Uno de mis libros de cabecera, después de la Biblia, es “Defensa de la Hispanidad”, de mi tocayo don Ramiro de Maeztu, asesinado por los comunistas al comienzo de la guerra civil, en 1936.

Recientemente ha aparecido alguna nueva edición, o reedición, y les aconsejo que lo lean, pues pone el  dedo en la llaga de los problemas nacionales, que son equiparables a los actuales: la destrucción de España, y del Estado de Derecho, por los enemigos de Dios, de la religión católica y de la Patria.

Todos los que hemos consagrado nuestra vida al estudio del Derecho, a su enseñanza, y a la aplicación práctica del mismo, tenemos el  deber, jurídico y moral,  de defender el Estado de Derecho, que está en grave peligro en España.

¿Es lógico y normal que se nombre Presidenta del Consejo de Estado a una señora que no ha visto una toga en su vida, ni es jurista, o Fiscal General del  Estado a un hombre que ha hecho de la arbitrariedad su forma de actuar…?

¿O que se elija Presidente del Tribunal Constitucional  a un jurista del  PSOE, de toda la vida, que lleva la toga manchada con el polvo del camino…?

A Dios gracias, y aunque tarde, el  Tribunal Supremo parece que empieza a reaccionar, y pone los puntos sobre las íes.

El respeto, bien entendido, empieza por el respeto a uno mismo, y nadie te respetará si no te respetas a ti mismo.

Y hace bien el Poder Judicial en reivindicar su función en un Estado de Derecho, donde debe imperar la separación de poderes, y los jueces no pueden ni deben depender del poder ejecutivo o legislativo.

La mal llamada “Administración de Justicia”, no es una administración más, sino el Poder Judicial, que ya desde tiempos de Montesquieu, supone el nacimiento del Estado de Derecho, y el  fin del despotismo del  gobierno correspondiente, sea monarquía o república.

En España vamos hacia atrás, como los cangrejos, y Pedro Sánchez y su banda, la PSOE, están empeñados en que desaparezca la división de poderes, y se instaure un gobierno comunista en España, como de hecho ya está sucediendo, donde haya un solo poder, el que emane de Su Sanchidad…

Los leguleyos, y juntaletras, pueden defender ese sistema, pero cualquier jurista, digno de ese nombre, debe alzar su voz contra este ataque a la división de poderes, el más grave de la historia reciente de España.

No digo que Pedro Sánchez sea igual que Fernando VII.

Creo que es mucho peor.

Zapatero sí podía ser Fernando VII, pero Sánchez es un simple caudillo   totalitario, que en realidad tampoco acaudilla nada, pues es un simple testaferro de la sinarquía que domina el  mundo actual, y que le mantendrá en el poder…, hasta que deje de ser útil.

Dejará de ser útil, cuando España ya esté destruida totalmente, es decir, dentro de poco.

Como me dice hoy, en atento correo personal, un buen amigo, dos veces sabio, por catedrático universitario de Derecho, y por persona mayor:

“Es la consecuencia, a mi juicio, de la “agenda globalista”…, por cierto que los de la Fundación Henri no sé cuántos de Suiza y que va a mediar entre España y Cataluña… está financiada por Soros con 500 millones, la fundación Open (también de Soros) con 300 millones… y 350 millones de la fundación Rockefeller… quizá este grupo es el que ha nombrado a Sánchez (pagando a la prensa, etc.) y algunos dicen que hasta el Papa Francisco (he oído, no sé con qué fundamento, que Soros es el que pagó su viaje a USA)… y el fallecido Henry Kissinger era de esta misma línea por lo que parece. Esto es la sinarquía que empezó a operar al terminar la 2ª. Guerra Mundial. Ojalá estuviera equivocado”.

Lamento que ambos seamos tan pesimista, pero no hay pesimistas, sino personas bien informadas.

Y España está dejando de ser un Estado de Derecho, con todas sus imperfecciones, para pasar a ser una dictadura comunista, llena de populismo y demagogia, donde no se respetan ni los derechos e intereses legítimos y libertades públicas, ni la propiedad privada…

Hay que salir a las calles, en un nuevo 2 de mayo, aunque sea el 2 de diciembre.

¡España nos necesita, y no podemos fallarle, como hicieron nuestros antepasados, y debemos hacer, por nosotros mismos y, sobre todo, por nuestros descendientes!

¡Viva la Patria!

 

Ramiro Grau Morancho

Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho