En uno de mis últimos artículos: “Francia: crisis permanente”: https://www.linkedin.com/pulse/francia-crisis-permanente-francisco-queiruga-r67pf/ , describía y explicaba como Francia se deslizaba progresivamente hacia el caos espiritual, social, jurídico– económico y demográfico. Y que, en cada fase de su caída al abismo, observábamos un mismo fenómeno, la disgregación de su identidad. Lo que llamamos identidad, sobre todo cuando asociamos ésta a la independencia económica, quizás sea la clave de la supervivencia de la nación, ya sea ésta la francesa o la española.
“Sin independencia económica y político–militar no hay verdadera democracia, y sin identidad cultural, espiritual e histórica, no hay nación que la sustente y que sobreviva”.
Recordemos que hace ya 4 años, en los últimos días de 2020, se había filtrado a la prensa que los acuerdos del Brexit recogían una modificación de los programas ERASMUS entre Gran Bretaña y la Unión Europea, afectando a cientos de miles de estudiantes que veían como el BREXIT reducía sus becas e incrementaba las trabas administrativas. Un resultado inesperado, salvo si consideramos que lo que estaba en juego, y lo que realmente estaba buscando el gobierno británico, era la ruptura de la identidad cultural y espiritual de Europa, al menos la de las clases acomodadas que se alternan en el poder y sus aledaños, para las que el programa de intercambios
ERASMUS se había convertido, con el tiempo, en el icono de la
Unión y de la identidad europea, pero ¿de qué identidad?
Por supuesto, este análisis no pretende dejar de considerar el impacto económico jurídico de los acuerdos del BREXIT, pero parece lógico pensar que tanto la constante desmovilización de la juventud en torno al proyecto europeo como las intangibles dos caras del programa ERASMUS, deben ser estudiadas como elementos esenciales en la construcción de la actual identidad europea y de los pueblos de Europa pues, si el proyecto común de un Europa fuerte y libre, aunque protectora, sufre tan importante desgaste que oscurece el futuro de nuestros jóvenes, será difícil que esa misma Europa, y las naciones que la componen, tanto como aquellas que ven en la Unión Europea un ejemplo a seguir, puedan generar proyectos de envergadura que se inscriban en una identidad fuerte que sitúe la Unión Europea en la vanguardia mundial.
Desgraciadamente, la gestión tanto sanitaria y científica, como económica y social de la crisis generada por la pandemia del COVID, es una clara demostración de lo que acabamos de constatar en nuestra juventud, una especie de anomia social, y la anomia creciente de una sociedad es, por otro lado, el anuncio de un gran cambio estructural.
Elecciones al PE de 26 de mayo de 2019
Así observamos que, en 2019, antes de que sobreviniese la crisis del COVID, con sus consecuencias económicas, sociopolíticas y psicológicas, tuvimos la oportunidad de fortalecer la Unión Europea durante las elecciones del 26 de mayo al Parlamento Europeo, único órgano de la UE elegido
al sufragio universal secreto y directo, y que representa a los ciudadanos europeos en función de su adscripción ideológica y no de su nacionalidad, de hecho, cuanto más peso adquiere el PE en la toma de decisiones, más se diluye la soberanía de las naciones en beneficio de una ciudadanía europea, apátrida, ciudadanía que hasta el momento presente, está siendo configurada por el éxito del programa ERASMUS.
Sin embargo, la baja tasa de participación y el escaso interés dado por la prensa firmaron el fracaso de la elección y dejaron entrever una sociedad amorfa y anómica.
¿Representa la ciudadanía europea una oposición a la soberanía de las naciones?
La repuesta a esta cuestión es compleja. Veamos:
La preparación estratégica de estas elecciones hubiera podido generar una mayor participación y facilitar la toma de conciencia sobre la importancia de la institución, dando un sentido, una identidad y un destino renovados a esta Unión Europea que muchos ciudadanos no consiguen comprender.
Además, aunque parezca obvio decirlo, este hecho hubiera creado la cohesión necesaria para hacer frente común a otros problemas, como a una inmigración descontrolada y a una progresiva substitución de los valores espirituales y trascendentes de la vieja Europa por el valor material y cortoplacista del consumo. Asimismo, también nos hubiera permitido elaborar un programa energético y tecnológico estratégico que considerase nuestros objetivos a medio y largo plazo y no solo los de EEUU o China, así como reforzar nuestra
política de defensa para ir soltando lastre a nuestra dependencia de EEUU y defender, realmente, nuestros verdaderos intereses territoriales (El conflicto creciente entre Marruecos y España no tendría la relevancia que tiene si, en lugar de depender militarmente de las decisiones estratégicas e interesadas de los EEUU, tuviésemos una política de defensa propia, Europea y Nacional) y, por último, sobreponernos a la crisis económico-financiera y sanitaria creada por el COVID, de nefastas consecuencias para nuestra posición en la geopolítica mundial, pues la caída del valor de los activos de la industria europea se está convirtiendo en un apetecible manjar para la especulación internacional que opera a través de Paraísos fiscales, casi todos, británicos.
Pero no ha sido así, la Nomenklatura europea se ha paseado por el andén, sin ver pasar el tren, creándose las condiciones de una transformación que no beneficia al ciudadano europeo.
¿Cuáles son las razones de dicha transformación?
Entre las múltiples razones de la existencia de este aparente absentismo, ausencia o desapego de nuestra juventud, podemos señalar una en particular: que la gran mayoría de los ciudadanos actuales de la UE han nacido en países que por su carácter de recién llegados ( la UE ha pasado de 6 países en su creación en 1957 a 15 en 1986 y a 27 actualmente), no han podido participar en la obtención del acervo comunitario generado durante los 30 primeros años de construcción de la UE ni mucho menos comprenderlo, es decir, no han conocido las carencias que la Guerra produjo desde dentro de la propia UE y, por lo tanto, no han tenido que luchar jurídicamente para
ganar todas las ventajas de las que actualmente sí disfrutan, gracias a la UE y a sus primeros propulsores. Ahora bien, curiosamente, hablamos de ventajas invisibles que solo pueden ser percibidas desde un marco político-cultural que no es el que se vive hoy en día en Europa, porque para defender un patrimonio hace falta conocerlo por su valor y reconocerlo como algo propio, algo que forme parte de su identidad. Sin embargo, la multiculturalidad, que ha ido ganando terreno en las últimas décadas, vuelve cada vez más difusa la identidad europea, imposibilitando toda política de unión, de defensa y de reconstrucción, por eso surgió ERASMUS, para crear una identidad europea.
¿Cuál es la situación española y la hispanoamericana?
El caso de España es particular pues, aunque no haya participado en la II GM, ni haya sido socio fundador de la Unión Europea, sí acababa de terminar una cruenta Guerra Civil cuando la II GM comenzaba y, contra todo pronóstico, en tan solo 14 años, comenzó una importante recuperación económica que continuó después de la fundación de la Unión Europea en abril de 1957 y hasta los años 80.
No obstante, es necesario destacarlo, este desarrollo español fue más un fenómeno endógeno que comunitario, por lo que su actual anomia social no es atribuible, al menos en su totalidad, a los mismos factores que la europea, por lo que las aportaciones del programa ERASMUS, tal y como ha sido concebido, aun siendo importantes, no serán tampoco la panacea.
Para comprender lo que pasa hoy en España, debemos buscar las razones en nuestra historia reciente, tanto la visible como la ocultada, pero sin obviar el pasado imperial, que fue generador de una nueva civilización: la Hispanoamericana, y su transformación en leyenda negra, asumida, desde la ignorancia y la ocultación, como culpa imborrable que justifica todos nuestros males. Así, por ejemplo, nos quejamos a menudo de la mala situación económica que vive España (alta tasa de paro, baja productividad, déficit exterior y alta deuda pública) y tenemos tendencia a echar las culpas a un obscuro y estigmatizado pasado del que no conocemos casi nada, y que además negamos habitualmente, y al hacerlo, rechazamos implícitamente nuestra identidad, como le sucede al ciudadano hispanoamericano, otrora español, a quién la negación de lo más excelso y positivo de su herencia hispánica, le impide reconocerse a sí mismo, generando una falsa identidad que imposibilita su unión y un desarrollo sostenible propio e independiente.
Para el hispanoamericano, todo mal viene de España por lo que rechaza el gentilicio de “hispano” para colgarse el de “latino”, y para el español de hoy, todo mal viene del régimen franquista.
Para el hispanoamericano, el paraíso era fruto de las civilizaciones precolombinas. Para el español de hoy, la II república constituye el régimen bienhechor por excelencia, destrozado por el abominable fascismo franquista.
En ambos casos, lo que predomina es la ignorancia de la propia historia, con una gran dosis de ocultación malintencionada, lo que nos hace arrastrar un importante problema de identidad.
¿Dónde se encuentra la verdad?
Democracia vs Estado del Bienestar
Volviendo la mirada hacia un momento crucial de nuestro ordenamiento jurídico, es importante recordar que cuando votamos la Constitución de 1978, a partir de la cual empezó a soplar un “aire de democracia”, España hacía ya tiempo que había entrado en el “Estado del Bienestar”. Además, si consideramos que cuando Franco murió, el 20 de noviembre de 75, los cambios estructurales, financieros y de consumo que habían dado lugar al “Estado Providencia” de los años 80 y 90, tuvieron que producirse mucho antes de 1978 y, por supuesto, de noviembre de 1975.
Las preguntas que es lógico plantearse son:
¿Cómo pudo ocultarse u olvidarse tan ingente trabajo de construcción social, conociendo las condiciones de salida de la guerra, que dejaron nuestra industria e infraestructuras destruidas y con las reservas de oro del Banco Central inexistentes, debido al robo efectuado por Negrín y sus cómplices?,
¿De dónde sacó España los recursos para desarrollarse, teniendo en cuenta la exclusión del Plan Marshall de reconstrucción europea y el bloqueo económico y comercial de nuestras fronteras?
Está claro que no puede tratarse de un olvido, se trata pues de una ocultación y de una manipulación histórica cuyo objetivo es deslegitimar el período llamado “franquista”, legitimando así, las tropelías de la II República, preparando el terreno para la legitimación de un cambio de régimen post 78, y para conseguirlo era necesario ocultar o maquillar los logros alcanzados antes del 75 que es el cometido principal de la Ley de Memoria Histórica y, posteriormente, apropiárselos (trabajo que llevan a cabo, en estos momentos, los Piratas del Poder:
https://latribunadelpaisvasco.com/archive/14168/espana- 2020-saqueo-del-estado-y-destruccion-de-la-nacion ).
Nos encontramos ante un vacío abisal de conocimiento de nuestra historia reciente y ante una deformación malsana de los mitos fundadores de la nación española e hispanoamericana que ensombrecen nuestra identidad.mem
¿De qué logros franquistas, tan cuidadosamente escondidos, estamos hablando?
Fundamentalmente, de aquellos que han mejorado la calidad de vida y el desarrollo humano y económico de España, que aquí resumimos en tres partes:
1/ La protección social, de la familia y del trabajo:
Un Estado del Bienestar que se precie, necesita tener una legislación social que proteja tanto los derechos de los trabajadores como la propiedad privada. En España, la primera y más importante ley de protección social y del trabajo del SXX, nació el 9 de marzo de 1938, con el nombre de Fuero del
Trabajo, firmada por Franco, que permitió, entre otras, la aprobación de las siguientes leyes: Ley del Subsidio familiar, Ley del Subsidio de Vejez, Ley de Patrimonios familiares, Seguro Obligatorio de enfermedad. A estas leyes se añaden:
292 Residencias hospitalarias, 500 Ambulatorios, 425 Consultorios y 96 Residencias concertadas, vacaciones retribuidas, maternidad para las mujeres trabajadoras y garantías sindicales, Paga extraordinaria de Navidad, Paga extraordinaria del 18 de julio, Seguro de Desempleo o, por ejemplo, la Ordenanza General del Campo, donde se establece la jornada laboral de 8 horas, reproduciendo la Ordenanza de
1593 de Felipe II, llamada de las Leyes Nuevas de Burgos (Leyes de Indias), instaurando la jornada de 8 h para los trabajadores de los territorios de ultramar. Estas leyes del SXVI que muchos hispanoamericanos, españoles y europeos, ignoran, se inscriben en un movimiento intelectual y espiritual iniciado por la Escuela de Salamanca que ha condicionado tanto el mundo económico y laboral posterior como el nacimiento de los Derechos Humanos. Aspectos que solo podrían generar orgullo de nuestra identidad hispana, pero que han sido ignorados en beneficio del insulto comúnmente oído, tratando a los españoles de sádicos, ignorantes y salvajes genocidas.
Los diferentes elementos antes señalados indican que, a la muerte de Franco y antes de votar la Constitución de 1978, que nos hizo entrar en un régimen democrático bajo forma de Monarquía Parlamentaria, todos los trabajadores españoles “YA” tenían cubiertas por el Estado sus principales necesidades sociales, familiares y laborales.
En tales circunstancias, comprendemos que era difícil deslegitimar a los herederos del régimen sin hacer olvidar sus aportes, lo que explica este gran silencio informativo u ocultación histórica. Además, no debemos olvidarlo, estos ocultamientos de nuestra historia son un intento de destrucción parcial de nuestra identidad, como lo es el ataque constante a nuestra bandera por ser supuestamente franquista, aunque ésta haya nacido en mitad del S XIX, como lo es el ataque a nuestra lengua común hablada por 600 millones de personas en más de 20 países, como lo es el ataque a la gesta del descubrimiento y de la creación de una nueva civilización hispana en el continente americano, como es la negación de Don Pelayo y de la reconquista, o la negación de la existencia de España como Nación, así como del impacto fundamental de la Escuela de Salamanca en el pensamiento europeo, en el nacimiento de la nueva economía y en la espiritualidad de occidente. (https://www.linkedin.com/pulse/la-mano- invisible-del-mercado-francisco-queiruga-8pgwf/ ).
2/ Creación de infraestructuras de transporte, de vivienda, de educación, energéticas y jurídicas para un mejor desarrollo económico, social y humano:
Las necesidades españolas de embalses de agua en los años 40, 50 y 60, para disponer de agua potable y de saltos hidroeléctricos, para compensar nuestro déficit en energías fósiles, fueron tenidas en cuenta por el gobierno de Franco y si no pasamos sed hoy es por la red de embalses y pantanos que se hicieron. En 46 años de Monarquía Parlamentaria solo se han terminado dos… que estaban a medio construir en 1975 y además, en un alarde de falta de solidaridad interregional, se paralizó el Plan Hidrológico Nacional y empezaron a destruir embalses ya existentes para, como dice la religión ecologista y el Plan 2030, dejar libre curso a la naturaleza, aunque ello suponga el cierre de la mitad de las explotaciones agrarias.
Asimismo, continuando el proceso acelerado de desarrollo industrial, en 1967, el gobierno de la época financió e inauguró el Polígono Industrial más grande de Europa (Fuente del Jarro – Paterna), dos años más tarde (1969), Franco inauguró la Central Atómica de Zorita y el nuevo cauce del rio Turia para evitar que Valencia pueda volver a ser inundada como en 1957 (Plan Sur). A la central de Zorita, le siguió en 1971, la Central de Garoña, en su época, la más grande de Europa.
Por otro lado, la enseñanza pública gratuita hasta los 14 años era una realidad. En el periodo franquista, había Colegios públicos e Institutos de Enseñanza Media en todas las ciudades y pueblos de España, donde enseñaban profesores de otras regiones de España, en la misma lengua y con idénticos programas. Asimismo, el PIO (Patronato de Igualdad de Oportunidades) llevó, gracias a sus becas, a miles de estudiantes hijos de familias humildes a la Universidad, formando cualificados universitarios de todas las profesiones a muchos hijos de obreros. Completando esto con las Universidades Laborales que prepararon a una masa de buenos profesionales en todas las ramas de la industria, colocándolos en empresas como La Empresa Nacional Bazán, que era capaz de hacer, en competencia con las mejores del mundo, barcos de 300.000 toneladas con tecnología puntera.
Muchas de estas empresas, están ahora a punto de cerrarse o malviviendo de subsidios, como si no interesase que los éxitos de aquella época saliesen a la luz y por eso una gran parte de nuestra juventud ignora que en 1975 España se había convertido en la novena potencia industrial del Mundo, en gran parte gracias al INH y al Instituto Nacional de Industria (INI), que permitió crear múltiples industrias de reconocido prestigio, entre otras la SEAT, fatalmente vendida a finales de los 80. Pero no fue la única: Si en 1955, Franco inauguró la SEAT, en 1946, creó PEGASO con el fin de disponer de camiones de fabricación nacional, marca que aun circula hoy en día por las carreteras de Europa y de América. También los hispanoamericanos de hoy ignoran que cuando eran España, su nivel de vida y desarrollo humano era superior al de la mayor parte de las naciones desarrolladas de aquella época, y que esta situación cambió a peor, a partir de las guerras civiles que balcanizaron el territorio, durante el S XIX. El fracaso de las nuevas repúblicas independientes buscó un chivo expiatorio en España, convirtiéndola en el origen de todos sus males.
Volviendo a la España del período franquista, también conviene recordar que la masa obrera de toda España tuvo acceso a la vivienda en propiedad gracias a la política social franquista del Instituto Nacional de la Vivienda, del cual aún se ven sus placas (el yugo y las flechas de los reyes católicos, cuyos símbolos se han vuelto hoy franquistas) en muchas barriadas, alcanzándose los 9 millones de viviendas entregadas, y esta política se pudo llevar a cabo con la cooperación de las Cajas de Ahorro, organismos financieros sin
fin lucrativo, cuyos beneficios se reinvertían en la obra social (bibliotecas, hospitales, carreteras, financiación de vivienda social y de las PYMES). Desgraciadamente, los políticos sin escrúpulos de nuestra época post 78, las han saqueado y obligado a su cierre, por lo que no conviene recordar sus logros de períodos anteriores a los 80, que contrastaría fuertemente con la ineptitud de las decisiones de política económica actuales.
3/ La oferta de servicios creciente que acompaña el desarrollo industrial:
Entre las 292 residencias hospitalarias creadas antes de 1975, se debe destacar por su importancia simbólica el hospital La Fe, de Valencia, inaugurado en 1971 como el más grande y moderno de Europa.
En definitiva, la calidad de los servicios de salud, logísticos, industriales, financieros y educativos, fue el factor determinante para dar el salto cualitativo que hizo que en 1975, España llegase a ser la segunda potencia mundial del sector servicios, que tuviese la 2° flota pesquera del mundo, que fuese el tercer productor mundial en astilleros y, en conjunto, la 9° potencia industrial del mundo, representando su industria el 36% del PIB en 1975 frente al 15% de hoy en día, lo que sin duda tiene un importante impacto sobre el empleo, pues la tasa de paro en 1975 era del 3,78%, frente al más de 20% de la actualidad, lo que explica que la clase media representaba 56% de la población, frente al 43% en 2008 y se encuentre casi extinguida hoy en día, pues la carga fiscal personal, inexistente antes de 1975, llega hoy casi al 50% de lo producido, con el fin de pagar los más de 3 millones de empleados del sector público existentes hoy frente a los apenas 700.000 de 1975. El IVA de la época (ITE) no sobrepasaba el 2% para los bienes de uso corriente, frente al 21% de hoy en día, además, había una sola tarjeta de seguridad social para todo el territorio, no 17 como hoy y el derecho a la pensión de jubilación se obtenía a partir de 2 años cotizados. Por último, y creo que es importante señalarlo, los bienes particulares, como la vivienda, eran inembargables (articulo 32 del Fuero de, los Españoles) y el domicilio de los españoles era inviolable, bajo dura persecución penal, por supuesto, no había okupas.
Estos tres puntos, unidos a la calidad humana de un pueblo que comparte los mismos valores y es solidario en todo el territorio nos hacen comprender la importancia de una identidad fuerte y explican todo lo conseguido hasta 1978, así como lo que podría ser la situación en Hispanoamérica, si estuviese unida.
Continuará
José Francisco Rodriguez Queiruga
Economista, jurista y presidente de la Cámara de Comercio Latinoamericana en Francia
Ex secretario general de la Federación Europea de Cámaras de Comercio Españolas