales con los de Filosofía y Derecho, que culminaría en 1778, poco antes de partir para la que sería su verdadera patria, Suecia.

Kraus es el autor de 12 sinfonías, un concierto para violín, 3 óperas –Proserpina (1781), Soliman den andre (1789), Aeneas i Carthago (1790)-, ballets –Fiskarena, Azire-, música incidental -destacando sus páginas para Olympie-, cantatas, un oratorio –Der Tod Jesu (1776)-, amén de abundante música de cámara -sonatas, dúos, tríos, cuartetos, un quinteto- y canciones.

Como Mozart, escribió una Misa de Réquiem (1775) que puede considerarse su obra maestra, sin que por ello resista la comparación con la sensacional creación del genio de Salzburgo. Y como éste, Kraus murió a temprana edad, falleciendo en Estocolmo a los 36 años.

 

José Antonio Bielsa Arbiol

 

 

 

José Antonio Bielsa