En las últimas horas hemos recibido la noticia de un nuevo atentado yihadista en España. En esta ocasión el terrorismo islámico ha atacado Algeciras. En esta ciudad, antaño reconquistada por Alfonso XI de Castilla para la Cristiandad, se ha asesinado a sangre fría con un machete a un sacristán y se ha herido a un sacerdote. Ante tales sucesos, ¿cómo debemos actuar los católicos españoles? Tengo una respuesta, recordando quiénes son los culpables.
En esta situación de mártires asesinados por las calles de España, que ya empieza a parecer 1936. Debemos recordar no sólo la falsa religión desde la que se cometen estos asesinatos, el islam. Sino también, y de forma mucho más consciente, a los cooperadores necesarios de estos asesinos. Es decir, los países desestructuradores de países islámicos que provocan guerras y hambrunas a propósito para destruir occidente, sus lacayos políticos liberales con sus medidas globalistas de efecto llamada y entrada de inmigración masiva islámica, los timoratos funcionarios eclesiásticos con sus cantinelas de que estos bárbaros tienen el mismo dios que El Nuestro, y por supuesto, los tontos útiles blanqueadores de todas estas medidas e ingenieros sociales al servicio de toda esa morralla, los medios de comunicación.
Esta escoria es la que debemos combatir en primer lugar, si lo hacemos, en desiertos lejanos quedarán estos incivilizados criminales, y ya habrá tiempo para evangelizarlos. No debemos combatir las consecuencias, sino las causas.