Ahora que se acerca el 12 de octubre, día de la Hispanidad, me permito apuntar una reflexión sobre lo que yo llamaría “la reconquista de la hispanidad”
Estamos atravesando un momento histórico de grandes mutaciones donde las nuevas tecnologías, solapadamente, están permitiendo la configuración de un gobierno mundial al que solo se le resisten las naciones con marcada identidad histórica, como es el caso de la nación hispánica. Esto explica los continuos ataques a nuestra identidad, a nuestra cultura, a nuestra lengua, a nuestra historia y a los grandes personajes que la han forjado. Ya no se trata solamente de lo que llamamos Leyenda Negra, bajo cuyo paraguas entra todo y su contrario, en realidad estamos inmersos en una guerra de supervivencia de la que debemos ser conscientes y para la que necesitamos una estrategia y una buena definición de objetivos. Yo le llamaría una guerra de reconquista del mundo hispánico y de su auto conciencia como tal, y para ello, deberíamos comenzar por abrir la ciudadanía española a todos los hispanoamericanos.
¿Por qué?
España tendría interés en automatizar la ley sobre obtención de la nacionalidad española para todos los hispanoamericanos que demuestren que parte de sus raíces están en la España peninsular, como se hizo antes con los descendientes de los sefardíes, porque al reconocer a nuestros hermanos hispanoamericanos como españoles legítimos que lo eran en ese momento, se convierten, de facto, en parte de una unidad de destino y en ciudadanos de la Unión Europea, y esto tiene cinco consecuencias importantes :
1.- Inmediatamente, aumenta el peso demográfico de España, como lo hizo en el siglo XVI y XVII, cuando en nuestro imperio no se ponía el Sol, y por tanto aumentaría el peso en las listas electorales tanto para las elecciones nacionales como para las europeas, y estas últimas situarían a España en pie de igualdad con Francia o Alemania para reclamar el derecho de veto y aumentar su influencia cuando desde Europa y otros organismos internacionales pretendan imponer directivas o reglamentos contrarios a nuestros intereses.
2.- Este último aspecto, dado el Brexit británico y las futuras negociaciones con una estrategia firme sobre el conflicto de Gibraltar, así como la protección de Ceuta, Melilla y Canarias, es ahora más importante que nunca.
3.- Con este peso demográfico, podríamos impulsar que la lengua española se convierta, naturalmente, en la lengua oficial de la Oficina Mundial de Patentes (la española de Alicante) y de todas las instituciones europeas e internacionales. Tengamos en cuenta que además de los 47 millones de hispanohablantes que hay en la península, hay cerca de 600 millones de hispanohablantes en el mundo, más que toda la Unión Europea y Estados Unidos, muchos de los cuales, si quisieran, podrían convertirse en españoles y, por tanto, europeos.
4.- El hecho de que la mayoría de los hispanoamericanos vuelvan a ser españoles, y en particular los puertorriqueños, sin que ello cambie necesariamente su situación como país asociado a Estados Unidos, permitirá a España, gracias a su población civil y sin derramar una sola gota de sangre, ni modificar tratados internacionales, volver, poco a poco, a una situación influyente en Estados Unidos y en casi toda América. Inicio de la reconquista de la hispanidad.
5.- Esta nueva situación de la hispanidad dentro de América y Europa, con ventajas evidentes para todos los hispano-hispanoamericanos y el aumento de peso y representatividad en la política europea y mundial es, por lo tanto, posible, y además, desde un punto de vista simbólico, sería como la continuidad de lo que España había comenzado en 1492 y quizás antes de esta importante fecha, si consideramos la creación del Camino de Unión Espiritual y Política de Europa, que comenzó en Compostela!
¿A qué esperamos
José Francisco Rodríguez Queiruga
Presidente de la « Chambre de Commerce Latino-Américaine » en Francia
Antiguo Secretario General de la Federación Europea de Cámaras de Comercio Españolas en el Exterior