¡Váyanse a hacer puñetas!
No sé si vivo en el despacho, o mi casa es mi despacho.
Lo cierto es que paso muchas horas leyendo, estudiando, etc., y de vez en cuando hago un descanso, sobre todo visual, por estar tanto con la pantalla del ordenador, y enciendo la televisión, para descansar un poco, tumbando en la butaca.
Y, la verdad, una de las cadenas más vistas, lleva un tiempo tratándonos como a subnormales profundos, poniendo publicidad en mitad de cualquier información… ¡con lo cual te obligan a verla, sobre todo si te interesa lo que están contando!
Me parece un auténtico abuso, que debería estar prohibido.
Es el equivalente a que cuando estés leyendo un libro, te pongan publicidad en el texto, y solo si la ves, puedas pasar al siguiente capítulo…
¿A qué merluzo del marketing se le ha ocurrido tan funesta invasión de nuestros ratos de ocio o de “preparación”para aumentar nuestra idiocia…?
Está demostrado que a mayor número de horas de televisión, más tontos salen los niños, pero creo que ese fenómeno es también extensivo a las personas adultas.
Yo, por de pronto, ya he dejado de ver ese canal, y les aconsejo que hagan lo mismo.
Seguro que si baja notablemente su audiencia, se lo pensarán dos veces, antes de seguir abusando de sus usuarios.
No solo tenemos que aguantar a presentadoras recauchutadas, cada año más jóvenes, mientras nosotros envejecemos, irremediablemente, y a manadas de pedorras y tontolabas, licenciados por la universidad de la mamandurria, diciendo gansadas sin compasión, y normalizando la homosexualidad, el lesbianismo, las drogas, el régimen comunista sanchista, etc., (¡y no sé qué es peor!), sino que encima nos obligan a ver los anuncios, que tan buenos dineros les dan.
Hace años, creo recordar, había alguna norma, legal o reglamentaria, que exigía que solo pudieran dedicarse diez minutos cada hora de emisión a publicidad…
Hecha la ley, hecha la trampa: si la programación duraba muchas horas, los anuncios se concentraban cuando había más audiencia, películas, etc., de forma que a veces hasta dudas de que estás viendo, si una sucesión ininterrumpida de publicidad, o algo con más enjundia, aunque sea escasa.
Ya sé que hay personas que no tienen televisión, o pasan directamente de encenderla, y no me parece mala idea, pero también hay que llenar las horas del día, ¡y todo no va a ser filosofar!
Que la vida es breve, pero no tanto, sobre todo para los que ya peinamos canas… A Dios gracias.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor

En casa solemos enchufar la «tele» solo para el programa del 31 de diciembre, la TVE de Santxez.
A mi me parece demasiado.
VIVA CRISTO REY