En la madrugada del pasado 20 de enero la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, que tiene prohibida la entrada en el espacio Schengen, aterrizó en el aeropuerto de Barajas, desembarcó de su avión oficial, se reunió con el Ministro de Fomento español José Luis Ábalos y partió en un vuelo comercial hacia Doha (capital de Qatar). Este encuentro ilegal contó con la discreción de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Aeropuerto, incluida la Guardia Civil, y fue desvelado claramente gracias a la actuación de un vigilante de seguridad de la empresa Ilunion que fue expedientado por ello.
Cabe destacar que la Guardia Civil se encarga de la seguridad de la zona de “aire”, es decir, desde que el avión aterriza hasta que se accede a las instalaciones del aeropuerto, además de tener funciones en materia fiscal o de mercancías, entre otras, mientras que el Cuerpo Nacional de Policía controla la zona de “tierra”, que incluye el acceso a las salas VIP y el control de pasaportes. Como consecuencia de ello, fue necesario contar con la discreción de ambos cuerpos policiales para intentar garantizar la confidencialidad del encuentro.
El pasado 24 de mayo, el ministro del interior Fernando Grande-Marlaska decide cesar al Coronel D. Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, por cumplir con su obligación legal de confidencialidad en relación con una investigación que se estaba realizando por orden del juzgado de instrucción nº 51 de Madrid relacionada con la actuación durante el 8M de Fernando Simón, como director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias y del socialista José Manuel Franco, Delegado del Gobierno en Madrid.
Como vemos claramente, Pérez de los Cobos fue cesado por cumplir con su obligación de forma absoluta e imparcial, pero ¿Quién va a ser su sustituto? Para ese puesto ha sido designado el Teniente Coronel D. David Blanes González, que era el jefe de la Unidad Fiscal y Aeroportuaria de la Guardia Civil en el aeropuerto de Barajas aquella noche del encuentro entre Delcy y Ábalos, unidad que guardó la discreción requerida por el poder político y no la legalidad vigente. Curioso ¿verdad? y es que de bien nacidos es ser agradecidos.
C. R. Gómez