Un amigo mío, que era juez sustituto, igual que yo, pero en Zaragoza capital, cambiaba frecuentemente de juzgado, y tan pronto  estaba en un penal  como en instrucción,  social, contencioso-administrativo, etc.

Yo le decía, con sorna aragonesa: “claro, menganito –omito  el nombre, por caridad cristiana-,  lo mismo te da estar en una jurisdicción que en otra, porque como   no  tienes ni puta idea de nada…”. (La verdad es que sí sabía, y mucho, pero solo de temas laborales, seguridad social,  etc., pero como  ahora los jueces tienen que saber de todo, pues pasan estas cosas).

Lo mismo sucede con los tertulianos y comentaristas que proliferan por los medios, siempre los mismos, y que se repiten en diversas telebasuras, o programas de radio.

No voy a citar sus nombres, aunque ganas no me faltan, pero ya estoy cansado  de recibir demandas,  que van a hacer que tenga que comprar o alquilar un piso  al lado de los  juzgados…

Junto a ellos, una auténtica legión de famélicos desconocidos, todos maleducados, que hablan pontificando, pese a sus grandes lagunas de ignorancia, y no solo lagunas, sino auténticos océanos…, y un gran número de vividoras, auténticas furcias mediáticas, que son siempre  la voz del “puto amo”, y justifican todo lo que hace el  régimen comunista sanchista.

Son fácilmente identificables, porque siempre encuentran correcto todo lo que hace el  gobierno, son maleducados, interrumpen a los que piensan lo contrario, y  no les dejan ni hablar, etc.

Y es más, si algún día Pedro Sánchez quiere restaurar el medieval  “derecho de pernada” en España, estoy seguro de que dirán que es justo, lógico y  necesario, y que siendo tan “guapo” el presidente (y botoxizado, añado yo), las “seleccionadas” deberían darse con un canto en los  dientes, ante el gran privilegio que supone poder yacer con el  “puto amo”.

En otras palabras, no son tertulianos ni comentaristas.  Son, simplemente, comisarios políticos del  PSOE, de PODEMOS (más bien Pudimos, de SUMAR (que en realidad es restar), etc.

Todos ellos me dan mucho asco, la verdad.

Con honrosas excepciones, como don Antonio Naranjo, y algún otro cuyo  nombre ahora no recuerdo, que dignifican el oficio, pues dicen lo que piensan, en conciencia, y critican a quien haya que criticar, sea el gobierno o la “no oposición “ del PP, Vox, los partidos separatistas, etc., pero siempre con exquisita educación, y en términos de debate.

Ellos me reconcilian con el  ser humano, y me hacen suponer que no todos vamos hacia el  mono.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.ramirograumorancho.com

Ramiro Grau Morancho