Escribo emocionado y conmovido por el reciente asesinato de un Guardia Civil de Tráfico, don Dámaso Guillén, en Asturias, cuando protegió con su vida a un grupo de ciclistas jóvenes, del atropello de un hideputa, delincuente habitual.
Descanse en paz este Héroe del Cuerpo, que no dudó en sacrificar su vida, con sólo 49 años de edad, en el cumplimiento del deber.
¿Los guardias civiles nacen, o se hacen…?
No cabe duda de que para ser Agente de la Benemérita hace falta estar hecho de una pasta especial, adornado con las cualidades que prescribe la Cartilla del Guardia Civil, pero también que los centros de formación del Cuerpo hacen el resto.
Las tierras españoles están regadas, generosamente, con la sangre de cientos de guardias civiles, que han caído víctimas del deber.
La mayor parte del millar de asesinados por la banda terrorista ETA, cuyos herederos gobiernan el País Vasco y Navarra, coaligados con el infame partido sanchista –antes PSOE-, son guardias civiles, o familiares directos, incluidos bastantes niños, víctimas de la barbarie etarra.
Solo por eso, y por muchas cosas más, la Institución ocupa el primer lugar en el reconocimiento ciudadano español.
De la guardia civil se puede decir lo que se decía del Cid Campeador: “! Qué buen vasallo, si hubiera buen señor… ¡”.
Mientras tanto, el gobierno socialcomunista no para de nombrar directores generales incompetentes y corruptos, como Luis Roldán, “La Roldana”, y mucho me temo que no hay dos sin tres…
¿Se trata de cargarse a la Benemérita desde dentro…?
Y, lo triste del caso, es que la cúpula de la Institución, cuatro de los cinco Tenientes Generales, no ha dudado en “respaldar” a la cesada, que no dimitida, directora general, “Inmobiliaria Gámez”, como dice con su particular gracejo don Federico Jiménez Losantos.
¿Qué hace que una persona que ha alcanzado el máximo grado posible, se venda o alquile, de esta manera…?
¿Hay que agradecer muchas cosas, o han llegado a dónde han llegado en base a favores políticos, que luego hay que pagar…?
En fin, al menos se despidió al agente asesinado con honores, en la Catedral de Oviedo.
Y fue condecorado con la medalla del Mérito de la Guardia Civil.
Asistió la nueva directora general de la guardia civil.
Pedro Sánchez ni estuvo ni se le esperaba, igual que Marlaska, el indigno ministro del interior.
Hay gestos que retratan a una persona, más que un óleo.
En fin, con su pan se lo coman.
Descanse en paz don Dámaso Guillén, este nuevo Héroe de la Guardia Civil de Tráfico.
Mi más sentido pésame a su esposa, hija y demás familia, y al Cuerpo de la Guardia Civil.
Dios con nosotros.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor