En Aragón tenemos la desgracia de sufrir a un grupo de empresas, llamado Forestalia, empeñados en llenar el territorio de parques eólicos, que estropean el paisaje, y acabarán con las posibilidades turísticas de grandes zonas de la región.
Porque, en efecto, ¿quién quiere veranear, o pasar el fin de semana, al lado de gigantescas torres, que hacen un ruido francamente desagradable, además de peligroso, pues matan a infinidad de aves, que luego caen sobre los campos, bosques, maleza, etc., totalmente chamuscadas, provocando los correspondientes incendios…?
Tanto esa mema con pretensiones, Teresa Ribera, como el gobierno socialista de Aragón, presidido por Javier Lambán, ambos de la PSOE, han autorizado sin problema alguno todos los megaproyectos presentados por esta empresa, a través de diversas sociedades, constituidas para fragmentar los permisos y autorizaciones, burlando el espíritu de la ley.
¿Desde cuándo una autonomía puede estar en manos de un auténtico monopolio, en el que sus “empresas” se hacen la competencia a ellas mismas…?
Tampoco es de recibo, ni mucho menos, que estos señores hayan contratado a una buena parte de los ex altos cargos, con competencia en el Gobierno de Aragón sobre la materia, para hacer de su capa un sayo.
¿Es que la autonomía aragonesa no tiene normas que impidan, durante un periodo razonable de años, ejercer la actividad privada en aquellos asuntos en los que se ha “trabajado” previamente para el sector público…?
Desgraciadamente, vivimos en una nación donde nadie se escandaliza, por ejemplo, de que un Fiscal General del Estado pase, nada más cesar, y sin solución de continuidad, a “asesorar” en un gran despacho de abogados, de esos que tienes que pagar un dineral sólo por entrar por la puerta.
No se les contrata como abogados, sino como “traficantes de influencias”, lo mismo que sucedió con Alberto Rivera, por ejemplo, sólo que este, no solo no tiene grandes conocimientos jurídicos, ni relaciones, más allá de la política, sino que es un bluf.
Vemos, pues, que los “negocios” de Forestalia han ido sobre ruedas, con el apoyo del PSOE, de Lambán, y de Susana Sumelzo, la diputada aragonesa de la que se dice que tiene una gran amistad con Pedro Sánchez, y cuya familia pose “negocios” que enlazan con los de Forestalia, con lo cual todos contentos.
¡Y que se jodan los aragoneses de la Sierra de Albarracín, del Maestrazgo, del Matarraña, etc.!
En fin, de las zonas turísticas con más presente y futuro de Aragón.
Hay que reconocer, y es justo decirlo, que don Federico Jiménez Losantos, natural de Orihuela del Tremedal, ese Paraíso en plena Serranía de Albarracín, es de las pocas personas que han puesto los cojones encima de la mesa, con este expolio del presente, pero sobre todo del futuro, de estos territorios.
Me gustaría que el nuevo Gobierno de Aragón, del PP-VOX, creara una comisión de investigación parlamentaria al respecto, en el bien entendido supuesto de que esas comisiones realmente no sirven para nada, y a la experiencia me remito. Pero, al menos, se conseguiría luz y taquígrafos sobre lo sucedido…
De cualquier forma, y como ya hay una investigación judicial al respecto (vid. The Objective del 25 de junio, “Teruel Existe denuncia el destrozo del megaproyecto eólico investigado por un juez), comparezca como acusación particular, aporte pruebas, presente peritaciones e informes técnicos, etc., en definitiva, coopere con la Justicia, como por otra parte es su obligación.
El millón trescientos mil aragoneses, y todo nuestro territorio, no podemos ser rehenes de una empresa, Forestalia, por muchas influencias que tenga, y relaciones entrelazadas con la cúpula del PSOE, nacional y regional, presuntamente por supuesto.
Y, siento decirlo, nada espero del PP regional, ni nacional, vista su deriva “socialista” de los últimos tiempos.
Confío más en Vox y hasta en Teruel Existe, aunque sólo sea porque sus votos vienen de Teruel, y no puede abandonar los problemas de su población, por lo menos si quiere seguir contando con su apoyo.
Dios mediante, seguiremos informando y comentando el asunto, sin duda el más grave sucedido en Aragón en los últimos años.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor