Si bien Joe Biden no lleva ni tres meses en la Casa Blanca, los bandazos son la tónica general de su Administración, así como una combinación magistral entre inutilidad en la gestión de consumo con un sectarismo ideológico sin límites. Esta semana, la Administración Biden suma un nuevo tanto en su ristra de actuaciones hipócritas.

Si ya denunciamos los sorprendentes cambios e incoherencias de Biden con respecto a la política migratoria, ahora los progresistas se apuntan un nuevo tanto: quieren continuar la construcción del muro en la frontera entre EEUU y México. Así, para paliar la crisis en la frontera sur, el ejecutivo Biden ha puesto sobre la mesa un plan integral para el muro consistente en corregir fallos, instalar puertas y añadir nueva tecnología a diversas partes que están terminadas, pero que todavía no están equipadas. Está visto que Joe no sólo no quiere ahora renunciar al muro de Trump, como anunciaba en campaña electoral y a pesar de haber impedido la financiación de la construcción del mismo nada más asumir la Casa Blanca, sino que quiere perfeccionarlo. ¡Viva la coherencia, Joe!

Llama especialmente la atención el silencio de la usualmente muy locuaz vicepresidenta, Kamala Harris, quien a pesar de haber sido designada como responsable de la gestión de la crisis en frontera por el presidente Biden, en una dejación de funciones sin límites, ni siquiera ha visitado la frontera y guarda silencio sobre la cuestión.

Mientras el equipo de Joe y Kamala sigue sin ponerse al frente de la crisis humanitaria, la misma se agrava cada semana, y ya son más de 170.000 los inmigrantes que se encuentran retenidos en los centros de detención, la cifra más alta desde el año 2006. Las condiciones deplorables en las que se encuentran los inmigrantes han sido denunciadas por una comisión de 19 senadores republicanos, liderados por el senador por Texas, Ted Cruz, que han visitado la zona y publicado fotos y vídeos, donde se observa la terrible situación en que se encuentran los inmigrantes.

La inacción del ejecutivo Biden en la crisis en la frontera quizás se justifique porque los demócratas están centrados en otra batalla y por ello el sectarismo progresista continúa movilizando a sus vasallos contra la ley electoral del Estado de Georgia. Si bien la semana pasada, denunciábamos la agresiva campaña desde medios de comunicación y Casa Blanca contra la normativa electoral aprobada por el Estado de Georgia, esta semana la campaña contra el pueblo de Georgia la dirigen diversas grandes compañías abanderadas de las ideas progresistas radicales. Destacan Coca Cola, que tiene su sede social en el Estado de Georgia, y quien a su través de su CEO ha calificado como “inaceptable” la legislación, y la MLB (Liga Nacional de Béisbol), que ha anunciado como represalia a la nueva normativa electoral, que este año trasladará el All Star Game, su principal evento deportivo del año, que se iba a celebrar en Atlanta, capital de Georgia a la ciudad de Denver, en el Estado de Colorado.

Es ciertamente singular la coordinada campaña de los gigantes empresariales progresistas contra una normativa electoral de un Estado. La reacción republicana no se ha hecho esperar. El líder de la minoría republicana del Senado, el senador Mitch McConnell, ha anunciado que las multinacionales deben estar al margen de la política y el expresidente Trump ha exigido el boicot contra Coca Cola, la Liga Nacional de Béisbol y el resto de compañías que han cargado contra la ley electoral de Georgia, entre las que se encuentran otros gigantes como Delta Airlines, JPMorgan Chase, ViacomCBS, o Citigroup.

Sorprende como una normativa que busca mejorar la integridad y las garantías del sistema electoral esté generando tal histeria entre los demócratas y los progres.

¿Por qué le preocupa tanto a Joe Biden que se exija la identificación a la hora de votar? La actuación agresiva del actual inquilino del Despacho Oval parece dar la razón a las acusaciones de irregularidades en el sistema electoral que denunció el expresidente Trump.

Si no tienes nada que esconder, no tienes nada que temer. ¿Verdad, Joe?

En el entretanto, los demócratas tratan de explotar casos personales como el vídeo de un niño abandonado que ha dado la vuelta al mundo. El problema es que Trump ya no está en la Casa Blanca y, con este tipo de vídeos, lo que la gente descubre es que con Biden estamos igual o peor que con Trump.

Ignacio Aguirre

Publicado en Hispanidad – 10/04/2021

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