¿Sigue existiendo el  PSOE, o ya solo existe el partido sanchista…?

Los ciento cuarenta y cinco años del PSOE, por ahora, creo acreditan que el partido es una cosa, y Sánchez otra, por mucho que él  quiera creer que el partido es él.

¿La muerte política de Pedro Sánchez será también la muerte del  PSOE, o el paso a la insignificancia política, que para el caso es lo  mismo…?

Los socialistas tendrán que meditar sobre el asunto, pues les va la vida en ello.

Y los cargos, las sinecuras y prebendas, en definitiva el cocido de la mayoría de ellos, carentes de una profesión conocida, o con ocupaciones irrelevantes, antes de pasar a la vida pública, y “sacrificarse” por todos nosotros.

Es decir, por sí mismos, que es el único  sacrificio que los políticos profesionalizados, que no profesionales, admiten  de buen grado.

Son significativas las palabras de Sánchez, agradeciendo al partido su apoyo y adhesión a su persona, como si fuera un caudillo bananero cualquiera.

Es posible que no lo tuviera tan claro, o haya visto los primeros síntomas de una silenciosa rebelión como la égida personalista, y a su mayor gloria, de la política nacional.

Lo que es evidente es que la organización PSOE tendrá que pensar si le interesa unir su futuro al incierto horizonte penal de Pedro Sánchez, o no.

Y que la previsible caída de Pedro, Antonio para los amigos, a corto plazo, no debe suponer, también, el hundimiento del partido.

¡Que un partido más que centenario, es muy difícil de levantar, pero es muy fácil dejarle sin crédito social alguno!

¿O es que creen que esas mínimas manifestaciones de paniaguados, enchufados y subvencionados de la “cultura” (de la cultura del mamoneo) significan la opinión real de la mayoría de la población española…?

El presidente está en uno de los momentos más débiles de su huida hacia adelante, camino de ninguna parte, y pretende seguir contando no con el apoyo, sino  con la adhesión inquebrantable del partido. (Más o menos, como Franco con el  Movimiento Nacional).

Y a los militantes del PSOE en particular, y a los españoles en general, nos corresponde decirle que ¡ya basta!, y que se hunda solo.

Al fin y al cabo, torres más altas han caído, y España ha conseguido sobrevivir como nación unida, desde hace más de cinco siglos.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.ramirograumorancho.com

Ramiro Grau Morancho