ETA y su mundo
El grupo terrorista ETA nació de un grupo formado por universitarios, hijos de familias simpatizantes con el nacionalismo vasco, denominado EKIN. El grupo se fundó en 1952 y cuatro años después, empujados por la necesidad de reforzar su activismo a favor de la independencia vasca, se fusionó con la organización juvenil del PNV, EGI (Euzko Gastedi). Sin embargo, la pasividad desarrollada por esta organización planteó discrepancias entre los antiguos miembros de EKIN, quienes se escindieron para formar una organización que luchase por la independencia vasca a través de la violencia armada. El nuevo grupo nace en julio de 1959 y se denominará ETA (Euskadi Ta Askatasuna). Entre ETA y EGI se mantuvieron las relaciones y parte de los miembros más activos de la segunda se integraron en la organización terrorista. Su dirección colegiada estuvo formada por Eneko Irigaray, David López Dorronsoro, José Luis Alvarez Emparanza, Benito del Valle, José Manuel Aguirre, Patxi Iturrioz y Julen Madariaga.
ETA inició su trayectoria con la idea fuerza de obtener la independencia mediante la acción armada. Para ello decidió seguir los postulados radicales del nacionalismo independentista del antiguo dirigente peneuvista Eli Gallastegui, “Gudari”. El primer derramamiento de sangre será el 7 de junio de 1968, cuando el dirigente de ETA, Txabi Etxebarrieta se encunetre con un control de la Guardia Civil de tráfico asesinando al número José Pardines. En el mismo día, se dio caza a su asesino, que fue convertido en un mártir de la causa del nacionalismo vasco. Txabi Etxebarrieta, era el hermano del primer ideólogo del terrorismo vasco, Jose Antonio Etxebarrieta, el hombre de EGI que había conseguido la unificación de ambas organizaciones y el apoyo económico de las colonias nacionalistas en América. Su radicalismo ideológico se amoldará a la violencia, tomando como modelo al FLN de Argelia y al EOKA de Chipre. Desde entonces, su pseudónimo será “Lumumba”, en defensa de una interpretación “tercemundista” y “descolonizadora” del conflicto vasco.
En esa evolución, ETA empieza a coger forma a través de las asambleas de militantes. En la I, organizada en la abadía benedictina de Belloc (Francia) en 1962, se reúnen siete miembros, y las ideas expuestas no les diferencian en nada del nacionalismo defendido por el PNV, considerándose encuadrados dentro de la política del Gobierno vasco en el exilio. En el propio partido perviven actitudes en defensa de la violencia armada, como las mantenidas por los miembros de EGI de Venezuela, y el máximo organismo ejecutivo del PNV, el Euzkadi Buru Batzar (EBB), mantuvo la orden de colaboración y auxilio a los compatriotas que no pertenezcan al partido. Al año siguiente se realizaba la II Asamblea en Las Landas (Francia), ETA definía su organización territorial en “herrialdes”, modelo copiado del FLN argelino.
En la III Asamblea de 1964, efectuada en Bayona con catorce militantes, es cuando ETA se definió como una organización revolucionaria de liberación nacional. En esta ocasión la influencia del libelo escrito por Federico Kruttwig, “Vasconia”, será fundamental para introducir una mentalidad guerrillera antiimperialista que junto con el patrocinio de la violencia que desarrollaba el antiguo topo del PNV Julen de Madariaga va a favorecer el viraje de la organización a posiciones que incentiven las acciones sangrientas. De esta manera se pondrán las bases de la IV Asamblea, celebrada en 1965 en la casa de ejercicios de los jesuitas de Loyola (Guipúzcoa). El número de miembros se había ampliado al unirse los vascofranceses de Embata y los navarros de Irache. Será en esta ocasión, ETA adoptó posiciones izquierdistas y los principios marxistas entraron en su programa, derogando los principios fundacionales de 1962. A partir de entonces se incentivó la “recaudación” (extorsión) de contribuciones económicas de las clases medias. En este momento, los sectores de la banda eran tres: los tercermundistas de los hermanos Etxebarrieta, los etnolingüistas de José Luis Alvarez Emparanza y los marxistas de Patxi Iturrioz. La coalición de las dos primeras corrientes, favorables a interpretar el caso vasco como una lucha colonial de un pueblo oprimido contra una potencia colonizadora, dominará a la interpretación revolucionaria de lucha de clases de Patxi Iturrioz, jefe de la oficina política. Iturrioz defendía la actuación conjunta contra el régimen junto a otros grupos de la izquierda marxista revolucionaria.
En la V Asamblea de 1966, organizada en la casa parroquial de Gaztelu, la lectura del informe “Análisis y crítica del españolismo social chovinista” provocará la expulsión del sector encabezado por Patxi Iturrioz y Eugenio del Río que formarán ETA-Berri, que acabará formando Komunistak en 1969, y después en 1971 el Movimiento Comunista de España junto a otros grupos de comunistas disidentes del resto de España. Durante la segunda parte de la V Asamblea, reunida en la casa de descanso de los jesuitas en Guetaria, en marzo de 1967, serán los etnolingüistas de Álvarez Emparanza, “Txillardegui”, quienes se verán fuera de la organización y difundirán sus ideas en la revista Branka. Serán quienes defiendan que la divulgación de la lengua vasca es determinante para defender la identidad vasca y propondrán un frente nacionalista con el resto de los grupos nacionalistas vascos.
Después de las purgas, la ETA resultante se organizó en cuatro frentes: político, cultural, económico y militar. Será en ese momento cuando ETA efectuará el asesinato del comisario de la brigada político-social de San Sebastián, Melitón Manzanas, con la información proporcionada por Jon Oñatibia, militante peneuvista que había ocupado el cargo de delegado del Gobierno vasco en Nueva York. El comisario Manzanas era guipuzcoano, por lo que conocía muy bien la situación nacionalista y resultó ser excesivamente efectivo contra el PNV, que decidió su asesinato, utilizando como sicarios a los recién escindidos de ETA, sin manchar las siglas propias.
Sin embargo, en la convocatoria de la VI Asamblea aparecerán nuevas diferencias ideológicas. ETA VI Asamblea, controlada por las Células Rojas iniciará su camino de abandono de la lucha armada y fortalecerá su búsqueda de identidad en el trotskismo. De esta manera, la mayor parte de sus componentes se integrarán en la Liga Comunista Revolucionaria en 1973, mientras una parte mayoritaria lo hará en otros grupos como la Organización Revolucionaria de Trabajadores o en el propio Partido Comunista de España. La ETA V Asamblea quedó en manos de los nacionalistas más puros, que de boca de Juan José Etxabe, habían acusado de “españolazos” a la dirección etarra por su ayuda económica a unas familias comunistas del resto de España, quedará con el monopolio de la violencia y una organización desmantelada por la policía. Juan José Etxabe en el plano militar y Julen Madariaga en el ideológico serán los hombres fuertes de la organización. No obstante, en diciembre de 1970, el proceso de Burgos, donde se juzgó a la banda por los tres asesinatos que llevaba, será utilizado como fenómeno propagandístico que les dará fama internacional. La desarticulación de la banda era un hecho, pero la reunión de sus dirigentes para un juicio colectivo fue un error. El juicio de los dieciséis miembros de ETA se convirtió en una campaña a favor de los terroristas. La buena imagen conseguida por ETA será muy difícil de eliminar posteriormente. Las penas de muerte serán convertidas en penas de cárcel y el juicio relevó el apoyo de la oposición comunista y del obispo de San Sebastián y del administrador apostólico de Bilbao a los detenidos, y la presión de la RFA por el secuestro del cónsul alemán por un comando de ETA. El éxito propagandístico obtenido, afianzó a ETA V Asamblea, que pudo restablecer los contactos con el nacionalismo del PNV.
ETA pudo reconstruir su capacidad asesina por la llegada masiva de jóvenes nacionalistas, que serían organizados por Eustaquio Mendizábal. Este exbenedictino que será conocido como “Txikia”, se convertirá en el responsable de los comandos del interior, mientras Juan José Etxabe llevará la responsabilidad de la organización desde territorio francés. Bajo su mando los comandos de ETA emprenderán varios secuestros de empresarios que afianzará la economía de la organización y la lucha armada se convertirá en la principal razón de ser. Pero su éxito mayor será cuando consiga integrar a EGI-Batasuna, que aglutinaba a la casi totalidad de las juventudes del PNV, que en número de trescientos se integraron en ETA apelando a la lucha armada y a un nacionalismo más activo. Este grupo estaba encabezado por Iñaki Múgica Arregui, “Ezkerra”.
El incremento de militantes permitió a Txikia recrear todos los frentes, cultural, militar y obrero. Sin embargo, los frentes cultural y obrero eran favorables, bajo el liderazgo de Eduardo Moreno Bergaretxe, “Pertur”, de combinar la actuación violenta con la organización política de las masas. En este clima de enfrentamiento será cuando se va a producir la muerte de Txikia en abril de 1973, en un enfrentamiento con la Guardia Civil. La desaparición del líder etarra alimentará aún más las diferencias entre los diversos sectores de la organización y marcará la VI Asamblea. El frente militar encabezado por José Miguel Beñarán Ordeñana, “Argala”, que se reconoció marxista, llevará con autonomía el golpe que resultará más demoledor contra el sistema. El asesinato del presidente del gobierno, almirante Luis Carrero Blanco, en diciembre de 1973. La contundencia de la desaparición por voladura del automóvil oficial del jefe del gobierno causó consternación en el régimen, pero recibió las alabanzas de todas las fuerzas de la oposición política al general Franco.
Sin embargo, el posterior acto indiscriminado contra la cafetería de la calle Correo, en septiembre de 1974, que provocó catorce muertos, agravará las tensiones entre las dos corrientes de ETA. En el III Biltzar Tipia (Comité ejecutivo) se decidió disolver los frentes y estructurar la actuación política en un frente de izquierdas que combinase su actuación con la armada que sería llevada por un organismo especial, los comandos Bereziak. La corriente nacionalista quedó en minoría y decidió a defender la exclusividad de las acciones violentas. Desde entonces existirá ETA militar y ETA político-militar. La llegada de la democracia provocará respuestas distintas a las dos organizaciones sobre su modo de actuar contra la nueva configuración política de España.
El 15 de octubre de 1977 se firmó la Ley de Amnistía General que puso en la calle a los presos políticos y a centenares de activistas de ETA y otros grupos terroristas. En el caso de ETA, los liberados rápidamente reconstituyeron una organización que estaba desmantelada y protagonizaron el periodo más mortífero del terrorismo con un muerto cada tres días en la región vasca. Su actuación hasta la llegada de la democracia era de 46 asesinados. Será a partir de entonces, con la llegada de los militantes amnistiados, la ayuda económica proporcionada por las extorsiones y la seguridad amparada por el presidente de Francia, cuando se desencadene su ofensiva contra la sociedad vasca. En 1976, fueron 18 los asesinados; en 1977, bajaron a 12 muertos; pero en 1978, con la reorganización de la banda terrorista, suben a 66; en 1979, se incrementan a 80; y en 1980, llegaron a su máximo punto, 98 asesinados. El perfil del asesinado era una persona con importancia local cuya eliminación extinguía la posibilidad de poder enraizar un partido de signo derechista en aquella localidad.
Entre 1978 y 1980 serán 247 muertos los ocasionados por los diferentes grupos terroristas con algún tipo de vinculación al nacionalismo radical vasco. Para conseguir sus objetivos, los años siguientes van a ser de auténtico plomo con la eliminación masiva de miembros de las fuerzas armadas, orden público y guardia civil, pero también con la de aquellos ciudadanos simpatizantes de opciones derechistas que con su desaparición consolidaba la posición hegemónica del PNV en la zona rural vasca. Las actuaciones indiscriminadas contra los militares fueron un intento de provocar una acción represiva de los militares que llevase a un masivo apoyo a la causa de ETA. La forma en que se llevaron a cabo los ataques fue similar a la operación Ratweek llevada por el SOE británico durante la II Guerra Mundial para desestabilizar a la sociedad. Según el cómputo de víctimas realizado por Rogelio Alonso, Florencio Domínguez y Marcos García Rey, las víctimas finales serán 857, a las que habría que sumar un gendarme francés como último asesinado de la banda.
En 1981 ETA pm decidirá en su VII Asamblea una tregua armada que les llevará el 30 de septiembre de 1982 a la disolución de ETA-pm (VII Asamblea), gracias a la negociación llevada a cabo por Euskadiko Ezkerra (EE) y el gobierno socialista español. Este hecho se suele conmemorar como la disolución de ETA-pm, aunque en realidad fue de una escisión. Los octavos acabaron disolviéndose o integrándose en ETA m. ETA pm había llevado asesinatos muy sonoros contra políticos de la UCD para reforzar las negociaciones de los nacionalistas con la concesión de la autonomía, concedida en 1980. Obtenida la autonomía, y con EE alejándose de la violencia, ETA pm se quedó sin argumentos y apoyo social. En 1993 EE convergía en el PSOE, formando su rama PSE-EE para el País Vasco.
A partir de 1985 se iniciarán los atentados con coche bomba cuya mortandad será mucho mayor y cuyos efectos mucho más espectaculares, asegurándose las primeras planas de los medios de prensa. De ese modo, el 14 de julio 1986, doce jóvenes cadetes de la guardia civil murieron al estallar una furgoneta bomba en la Plaza de la República Dominicana de Madrid. El 19 de junio de 1987 un coche bomba estallaba en el parking del centro comercial Hipercor de Barcelona, causando 21 muertos y 45 heridos entre los clientes. El 11 de diciembre de 1987, otro coche bomba con 250 k. de explosivos estallaba al lado de la Casa Cuartel de la GC de Zaragoza, provocando 11 muertos y 40 heridos entre las familias de los guardias civiles. El 29 de mayo de1991, se repetía la acción contra el cuartel de la Guardia Civil en Vic (Barcelona). En esta ocasión mueren 10 personas. El 11 de diciembre de 1995 el coche bomba estalla en Vallecas (Madrid), al paso de una furgoneta militar que trasladaba trabajadores de la Armada, el resultado son siete muertos (seis militares y un civil) y 36 heridos. Este atentado era una operación repetida en el mismo barrio, el 21 de junio de 1993, cuando materializaron el atentado con coche bomba matando también a siete personas, jefes del ejército de Tierra, Aire y Armada.
En enero de 1996, secuestraron al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, quien permaneció en un zulo hasta que fue liberado por la Guardia Civil 532 días, convirtiéndose en el secuestro más largo de la banda criminal. Durante ese tiempo ETA asesinó a personas destacadas del panorama político vasco, como el 23 de enero de 1995, al líder del Partido Popular de Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez, y el 6 de febrero de 1996, al antiguo presidente del PSE, Fernando Múgica Herzog. Sin embargo, el antes y después se marcará cuando la GC libere a José Antonio Ortega Lara, y ETA conteste con el secuestro el 10 de julio de 1997 del joven concejal de Ermua del PP, Miguel Ángel Blanco, dos días después su cadáver aparecía asesinado de un tiro en la nuca. La respuesta social contra el terrorismo fue masiva y los bares y sedes de sus representaciones fueron asaltadas, aunque el gobierno autonómico del PNV impidió que aquello se convirtiese en el momento propicio de la desaparición de la izquierda abertzale, desaprovechándose la oportunidad.
No obstante, la detención de la cúpula de ETA en Bidart, en 1992, había aportado las pruebas sobre el Proyecto Udaletxe, que era como se denominaba la red empresarial diseñado por ETA para permitir la financiación de las asociaciones correspondientes a su entorno. En 1998 una operación dirigida por el juez Baltasar Garzón asestó el primer golpe contra el mundo financiero de ETA. A partir de entonces, quedó demostrado que el mundo político, cultural y social de la izquierda abertzale no sólo era el colchón social de ETA, sino que formaba parte de ETA y se alimentaba de sus actividades delictivas, siendo su semejanza más afín a la mafia que a un grupo terrorista radical. Organizaciones como KAS, Gestoras Pro Amnistía, Jarrai y Haika, sus medios de prensa Egin y después Gara, sindicatos como LAB y partidos políticos como Herri Batasuna y sus diferentes denominaciones posteriores han sido calificadas por los tribunales de justicia, como pertenecientes a ETA.
La formación Herri Batasuna (Unidad Popular) – HB -, tomó el nombre de la exitosa alianza de izquierda revolucionaria que llevó a Salvador Allende al poder en Chile en 1970. La coalición formada en 1978 por Herri Alderdi Sozialista Iraultzailea (Partido Socialista Revolucionario Popular) – HASI -, Euskal Sozialista Biltzarrea (Partido Socialista Vasco) – ESB -, Langile Abertzale Iraultzaileen Alderdia (Partido de los Trabajadores Patriotas Revolucionarios) – LAIA -, Acción Nacionalista Vasca – ANV – y un importante número de independientes, como Telesforo de Monzón, veterano consejero del gobierno vasco durante la Guerra Civil y responsable de las matanzas ocasionadas en Bilbao contra presos indefensos, tuvo como objetivo realizar el proceso marxista de acumulación de fuerzas para proporcionar un soporte social viable a su proyecto político final, la obtención de un Estado vasco marxista e independiente, a través del uso de la violencia terrorista. HB siempre ha tenido una presencia importante en la sociedad vasca, entre el 15-18 % del voto.
El 11 de septiembre de 2001, el atentado islamista contra las torres gemelas de Nueva York, hizo que cambiara la actitud de la sociedad internacional y esencialmente de EEUU con respecto al terrorismo. Esa cuestión favorecerá que el gobierno popular de José María Aznar fuese el que reconociese a las víctimas del terrorismo e iniciase una lucha contra ETA, que llevará el 28 de marzo de 2003, a que el Tribunal Supremo ilegalizase las organizaciones Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna por vínculos con ETA, en cumplimiento de la ley de partidos aprobada un año antes. Tres años después, las medidas contra su mundo y la detención sucesiva de sus cúpulas dirigentes, además de la colaboración de la policía francesa, únicamente a partir de la década de los ochenta, favorecerá que ETA declare un alto el fuego permanente que entrará en vigor el 24 de marzo de 2006. Tres meses después, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comunicaba en el Congreso que iniciará el diálogo con ETA.
El 3 de mayo de 2018, ETA hacía oficial mediante un comunicado el fin de su trayectoria y el desmantelamiento de todas sus estructuras. El balance de ETA ha sido de 857 asesinados y el secuestro de 77 personas, la mayor parte de ellas como vía de financiación, otras como presión contra el gobierno. Sobre los asesinados, 195 son guardias civiles, 96 militares, 147 policías nacionales, 41 policías autonómicos y municipales, y 361 civiles, 92 de ellos personal que trabajaba en instalaciones militares o policiales. El resto de los civiles, 146, en su mayor parte ciudadanos vascos o navarros vinculados con opciones políticas no nacionalistas, asesinados para evitar su arraigo y organización. En cuanto a los miembros de ETA, 8 de ellos fueron asesinados por la propia banda, otros 38 miembros de ETA han muerto mientras manipulaban artefactos explosivos con los que pretendían atentar y 24 miembros más han acabado voluntariamente con su vida, por la presión sufrida por la organización, que los controla con métodos sectarios, sin posibilidad de salida. 87 han muerto en enfrentamientos con la policía o víctimas de atentados de grupos clandestinos del Estado.
Otros grupos satélites de ETA
Además de ETA, también aparecieron otros grupos como Iraultza, formada por algunos militantes vascos de EMK y que desarrolló su actividad armada (terrorista) entre 1982 y 1996. Sus acciones fueron explosivos contra empresas, casi doscientos atentados, y uno de los casos más famosos, la voladura de la vivienda del empresario Luis Olarra, conocido por su negativa a pagar el chantaje a los grupos terroristas. No obstante, la falta de formación en explosivos de sus militantes, causará la muerte de 7 de sus sicarios de 1981 a 1998, fecha de su disolución. En cuanto a muertos, el 27 de junio de 1986, sus explosivos mataron a José Miguel Moros, obrero de la construcción, que murió dos meses más tarde de las heridas causadas por las amputaciones provocadas por la explosión.
Otro grupo fueron los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA), surgidos de una escisión de los comandos Bereziak de ETA pm, que no se unieron a ETA m y prefirieron mantener la autonomía de los comandos sin recibir órdenes delegadas de una estructura rígida marxista-leninista. En ese año iniciaron sus asesinatos que se pueden concretar en 26. De los que destacarían, el de 27 de octubre de 1979, en la persona de Germán González, militante de base del PSE-PSOE, era el primer atentado contra un miembro de izquierda, y el 23 de febrero de 1984, que fue el asesinato del senador del PSE-PSOE, Enrique Casas, que fue tomado como una declaración de guerra contra el gobierno socialista de Felipe González. A su vez, la banda perdió a 12 miembros muertos en enfrentamientos con la policía.
EL TERRORISMO EN LA EUROPA DEL BIENESTAR
Del Mayo del 68 a la caída del Muro
DYKINSON, 2020