Estoy empezando a pensar que para ocupar cualquier cargo político de una cierta entidad, debería exigirse la licenciatura o grado en Derecho.
Así, al menos, nos evitaríamos el patético y esperpéntico espectáculo de un presidente del gobierno, y sus ministros, que no hacen más que dar coces sobre la Constitución, el Estado de Derecho, la separación de poderes, etc.
Personas que nunca han oído hablar de Montesquieu, y es más, ¡ni siquiera les importa!
Dicen que el ignorante cifra la totalidad del conocimiento en su propia ignorancia, y piensa que nadie sabe más que él, es decir, nada.
Es el caso de Pedro Sánchez y de María del Pilar Alegría Continente, ministra de educación, formación profesional, deportes, y portavoz del gobierno.
Las recientes declaraciones, más bien exabruptos, de Pilar Alegría, amenazando de forma sutil al Magistrado de la Audiencia Nacional García-Castellón (vid. Periodista Digital, 22 de noviembre 2023), diciendo que: “El Gobierno ha aprobado medidas que clara y objetivamente han mejorado la convivencia en Cataluña y ese es el camino que queremos seguir transitando. Porque nos parece fundamental que los problemas políticos se resuelvan desde la política”.
¿Y quién es ella, desde su ignorancia, para decir a un Magistrado qué debe investigar y qué no, y qué es política o delito, en el supuesto de que la política gubernamental no sea un delito en sí mismo…?
En fin, señores jueces, fiscales, policías y guardias civiles: la dictadura ya está aquí, y la tiranía a la vuelta de la esquina.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor