El sistema es insostenible, aunque el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, diga que la cosa va bien. Ya se ha perdido la cuenta de cuántos meses se vienen registrando récords en el gasto en pensiones contributivas, que el pasado enero superó la barrera psicológica de los 10.000 millones de euros y en marzo ha alcanzado los 10.119,58 millones, un 2,45% más que hace un año.
De esta nómina, más de dos tercios, 7.277,04 millones se destinaron a las pensiones de jubilación. Una cifra que ha crecido un 3,07% respecto al mismo mes del año anterior. Le siguen las pensiones de viudedad, con 1.733,76 millones (+1,59%), las prestaciones por incapacidad permanente, con 941,42 millones (-0,47%); las de orfandad, con 141,41 millones (+1,33%) y las prestaciones en favor de familiares, con 25,94 millones (+2,48%).
En total, el número de pensiones contributivas a 1 de marzo se situó en 9.815.728 (+0,17%). Dentro de estas, las más numerosas son las de jubilación, con 6.136.784, y dentro de esta cifra los rangos de edad con la cifra más alta son los de entre 65 y 69 años (1.554.178) y los de entre 70 y 74 años (1.440.805). Por su parte, las pensiones de viudedad alcanzan 2.348.572, 947.359 de incapacidad permanente, 339.935 de orfandad y 43.078 en favor de familiares. En los dos primeros meses del año, se han registrado 109.602 altas (+21,3%) y 106.226 (+14,9%) bajas, según los datos del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS).
La pensión media del sistema ha sido de 1.030,96 euros mensuales en marzo, lo que supone un 2,28% más que hace un año. En el caso de los hombres, la cifra fue de 1.251,97 euros, mientras la mensualidad de las mujeres fue de 827,62 euros. La pensión media de jubilación ha crecido más que la media del sistema, en concreto un 2,40%, hasta 1.185,81 euros, y la pensión media de viudedad se ha situado en 738,22 euros (+2,07%).
La situación no es sostenible y menos en estos momentos de crisis económica que ha provocado la pandemia del coronavirus, cuando el paro ya supera los 4 millones de personas, hay 900.000 trabajadores que siguen en ERTE y la Seguridad Social ha perdido 400.117 afiliados en un años, como se pudo ver en los últimos datos publicados por los respectivos departamentos de Yolanda Díaz y José Luis Escrivá, correspondientes a febrero. No, la cosa no va nada bien.
Cristina Martín
Publicado en Hispanidad 26/03/2021