En 1993 comenzó una grave crisis económica, y empezó a aumentar el paro en España, bajo  la égida corrupta y despilfarradora de Felipe González y la PSOE.

Era su cuarto gobierno, que navegaba en una ciénaga de corrupción, enchufismo y derroche del dinero público, más o menos como ahora.

Pero como no venían fondos de la UE, pues todavía no habíamos conseguido que nos admitieran en el club, no había dinero  para malgastar, y el país hacia aguas por todas partes.

González, o su ministro de economía, cuyo nombre siento no recordar, decidieron pegar el tijeretazo a parte del despilfarro del dinero público, y de una tacada, por real decreto, suprimieron alrededor de un centenar de organismos autónomos, que hacían de su capa un sayo, y no rendían cuentas a nadie…

Y aquí paz, y después gloria.

Hoy en día hay fundadas sospechas de que los fondos de la UE se están malgastando, no en inversiones productivas, ayudas a empresas en dificultades, apoyo a emprendedores, etc., sino en gasto corriente, lo que supone pan para hoy, y hambre para mañana. (Espero que me lean los “hombres de negro”, y actúen en consecuencia).

VOX se ha cubierto de mierda, ellos sabrán porqué, apoyando que el gobierno actual pudiera administrar esa fortuna millonaria, sin rendir cuentas al parlamento.

Si el parlamento no sirve para nada, pues aquí todo se hace por decretos-leyes, ¿por qué no lo suprimimos, o reducimos a la mínima expresión, y nos ahorramos un dineral…?

Al fin y al cabo, todos votan lo que les ordena el amo de su partido, con una sola voz, y se ha confirmado en las votaciones de las tres últimas y aberrantes leyes: la ley trans,  la ley del  aborto y la ley del sólo sí es sí, por ejemplo.

(Por cierto, y ahora que no nos oye nadie, esto ya lo decía José Antonio Primo de Rivera, hace más de ochenta años).

Han proliferado los observatorios, que nada observan, las fundaciones que solo sirven para fundir el dinero público, los organismos autónomos, que se apoyan, precisamente, en su autonomía, que en realidad es autonosuya, en acertada expresión de Vizcaíno Casas, para no rendir cuentas a nadie, etc.

Las universidades públicas, okupadas por los marxistas, son un caso paradigmático de esas instituciones públicas, mantenidas por esa misma sociedad a la que se niegan  a rendir cuentas de su “independencia”, haciendo lo que les da la gana…

Por no hablar, que también, de los defensores del pueblo autonómicos, que a nadie defienden, los tribunales de cuentas regionales que nada auditan –la cámara de cuentas de Aragón es una excepción-, los consejos económicos y sociales, en fin, los múltiples pesebres que sirven para dar de comer a los suyos, y que están colonizados por los partidos dominantes en el estado, regiones, provincias y hasta municipios.

Mientras sigamos teniendo tantos cientos de miles de parásitos, es imposible que ese caballo que es España, pueda ponerse en pie, y continuar su camino, en el ancho mundo de la Historia.

Porque España es, y conviene no olvidarlo, una unidad de destino en los universal, en acertada expresión de un gran pensador, que dio su vida por Dios y por España.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

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Ramiro Grau Morancho