Como mencionábamos en artículos anteriores, debido al enfrentamiento partidista existente en materia de enseñanza, las leyes educativas en España se llevan a cabo en los despachos y se aprueban sin el consenso necesario para perdurar y sin tener en cuenta la opinión profesional de los docentes. En otras palabras, la LOMLOE supone un fraude en toda regla que no deja de ser más de lo mismo, solo cambia la jerga pedagógica.
En este sentido, la aplicación de la LOMLOE está suponiendo una gran cantidad de trabajo extra para un profesorado ya sobrecargado de por sí con innumerables tareas burocráticas. Las críticas del profesorado van encaminadas principalmente a la improvisación con que se está aplicando esta ley. Es decir, los docentes se enfrentan a ella sin que la administración le haya impartido una formación específica en tiempo y forma y sin materiales adecuados.
Así mismo, el nuevo currículo impone un modelo pedagógico único, cerrado y obligatorio. Esta ley propugna una enseñanza competencial basada en el uso de nuevas metodologías. La enseñanza tradicional no está reñida con la enseñanza por competencias y son perfectamente compatibles. Para ello, los métodos competenciales deben complementarse dentro de las múltiples opciones que dispone el profesorado para diseñar sus secuencias didácticas
En definitiva, la LOMLOE es únicamente un placebo con el que pretenden engañar a la sociedad para disimular el fracaso escolar.
Vicente Alba