La UCO desmiente a Sánchez: la trama no hubiera podido funcionar sin el Gobierno. Destaca que la presunta trama de adjudicaciones irregulares de contratos públicos continuó tras el cese de Ábalos. (The Objective)

Afortunadamente, no todas las instituciones están corrompidas por este gobierno socialista. Gracias a esto, la UCO ha podido mostrar a la opinión pública una situación catastrófica. Porque no se trata de un escándalo más, de los muchos protagonizados por este gobierno.

Lo gravísimo es que esta extensa trama de corrupción no hubiera sido posible sin la participación del propio gobierno socialista. En cualquier democracia digna de este nombre, ese informe de la UCO habría supuesto la dimisión inmediata de Sánchez y la convocatoria de elecciones generales.

¿Por qué no se ha hecho, como se haría en cualquier democracia decente? Porque nuestra democracia no es homologable a las democracias serias. Somos una democracia débil, con altísimos niveles de corrupción, y con fuertes rasgos autocráticos que nos alejan, de cada vez más, de una democracia real.

¿Cómo es posible?

Cuarenta años de bipartidismo PP/PSOE supusieron el chantaje permanente de los partidos separatistas antiespañoles. Gracias a una ley electoral que les favorece injustamente y que los partidos PP/PSOE no quisieron modificar.

Cuarenta años en que hemos visto -salvo los ciegos voluntarios- que una minoría antiespañola sometía a los dos grandes partidos (solamente en número de votos) con exigencias que eran pagadas por todos los españoles. Esto es corrupción y chantaje aceptado, convertido en ‘política basura normalizada’. Además de traición y desprecio a los españoles decentes.

El Muy Honorable Jordi Pujol, fue nombrado, en 1984, por Luis María Ansón, director de ABC, como ‘español del año’. A tal nivel de estupidez llegó la intelectualidad de derechas y de izquierdas con los enemigos, públicos y notorios, de España.

El Muy Honorable lleva más de diez años esperando a ser juzgado por corrupción, cohecho, tráfico de influencias, delito fiscal, blanqueo de capitales, y prevaricación ¿Cómo llamar a esto?

En el 41 Congreso Federal del PSOE, celebrado en Sevilla (2024) se homenajeó a Manuel Chaves y Pepe Griñán, ambos condenados por corrupción, caso ERE.

La mayoría de izquierdas del Tribunal Constitucional anuló las condenas de los socialistas Chaves y Griñán, condenados por corrupción por el Tribunal Supremo. Caso vergonzoso de colonización de las instituciones. Y la amnistía a los golpistas catalanistas. Todo esto es autocracia, no democracia.

A lo que iba. Los militantes socialistas, puestos en pie, ovacionaron a Chaves y Griñán, condenados por corrupción -caso ERE de Andalucía- por el Tribunal Supremo. Unos 680 millones de euros desviados -fraudulentamente- a personas y organizaciones socialistas.

Pero la corrupción, que nos ha conducido a la pocilga actual, no es exclusiva de los socialistas. Dejo aparte a la izquierda comunista, y a la cloaca identitaria, Junts, ERC…

La derecha, centro centrada, ha participado en la corrupción y la demolición de España. Con menor énfasis que los socialistas, pero ha participado igualmente. Y cuando ha tenido mayoría absoluta, no ha querido ser una verdadera alternativa a la izquierda. Ha sido -cobardemente- una simple alternancia.

Un ejemplo. En la reciente conferencia de presidentes autonómicos, convocada por Sánchez, los presidentes de la derecha centro centrada aceptaron ponerse el pinganillo para traducir al español, los discursos de vascos y catalanes.

Si no ven las importantes implicaciones políticas del pinganillo, es que son mediocres, atontados y acomplejados, excepto Isabel. Pues esta es la penosa oposición pepera a la mafia.

En 1814, los absolutistas celebraron la vuelta de Fernando VII del destierro impuesto por Napoleón. Y gritaron a su llegada ¡Vivan las cadenas!

Querían justificar la decisión del rey de ignorar la Constitución de 1812 y el resto de la legislación de las Cortes de Cádiz, para gobernar de nuevo como monarca absoluto.

Ahora, los absolutistas son los socialistas, y Fernando VII es Pedro Sánchez, ‘el puto amo’. Y la derecha centro centrada, observa, con el pinganillo puesto, si cae el gobierno como fruta madura. El populacho socialista (no el pueblo), aplaude. ¡Vivan las cadenas!

O regeneración política y moral, o seguir con la corrupta y traidora cloaca socialista. Caminamos a un golpe de Estado, si los jueces y la guardia civil no lo impiden.

Todo pueblo tiene el gobierno que se merece. Si puede elegirlo.

 

Sebastián Urbina

Sebastián Urbina