PRESBÍTERO y MÁRTIR.
PATRÓN de la Infantería de Marina Española.
INVOCACIÓN para tener una buena confesión, protector de la confidialidad y frente a los peligros del agua.
Festividad: 16 de Mayo.
Martirologio Romano: En Praga, en Bohemia, San Juan Nepomuceno, presbítero y mártir, que por defender la Iglesia sufrió muchas injurias por parte del rey Venceslao IV, y sometido a tormentos y torturas, todavía con vida fue arrojado al río Moldava.
Nació en Bohemia (Checoslovaquia) en torno al año 1340, en un pueblo llamado Nopomuc, de ahí el sobrenombre Nepomuceno.
Fue párroco de Praga y obtuvo el doctorado en la Universidad de Padua. Después ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado.
El rey de Praga, Wenceslao, se dejaba llevar por dos terribles pasiones, la cólera y los celos y dicen las antiguas crónicas que siendo Juan Nepomuceno confesor de la reina, se le ocurrió al rey que el santo le debía contar los pecados que la reina le había dicho en confesión, y al no conseguir que le revelara estos secretos, se propuso matarlo. Luego el rey tuvo otro gran disgusto, consistió en que el monarca se proponía apoderarse de un convento para regalar las riquezas que allí había a un familiar. El Vicario Juan Nepomuceno se opuso a esto rotundamente, ya que evidentemente esos bienes pertenecían a la Santa Iglesia.
El rey se llenó de cólera, el Santo fue torturado y su cuerpo arrojado al río Mondalva. Esto ocurrió en el año 1393. Los vecinos recogieron el cadáver para darle santa sepultura.
En 1725, más de 300 años después del suceso, una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas encontarron que la lengua del mártir se encontraba incorrupta, aparentemente seca y gris. De repente, en presencia de todos empezó a tomar apariencia de ser la de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas ante este milagro. Fue el cuarto milagro que realizó el santo antes de ser proclamado oficialmente como tal.
Canonizado por Benedicto XIII el 19 de marzo de 1729 en la basílica de San Juan de Letrán, por Real Orden de 1731 se dispuso, sobre la base de los Batallones de Marina, la creación del llamado Batallón de Barlovento, al que se puso bajo la protección de la Virgen de Guadalupe cuando estuviese de guarnición en América y de San Juan de Nepomuceno mientras permaneciese en la Península, por ser ejemplo permanente del sigilo sacramental. Por comunicación de 16 de mayo de 1758 del Capitán General de la Armada don Juan José Navarro, marqués de la Victoria, este patronazgo se transmitió a todos los batallones del Cuerpo, lo que fue confirmado posteriormente en 1878, a solicitud del Inspector General de la Infantería de Marina, mariscal de campo Montero y Subiela.
San Juan Nepomuceno es considerado patrono de los confesores, porque prefirió morir antes que revelar los secretos de la confesión. En Praga, en el puente desde el cual fue echado al río, se conserva una imagen de este gran santo, y muchas personas, al pasar por allí le rezan devotamente.
Oración:
Oh Dios, que por el invencible silencio sacramental del bienaventurado Juan Nepomuceno adornaste tu Iglesia con una nueva corona del martirio; concédenos, por su intercesión y ejemplo, que moderemos nuestra lengua y suframos todos los males de este mundo, antes que el detrimento de nuestras almas. Por Jesús Cristo Nuestro Señor. Amén.