Patrón de los trabajadores del campo

 

La Iglesia celebra hoy a San Isidro, patrón de los agricultores, del campesinado.

Nació en 1082 en el seno de una familia de campesinos.

De adulto trabajó las tierras de un tal Iván de Vargas quien, habiendo recibido noticia de que su empleado se pasaba las horas rezando sin atender la tierra, decidió comprobar por sí mismo la acusación espiándolo y verificando que, efectivamente, Isidro se pasaba grandes ratos rezando en una roca, mas los campos los trabajaban unos ángeles que llevaban el arado auxiliando a Isidro en las labores mientras este se dedicaba a la oración, con la sorpresa de que al hacer recuento de las cosechas, la parcela a cargo de Isidro duplicaba el producto de la de otros aparceros.

Grandes milagros obró el futuro Santo; en cierta ocasión, habiendo caído a un pozo el hijo de Isidro en casa de su patrón, Sr. de Vargas, púsose a rezar con su mujer, Santa María de la Cabeza, viendo enseguida cómo subían las aguas del pozo apareciendo el niño sano y salvo en el bocal.

En la célebre batalla de las Navas de Tolosa, uno de los hitos que marcan la unidad hispana, el Rey Alfonso VIII no veía manera de acercarse al ejército moro sin exponer a sus tropas en demasía, acudió a él un pastor que le mostró un paso por el que llevar a cabo la acción, con la victoria subsiguiente que los españoles de bien celebramos. De regreso, pasando por Madrid, se acercó a rezar a la tumba de Isidro, con fama de santidad pero sin incluir todavía en el Canon de los Santos. Al abrir la tumba, el cuerpo del Santo estaba incorrupto y el Rey vio, asombrado, que era el pastor que le ayudó en la batalla.

Desperta Red Sociocultural