Contemplo, horrorizado, las escasas imágenes que nos llegan del genocidio de los palestinos en Gaza, y me asombra el silencio, cómplice, de la comunidad internacional.

Así como de la mayoría de los medios de desinformación y manipulación deformativa de la realidad, que son, solo, la voz de sus amos.

Y de la ONU, esa gigantesca maquinaria burocrática de despilfarrar dinero que, a la hora de la verdad, no sirve para nada.

Hasta dudo de quién fue antes, el huevo o la gallina, es decir, Israel o USA.

En otras palabras, no sé si es Estados Unidos quien permite esa carnicería, o es Trump quien es rehén de los apoyos del poderoso lobby judío, que hace y quita presidentes americanos.

Es muy posible que ahora se estén cobrando esos apoyos, ¡y de qué manera!

Israel no hace caso a resolución alguna de la ONU, y del Consejo de Seguridad, y no pasa nada.

De cualquier forma, y visto quienes mandan realmente en el mundo actual, ¿por qué no se hace miembro permanente de dicho consejo a Israel, con derecho de pernada, es decir, de poder asesinar a quien le plazca, en todo el mundo…?

Sería lo adecuado.

Así no engañarían a nadie.

Y me pregunto, y les pregunto: ¿Hay alguna diferencia entre la “política” de Hitler y la “política” de Israel…?

Se asesina indiscriminadamente mediante bombardeos sobre la población civil, y no pasa nada.

Se atacan barcos de organizaciones humanitarias que intentan llevar agua, comida y medicinas a los pobres gazatíes, y no pasa nada.

Se mata, literalmente, de hambre, sed y falta de asistencia sanitaria a los palestinos, y no pasa nada.

Y nosotros, tan “civilizados” y decadentes, en esa Europa que se ha convertido en un gigantesco geriátrico, asistimos impávidos desde la otra orilla del Mediterráneo, a esas decenas de miles de asesinatos, posiblemente cerca de las cien mil personas, muchas de ellas ancianos, mujeres y niños indefensos (en realidad, todos indefensos, pues son población civil), y no pasa nada.

Y si pasa algo, no importa.

Nosotros a lo nuestro, a disfrutar del acueducto del primero de mayo (llamo así a los puentes de varios días), y a preparar las próximas vacaciones de verano.

¡Ande yo caliente, y ríase la gente!

A veces da asco pertenecer al mismo género ¿humano?, o inhumano, que millones de seres con apariencia humana, que andan sobre dos piernas…, pero poco más.

Como no quiero ser cómplice de esta situación, alzo mi voz, en la seguridad de que no servirá para nada, o para bien poco. Pero, por mí, que no quede.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho