Nuevamente llegan noticias sobre el impedimento para la celebración de ceremonias religiosas, tal y como recoge el titular del diario digital “El ideal” de hoy sábado 11 de abril: “La Policía Nacional desaloja la Catedral de Granada durante la celebración del Viernes Santo. En paralelo, se han cancelado otras celebraciones en parroquias de la capital”.
En el mismo se relata como, la Policía Nacional en este caso, se personaba en el templo obligando a la suspensión del culto, siguiendo órdenes de sus superiores.
Y es que vemos como desde el poder político se sigue aprovechando esta situación de crisis de salud pública para acabar con la libertad religiosa como un derecho fundamental de los ciudadanos. Por tanto, no cabe duda que este gobierno laicista e intolerante está intentando imponer por la fuerza su doctrina social-comunista, como podemos comprobar a través de hechos tan lamentables.
El R.D. 463/2020, de 14 de marzo, indica claramente las medidas de precaución para evitar las concentraciones en las celebraciones de culto, dejando al menos un metro de distancia entre los asistentes. En otras palabras, no está prohibido asistir a Misa de manera presencial, siempre y cuando se cumpla este requisito.
Tal y como hemos indicado anteriormente en la noticia sobre el desalojo de la Catedral de Granada, los policías actuaban siguiendo órdenes superiores. Ahí quería yo llegar. Cuando el artículo 16 de la Constitución Española garantiza la libertad religiosa y de culto, y el RD que ampara el estado de alarma deja totalmente claro y trasparente las medidas de contención al respecto, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no deberían escudarse en cumplir órdenes superiores, más aun cuando las disposiciones legales vigentes indican que este colectivo debe “ejercer su función con absoluto respeto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”, y que “en ningún caso, la obediencia debida podrá amparar órdenes que entrañen la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o sean contrarios a la Constitución o a las Leyes”.
En definitiva, los católicos españoles estamos asistiendo a un atropello sin igual en lo que a libertad religiosa y de culto se refiere por parte de este nefasto gobierno. Como creyentes, solo nos queda rezar por ellos, además de recurrir las sanciones que pudieran presentar … por si cuela.