Con el pretexto del coronavirus, en España se decretó el estado de alarma, del 14 de marzo al 21 de junio, es decir tres meses y una semana, ordenándose el cierre unilateral de los juzgados y tribunales, salvo para asuntos especiales.

Esta decisión gubernamental ha supuesto una clara violación de los derechos fundamentales de los españoles, que sólo pueden suspenderse en los estados de excepción y sitio, pero no en el de alarma…, algo que al gobierno social comunista le ha dado exactamente igual.

Asumieron la totalidad de los poderes del estado, cerrando también, y de forma unilateral, el congreso de los diputados, y delegando sus facultades en su presidenta, nombrada por ellos mismos, con lo cual se conseguía la cuadratura del círculo…

Ahora, no contentos con esta continúa vulneración de los derechos fundamentales de los españoles, solo denunciada por el partido parlamentario VOX, por cierto, han derogado de facto la ley orgánica del poder judicial, suprimiendo la tradicional inhabilitación del mes de agosto, y sustituyéndola por solo diez días de vacaciones judiciales, los primeros  días de agosto, en la práctica una sola semana, y condenando a los abogados, procuradores de los tribunales y graduados sociales a estar en sus despachos durante la práctica totalidad del mes, con la excusa de “agilizar” la administración de justicia.

Lo cierto es que al gobierno social comunista poco o nada le importa que la justicia funcione bien en España, pues cuanto peor marche, para ellos mejor, pues les permite seguir actuando arbitrariamente, y de forma impune.

Supone, también, una bofetada en plena cara a los más de ciento cincuenta mil abogados, unos doce mil procuradores y alrededor de diez mil graduados sociales, colectivo al que también tengo el honor de pertenecer.

Pero, lo que es peor, supone un total y absoluto desprecio a las profesiones jurídicas, pisoteando el Derecho y la Ley, y haciendo de su capa un sayo, por medio de reales decretos-leyes, que suponemos son firmados por el todavía rey Felipe VI, desconociendo si está de acuerdo con ellos, o no.

La actuación de Felipe VII, también llamado Pedro Sánchez, y de su Rasputín particular, Pablo Iglesias (aunque ignoramos si su miembro es tan descomunal como el del célebre Rasputín, conservado en formol) nos lleva hacia una tercera república española, en la que el primero asumiría el papel de presidente, y el segundo y auténtico cerebro pensante de la coalición, el de primer ministro…

Mientras tanto la situación económica se deteriora, a pasos agigantados, el paro crece sin compasión, y ello a pesar del engaño de los Ertes, expedientes de regulación temporal de empleo, que supone tener a “trabajadores” en teoría con un puesto de trabajo, aunque en la práctica están cobrando el desempleo de la seguridad social, y tienen todos los números para convertirse en parados reales y efectivos, en unos pocos meses.

¡Pobre España!

Nuestra Patria va camino del sumidero de la Historia, entre la cobardía de muchos, el pasotismo de una gran parte de la población y la traición de los separatistas catalanes y vascos, ¡y del propio gobierno!

Hace unos días la inútil ministra de asuntos exteriores se reunió con el alcalde de Gibraltar, autollamado pomposamente “el ministro principal” de la colonia, para discutir “de igual a igual”, sobre su futuro tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea…

¿Cabe mayor entreguismo, cobardía y traición a los intereses generales de España y de los españoles?

Dicen que cuando Fidel Castro, que era licenciado o graduado en leyes, accedió al poder, por medio de un golpe de estado, lo primero que hizo fue cerrar todas las Facultades de Derecho de Cuba, pues pensó, y con razón, que los abogados solo iban a dedicarse a hacerle la puñeta, poniendo trabas en las ruedas de la dictadura comunista.

¿No estaremos en España en una situación similar…?

 

Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado, Académico Correspondiente de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de España

Ramiro Grau Morancho