… y luego habla del cambio climático
¿Han visto ustedes la foto del tirano ante un bosque incendiado, cómo si presentará su obra a los amos del NOM…?
Es para publicarla y republicarla.
Ese será su legado.
Dos comentarios al respecto:
- Procedo del medio rural, concretamente de Laguarres, un pueblo que ahora es ya aldea, en el Alto Aragón, provincia de Huesca, en la Ribagorza.
Hace medio siglo, o quizá más, pero lo recuerdo nítidamente, cuando era un niño, todos los hombres y muchachos del pueblo trabajaban durante los duros meses de invierno para el ICONA, Instituto de Conservación de la Naturaleza, plantando pinos, o los árboles que fueren más recomendables, en las montañas, sierras, etc., lógicamente cobrando un salario, y cotizando a la seguridad social por su trabajo.
Además de la plantación, se limpiaban los montes, se recogía la madera muerta, se construían corta fuegos, que impidieran, o por lo menos dificultarán el paso del fuego de unos montes a otros, etc.
Así se ayudaba al sustento de las gentes del medio rural, pues en invierno hay muy poco que hacer en la agricultura…
Mi hermano Joaquín, que tiene siete años más que yo, es muy posible que trabajara en esas labores. Tengo que preguntárselo.
Los lugareños se trasladaban en tractores y remolques, propiedad de otros convecinos, donde se habían puesto unos bancos, y unos toldos protegían del frío, en la medida de la posible, que en aquella época hacía frio de verdad, nevaba, llovía, etc., y no como ahora.
Se impedía así la degradación de la masa forestal, el corrimiento de las tierras, el peligro de propagación de incendios…
- ¿Qué sucede en la actualidad?
Pues que esa competencia forestal estatal ha sido transferida a las diecisiete comunidades autónomas existentes, que han hecho de su capa un sayo, y creado consejerías de montes, de medio ambiente y de lo que les ha dado la gana, inundando sus sedes centrales de directores generales con nombres rimbombantes, obviamente la mayoría de ellos –por no decir todos-, sin tener ni puta idea de lo que llevan entre manos, pero eso sí, rodeados de “asesores”, nombrados a dedo entre sus correligionarios, queridas y queridos, y tan ignorantes como ellos.
Y a vivir, que son dos días.
Los “resultados” saltan a la vista.
Pero, eso sí, Nerón Sánchez está contento y satisfecho…
Hay que luchar contra el cambio climático, que ellos mismos están provocando.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor