Este mes se van a cumplir 50 años de la restauración de la dinastía Borbón en el Trono de España, por obra y gracia del General Franco.
Y el balance no puede ser peor.
Juan Carlos I solo se preocupó de consolidarse en el tambaleante trono, sobre todo al llegar la “dictadura” de los partidos políticos, incumpliendo sus promesas, abandonando a los saharauis, “negociando” la venta, cesión o regalo de Melilla a los marroquíes, que al final no se materializó, posiblemente porque no se pusieron de acuerdo en las prebendas que iba a recibir, actuando como espía o informante de USA en asuntos de su interés, a cambio de que le apoyaran, etc.
Una vez consolidado en la jefatura del estado, afloró su hedonismo, dedicándose a vivir la vida, con cientos de historias de mujeres, distintas a su esposa, doña Sofía, cobrando comisiones por la compra de petróleo para España a sus “hermanos” árabes, haciendo gestiones a favor de empresas españolas en el exterior, previo cobro de la comisión o agradecimiento correspondiente, etc.
Al parecer, debía de entender que esa obligación no iba en el cargo de Rey y Jefe del Estado español…
Pero, al menos, hay un balance de casi cuarenta años, 39, para ser exactos, similar al de Franco, en los que España ha permanecido en paz, y ha habido un sistema de libertades, que ahora se está cercenando, a pasos agigantados, de la mano del régimen comunista sanchista.
Los últimos once años, realmente no sabemos quién ha ejercido la jefatura del estado, ya que es obvio que su hijo, Felipe VI, es inane, además de manso, y no pinta nada.
Ni siquiera llega a jarrón chino, como decía González de los ex presidentes del gobierno, como él, que no se sabía muy bien qué hacer con ellos.
Desde 2018, con la llegada al “trono” de Pedro Sánchez, que actúa como un presidente de república platanera, acumulando en sus manos todos los poderes, y controlando la práctica totalidad de las instituciones que deberían servir de contrapesos, el papel del rey todavía se ha vuelto más inane, y parece que él tampoco quiere molestar, no vaya a ser que le remuevan de los privilegios y bagatelas propias de la Jefatura del Estado, que está lejos de ejercer.
La Constitución establece en su artículo 56 la existencia de unos poderes o facultades arbitrales y moderadoras del rey, en cuanto jefe del estado, que nadie sabe si ejerce o no, pero a juzgar por los resultados, o no hace nada, o no le hacen caso alguno, y no sé qué es peor.
En otras palabras, que si el rey primigenio era malo, su sucesor todavía es peor…
Tampoco le ayuda la mujer con la que lleva veintiún años casado, que es la antítesis de lo que debe ser una reina consorte de España, cualidades que si encarna, incluso en exceso, doña Sofía, que siempre antepone el deber, a todo lo demás.
Mis respetos, afecto y gratitud para ella.
¿Podrá mantenerse muchos años más la dinastía borbónica en España…?
Lo dudo mucho, la verdad.
Uno no debe confiar su futuro a sus enemigos.
Y Felipe VI, en su pasotismo, inanismo, mansedumbre, etc., en el pecado recibirá, posiblemente, la penitencia, para sí y sus sucesores… La pérdida del Trono y la vuelta de la república a nuestra Patria.
Dicho lo cual, y como español, me produce vergüenza ajena que se prescinda totalmente de Juan Carlos I en los actos conmemorativos del 50 aniversario de la Monarquía actual.
Es como celebrar una boda sin el novio, o un entierro sin el difunto.
Ramiro Grau Morancho
Abogado, jurista y escritor

Querido amigo Ramiro
Sobre lo que escribes de los supuestos reyes lo peor es su traición a la FE de CRISTO que unos reyes de nuestra Patria deben profesar y difundir como misión de unos monarcas herederos de la Tradición Católica
Sus actuaciones derivan de su falta de FE.
Sobre la supuesta «emérita» conviene que leas en El Criterio:
https://www.elcriterio.es/2025/04/29/sofia-de-grecia-sus-descendientes-y-los-illuminatis/
Son los tres interfectos unos masones Illuminatis que prefieren el Nuevo Orden Mundial o NOM que el bien de los españoles.
VIVA CRISTO REY