Confieso que fui vecino de Luis Roldán, no de casa, sino de avenida, pero estoy cansado de verle pasear con una señora rusa, que creo conquistó por internet, y de coincidir con él, desayunando en alguna de las cafeterías de Tenor Fleta, en Zaragoza.

También de verle acudir a la comisaría de policía de Miraflores, para firmar en sus permisos penitenciarios, siempre acompañado de dos escoltas, supongo que guardias civiles, obviamente vestidos de paisano, uno delante y otro detrás.

¡La guardia civil siempre cuida y protege a los suyos, aunque a veces los suyos no lo merezcan!

El PSOE siempre ha tenido un odio, creo que visceral, y profundo, hacia la Benemérita, por razones que ignoro, pero creo tienen mucho que ver con el apego del Cuerpo a la ley y el orden, así como a tratar a todos los ciudadanos y delincuentes por igual, incluidos políticos.

Hace ya años se intentó, también por la PSOE, unificar la guardia civil con la policía nacional, de forma y manera que pudieran ser mangoneados por politicastros del tres al cuarto.

Creo que, ante la gran resistencia de la guardia civil, y el hecho de que las competencias son complementarias –la benemérita opera en el mundo rural, y la policía nacional en los núcleos urbanos-, se optó por mantener los dos cuerpos separados, con sus respectivos directores generales, pero con un mando político único, el secretario de estado de seguridad.

Este modelo, a trancas y barrancas, ha ido funcionando hasta la actualidad.

 

He tratado profesionalmente con ambos cuerpos y, la verdad, prefiero mil veces la guardia civil a la policía nacional.

Su condición de cuerpo policial de naturaleza militar, y la jerarquía existente, hacen que en la práctica las  órdenes no se discutan, se desobedezcan o se obstruyan…

Y ello a pesar de la cada vez más grande sindicalización de sus miembros, muchos de los cuales deben de pensar que todo se debe negociar, pactar y discutir, en condiciones de “igualdad”.

Nada más lejos de la realidad.

Me atrevería a decir que si algún día, y Dios no lo quiera, la guardia civil pierde su carácter militar, el Cuerpo estará acabado, y serán una policía nacional más.

La estrategia del PSOE sigue siendo la misma, cargarse a la guardia civil, como forma de triturar la única institución que puede oponerse a la dictadura bolivariana que con mano de hierro están estableciendo en España.

No quieren que nadie les lleve la contraria, y ahí están la okupación del Tribunal Constitucional, para “interpretar” –más bien moldear- la Constitución a su gusto, o la próxima paralización, seguida de okupación, del Consejo General del Poder Judicial, para poder sancionar y arrinconar a los jueces desafectos al régimen sanchista.

Después del “caso Roldán”, destapado por la valentía de dos periodistas del extinto Diario 16 (en el que tuve el honor de colaborar), ha venido la saga de los periodistas, y tras la defenestrada directora general, implicada en graves casos de corrupción y enriquecimiento súbito familiar, que dan mucho que pensar, y nada bueno, se nombra a otra periodista, denunciada por prevaricación…

Las primeras declaraciones de esta mema, digo directora general in pectore, podría suscribirlas un director general de Corea del Norte, por ejemplo.

Agradece al partido, en primer lugar, faltaría más, su nombramiento, y muy en segundo lugar, al gobierno.

Pero, lo primero es lo primero, el partido.

¿Qué nos deparará el futuro…?

Pienso que nada bueno.

Y lo que es peor, esta señora hará buena a su antecesora, de la misma forma que ella hizo bueno a Luís Roldán, el “ingeniero industrial superior y economista” por la universidad de la PSOE.

Así, en una estructura totalmente jerárquica, militar, si se ocupa la cabeza, y se asciende a mandos afectos al partido, dispuestos a lo que haga falta, se acabarán cargando la Institución, desde dentro.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho