El 16/9/2024, el presidente de gobierno, el socialista Pedro Sánchez, dijo:

Nuestra democracia está asediada por esas campañas de desinformación y de bulos, presiones a periodistas y corruptelas’.

El diario digital El Confidencial, publicó a toda página, la siguiente noticia: ‘el PSOE prepara en secreto una campaña contra jueces y periodistas para tapar el caso Begoña’.

Esto, en democracia, es gravísimo. Otro destacado diario digital, Libertad Digital, escribe: ‘Sánchez llevará hoy a la práctica sus amenazas a la prensa libre, anunciadas el pasado mes de abril al conocerse la imputación judicial de su mujer por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios’.

Finalmente, lo que dice otro importante diario digital, Periodista Digital.

En la reunión con el grupo parlamentario socialista, Pedro Sánchez ejecuta su amenaza a los medios: su plan sale ipso facto del Consejo de ministros. Con el eufemismo “plan de acción por la democracia”, el líder del PSOE busca acabar con las voces críticas a su gestión.

Esto no es admisible en las democracias. Sucede porque no vivimos en una democracia. ¿Es cierto? ‘En una democracia, la prensa censura al Gobierno. En una dictadura, el Gobierno censura a la prensa’. (El Mundo/mayo/2024.)

Que en España tengamos un sistema político democrático (o no), no es como apagar o encender la luz de la habitación. Con la democracia hay niveles de calidad democrática. Veamos. La libertad de prensa está protegida por el artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y por el artículo 11 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

Uno de los objetivos fundamentales de la prensa libre es garantizar a los ciudadanos la libertad de recibir y difundir informaciones no manipuladas, ni al servicio de una persona, entidad, o del gobierno.

A la luz de las declaraciones de importantes medios de comunicación, antes citados ¿podemos decir que el presidente Pedro Sánchez y su gobierno respetan la libertad de prensa? No.

El antidemocrático camino iniciado por este gobierno socialista, permite que Sánchez decida qué es ‘fango’, para referirse a los periodistas independientes que dan informaciones que disgustan al gobierno. ¿Es esto libertad de información? No. En las democracias, la prensa controla al gobierno. Sánchez quiere controlar a la prensa. Típico de dictadores.

En los sistemas políticos no democráticos, los dictadores o autócratas, prohíben que se publiquen datos o informaciones que disgusten al dictador de turno. Pero no dicen que las prohíben porque ‘aquí mando yo’. Queda feo. Incluso los dictadores quieren mantener una apariencia de legitimidad. También el ‘puto amo’. Para ello tiene a su servicio las criadas mediáticas.

Las criadas mediáticas acusan de ‘mentirosos’ a los que publican informaciones que disgustan al dictador. También de ‘traidores a la patria’. Como hace, también, el dictador Maduro, gran amigo del socialista Zapatero (y otros socialistas corruptos), al acusar a periodistas independientes de ‘fascistas’. Las criadas mediáticas apoyan las mentiras del dictador. Al acusado de ‘fascista’ no le defiende nadie, porque los medios de difusión/manipulación están en manos -directas o indirectas- del dictador. En eso está Sánchez.

Me pregunto si en España, estamos tan lejos de lo que hace Maduro en Venezuela, aunque haya algunas diferencias. Maduro acusa a los periodistas independientes de ‘fascistas’. Sánchez los acusa de pertenecer a la ‘fachosfera’. Otra diferencia es que el ‘puto amo’ -como dicen sus siervos socialistas- descalifica a la prensa libre española como la ‘máquina del fango’. Como ven hay diferencias.

Sólo un político con mentalidad de dictador, como Sánchez, se atreve a decir: ‘Gobernaré con el apoyo de la oposición o sin él, y gobernaré, aunque no tenga el apoyo del poder Legislativo’.  (LD/13/2024.)

El Gobierno de Sánchez decidirá «qué es un medio de comunicación» y «los verdaderos profesionales» cuando esté vigente el plan de regeneración democrática que el Ejecutivo ha aprobado este martes en Consejo de ministros. (OkDiario/9/2024.)

Resumiendo. Con la prensa controlada, las instituciones colonizadas, los jueces amenazados, y con más feligreses de izquierdas (dicho delicadamente) que auténticos ciudadanos, España es una democracia fallida. O sea, mucha apariencia democrática y mucha manipulación mediática. Como dijo Revel: ‘La primera de las fuerzas que mueven el mundo, es la mentira.

’Puigdemont llama a capítulo al PSOE, que acude a Suiza para tratar de aplacar al prófugo’. (LD/20/9/2024.)

El presidente de España se arrodilla ante un prófugo independentista antiespañol. ¿A esto lo llaman democracia?

‘Somos la izquierda sin escrúpulos’. Somos la derecha centro centrada.

 

Sebastián Urbina

Sebastián Urbina