Actualmente, la burocracia en los centros escolares resulta totalmente inoperante y no está unida a un mayor aprovechamiento académico. La verdad es que hoy en día la burocracia docente se ha convertido en una afección crónica de nuestro sistema educativo. Las demandas burocráticas a las cuales tiene que hacer frente el profesorado son progresivamente superiores y entorpecen los procesos de enseñanza y aprendizaje.

La burocracia a la que se ve sometido el personal docente va en aumento y constituye un absurdo injustificado. Son innumerables las labores que se deben llevar a cabo: informes, actas, procedimientos, boletines… todo ello en menoscabo de la calidad de la enseñanza.

Por tanto, queda patente que los docentes deben estar continuamente acreditando su trabajo y las decisiones que adoptan, con lo cual se ven obligados a rellenar y cumplimentar multitud de documentación administrativa ajena a su labor educativa. No es de recibo que se tengan que mantener constantemente evidencias de cada uno de sus actos y tareas para supervisar su trabajo. Todo ello provoca un agobio y presión laboral en el ámbito de la docencia y una desconfianza en el profesorado por parte de la administración educativa.

En definitiva, cabe plantear de forma urgente e inmediata medidas y soluciones a esta problemática evitando una sobrecarga de tareas administrativas y buscando la agilidad de los procedimientos, pero teniendo en cuenta la opinión del profesorado para conocer la realidad en primera persona.

 

Vicente Alba

Vicente Alba