Todos los años son asesinados más de cien mil niños en España, en el vientre de sus “madres”, y con el beneplácito de ellas.
Ahora estamos asistiendo a la denegación de auxilio a miles de ancianos, a los que se “ayuda” a morir, visto que no quieren dar el paso definitivo.
Estamos asistiendo a auténticos homicidios, cuando no asesinatos, en dónde el “sistema” priva de los más elementales cuidados y ayuda a personas que han cotizado 40 y 50 años a la seguridad social, y aportado ingentes cantidades de dinero al erario público.
Si esto no es un “relevo generacional”, propiciado por los comunistas que ahora nos comandan, con el acompañamiento coreográfico de la mayoría de los “socialistos” españoles, que venga Dios y lo vea…
El PP permitió durante sus siete años y pico de desgobierno y mangancia generalizada de los fondos públicos, el asesinato de más de setecientos mil niños indefensos, que se dice pronto.
¡Y aún hay “católicos” –más bien fariseos, sepulcros blanqueados-, que les siguen votando, como “mal menor”, cuándo son un mal en sí mismos!
Estamos en plena instauración de una cruel dictadura comunista, que decide quién puede vivir, y quien debe morir…, y a la gente le da igual.
Hacen cómo que no se enteran, o lo que es peor, es muy posible que muchos de ellos realmente no se den cuenta de lo que está sucediendo.
Se han vulnerado varios de nuestros derechos fundamentales, de una forma flagrante, sin intervención alguna del Congreso, que prácticamente está cerrado, o en manos de esa inepta que dicen es su presidenta, nombrada por ellos, faltaría más, y el ministerio de justicia da instrucciones, de obligado cumplimiento, a los juzgados…
¿Dónde está la separación de poderes?
Una individua deja el ministerio de justicia para ser, al día siguiente, fiscal general, no del estado, sino del gobierno social comunista, y la mayoría de la población lo encuentra normal.
Supongo que la habrán sacado del consejo de ministros pues no hay sitio para tantos ministros.
Solo me resta proponer la creación de la vicepresidencia quinta, o el número que corresponda, pues ya he perdido la cuenta, llamada del “coronavirus y del golpe de estado”, con sus decenas de asesores, coches oficiales, escoltas, etc. ¡Será por dinero!
De cualquier forma, y siendo grave, gravísimo, todo lo que están haciendo estos desalmados, lo peor de todo es la pérdida del respeto por las vidas ajenas…
Su primera decisión fue impulsar una ley de eutanasia, para darnos a todos el matarile, a partir de una determinada edad.
Y muchos borregos aplaudieron alborozados, pensando que así no iban a “sufrir”, y que quedaría al libre arbitrio de cada cual prolongar su estancia en el tierra, o pasar directamente al purgatorio o al infierno, pues el Cielo ya sabemos que está reservado para los políticos.
Pero lo cierto es que no va a ser así, y sino pregunten en Holanda, dónde todos los años miles de ancianos salen huyendo a los países limítrofes, antes de que les envíen para así reducir el gasto público, aumentar la recaudación por sucesiones, disminuir el gasto farmacéutico, etc.
En definitiva, una nación que permite impávida el asesinato de sus niños indefensos, y de sus ancianos, también indefensos, me da asco, y siento vergüenza de pertenecer a ella.
Muchos hijos e hijas, posiblemente millones, deberían hacérselo mirar y, posiblemente, entonar el mea culpa por el absoluto desprecio que demuestran hacia sus progenitores, que les han dado la vida, y se han sacrificado, siempre, por ellos.
¿Qué excusa tienen ahora, que están en sus casas, mano sobre mano, para no cuidar a sus padres…?
Como dice el Eclesiástico, 3, 12:
“Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados”.
Ramiro GRAU MORANCHO
Abogado y escritor