Sobre la destrucción de expresiones artísticas que pertenecen a todos los españoles y crítica a su afán de falsear la historia
España, 2 de agosto de 2024
El pasado jueves 1 de agosto de 2024 saltaba a los medios la polémica intervención llevada a cabo en el Salón de Sant Jordi, uno de los espacios más emblemáticos del Palacio de la Generalidad en Barcelona. El Gobierno catalán decidía retirar las pinturas que decoraban el citado salón y cubrir las paredes de blanco, una decisión que ha costado 2,3 millones de euros y que tiene como objetivo, en declaraciones de Pere Aragonés, desvincularse de la historia de España y del Reino de Aragón, argumentando que «el Salón de Sant Jordi no podía enaltecer el imperialismo y el nacionalcatolicismo español».
Las pinturas retiradas habían sido realizadas por encargo del gobierno de Primo de Rivera y representaban episodios históricos tan significativos como la Batalla de las Navas de Tolosa, la Batalla de Lepanto, la primera misa tras el desembarco de Jaime I en Mallorca o el nombramiento de Fernando el Católico como rey de Aragón.
La amenaza que se cierne ahora mismo sobre España no pone en peligro únicamente a determinadas instituciones, como puedan ser la Lengua española o la propia Historia de España, sino que nos encontramos ante una amenaza que pone en riesgo la propia existencia de España como nación, una amenaza que es anunciada públicamente con el mayor de los cinismos desde hace años y que está siendo subvencionada con el dinero de todos los españoles. Tal acometida se está profundizando, entre otras razones, gracias a la apelación a una historia ficción deliberadamente falseada, despreciada y, a la postre, esclavizada hasta extremos inauditos por unas oligarquías políticas que dicen actuar en nombre de sentimientos identitarios y «clamores populares» demostradamente inexistentes. Lamentablemente, son muchos los historiadores y «gentes de la cultura» empeñados en recrear el pasado en función de los intereses particularistas de ciertas élites políticas y económicas.
Desde el Protocolo de Santa Pola denunciamos los intereses espurios de determinados gobiernos y «partidos políticos» secesionistas que, con total impunidad, ponen en marcha políticas culturales dirigidas a desestructurar al Estado de referencia, que es España, para estructurar poderes particularistas, rompiendo el derecho común a todos los españoles y legitimando privilegios sólo para unos pocos, esto es, configurando ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, estructurando un modelo federal (más bien confederal) donde unas regiones españolas se convierten en vasallas de las más ricas, privatizando territorios y riquezas nacionales y depredando al resto de los españoles.
Tanto los secesionistas como nuestras autoproclamadas izquierdas pretenden manipular ideológicamente los materiales históricos y artísticos para establecer por ley una historia oficial de Cataluña al margen de todo rigor científico y filosófico. Esta «memoria histórica» catalana trata de fundamentarse en dos ejes principales: mitificación de una presunta «identidad cultural catalana» (el mito de la cultura sustituyendo al mito de raza) y desplazamiento continuo de la culpa hacia España, a quien se hace responsable de todos los males.
Desde estas posiciones se reivindicarán las identidades culturales, las famosas «señas de identidad», sugiriendo que, por debajo de dichas señas, habría una sustancia, una esencia, de la cual las señas serían el síntoma. Desde esta perspectiva se entenderá a estos «pueblos originarios» como esferas irreductibles, enterizas, cerradas, cuya unidad, identidad y existencia habría que mantener a toda costa según la fórmula alemana «a cada cultura le corresponde un Estado». Pero por mucho que pese a los ideólogos de la memoria histórica indigenista catalana, Cataluña no tiene historia enteramente propia, sino que la tiene a través de España, tal y como subrayaba el filósofo español Gustavo Bueno.
Lamentablemente, tanto en España como en las distintas naciones hispanoamericanas, una parte importantísima de nuestras élites practican desde hace años una metodología antiespañola que consiste en sustituir la historia por la antihistoria a golpe de omisiones y exageraciones, alejándose vergonzosamente de todo rigor científico y filosófico. Y es que la hispanofobia es una ideología que sirve a intereses políticos y económicos muy concretos y ahí está el gigantesco negocio que nuestros secesionistas han logrado a costa de seguir presentando a España — ellos dicen Castilla— como una tiránica, genocida, inquisitorial y fascista fuerza opresora.
Subrayaremos, por último, la tendencia iconoclastia que caracteriza a todos los movimientos secesionistas, que necesitan destruir todo rastro de su propia realidad histórica para dar cabida a un relato ficción que legitime su proyecto de privatización de territorios y recursos nacionales.
Texto escrito por Paloma Hernández (Paloma Pájaro)
Paloma es escritora, licenciada en Bellas Artes y creadora de contenido en su canal de youtube “Fortunata y Jacinta”. Paloma es firmante y colaboradora habitual del Protocolo de Santa Pola.
ASOCIACIONES FIRMANTES DE ESTA CARTA
1. Asociación HABLAMOS ESPAÑOL (España)
2. Fundación GUSTAVO BUENO (España)
3. Fundación DENAES (España)
4. Asociación AMIGOS de la HISPANIDAD (España).
5. Asociación HISPAUNIDAD (España).
6. Asociación COMUNIDAD HISPANISTA (Argentina).
7. Asociación COLOMBIA HISPÁNICA (Colombia).
8. Asociación ONG UNAHIS (España).
9. Asociación HISPANISMO CHILE (Chile).
10. Asociación DESPERTAR HISPANO (España e Hispanoamérica).
11. Asociación MISIÓN HISPANA (España).
12. Asociación CÍRCULO HISPANISTA DE GRANADA (España).
13. Asociación VANGUARDIA ESPAÑOLA (España).
14. Asociación CÍRCULO CULTURAL HISPANISTA DE MADRID (España).
15. Asociación IDIOMAS Y EDUCACIÓN (España).
16. Asociación para la creación de MUCAIN (España).
17. Asociación REUNIFICACIONISTAS (España).
18. Asociación CULTURAL HISPANISTA DEL PERÚ (Perú).
19. Instituto de Geopolítica y Estudios Estratégicos IGEE (Colombia).
20. Asociación HISPANIC AMERICA 250 (España).
21. Asociación CULTURAL PLUS ULTRA (España).
22. Instituto paraguayo de Estudios Sociales IPES (Paraguay).
23. Universidad FASTA (Argentina).
24. Asociación Laus Hispaniae (España).
25. Asociación BERNARDO DE GÁLVEZ (España).
26. Fundación Horacio Ducharne (Venezuela).
27. Asociación CONOCIMUNDO (Colombia).
28. Asociación UNIDAD HISPANISTA (España).
29. Asociación BLAS DE LEZO. España.
30. Asociación para la reconstrucción SAN JUAN NEPOMUCENO (España)
31. Asociación PUERTAS ABIERTAS AL MUNDO HISPANO (España)
32. PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE LA HISPANIDAD (España).
33. Asociación EL CRITERIO (España).
34. SOCIEDAD DE ESTUDIOS CONTEMPORÁNEOS (SEC) Kosmos-Polis. España.
35. Asociación CÍRCULO QUITENSE. Ecuador.
36. COMISIÓN INTERNACIONAL DE HISPANISTAS (CIH) España.
37. Asociación CONTRA ARMADA (España)
38. Asociación HISTORIA MAJADAHONDA (España)
39. CÁMARA DE COMERCIO PARA LATINOAMÉRICA de Francia.
40. Círculo Hispanista Complutense (España)
41. Asociación Oviedo21 (España)
42. Plataforma Iniciativa 28 (España)
43. Fundación Sociedad Civil (España)
44. CISCUVE (Centro de Investigaciones Socio Culturales de Venezuela)